(Fragmento del artículo de 1915 Cleopatra)
Me es grato recordar a mi profesor de
historia don Tomás Vera, el hombre más bonachón y más simpático que ha venido a
este mundo. Don Tomás Vera, con todo y tener que habérselas en clase con un
batallón de demonios de todos tamaños y edades, tenía la rara sabiduría de no
enfadarse nunca, y era tan hondo y tan sólido su conocimiento del corazón
humano, que le gustaban más los muchachos desaplicados y perversos que aquellos
de cara de sacristán arrepentido que no rompían un plato. Y era tan bueno y
sabía tanto don Tomás Vera, que poseía el exquisito arte de quedarse dormido
como un leño cuando más atascado estaba uno en una lección, para librarse él y
librarle a uno de esa cosa terrible e idiota que se conocía entonces con el
nombre de “mala nota” y cuya inevitable consecuencia era el castigo
inquisitorial de “quedarse preso”.
Don Tomás Vera, adelantándose a sus
contemporáneos lo menos en un siglo, no le daba importancia alguna ni a la
asignatura que enseñaba, ni a sus tareas, responsabilidad y autoridad de
maestro; y sabedor, Dios sabe si por instinto o por reflexión, de que las cosas
que se aprenden en la escuela se olvidan enseguida, y de que, en todo caso, es
bueno que se olviden para que no estorben en el cerebro, tenía el buen gusto de
aburrirse y aburrirnos lo menos posible con sermones y penitencias, y así fue
como su hora de clase llegó a ser para nosotros una especie de oasis en el
espantable desierto de la vida escolar.
VOCABULARIO
2.Sólido= Categórico, arraigado, concluyente.
3.Cara de sacristán arrepentido= Aparentando sumisión o docilidad.
4.Castigo inquisitorial= Dícese de los procedimientos parecidos a los del tribunal de la Iglesia Católica que en la Edad Media castigaba cruelmente los delitos contra la fe.
5.Oasis= Refugio, descanso
en las penalidades de la vida.