sábado, 31 de mayo de 2014

EL FETICHISMO DE LOS TITULOS Y REALEZAS





EL FETICHISMO DE LOS TITULOS Y REALEZAS
(Fragmento del artículo de 1920 Ante los Reyes)

     ¿Hasta cuándo viviremos tan deslumbrados por el brillo de dublé de las coronas y los ringorrangos oficiales, que cualquier gesto trivial que haga un rey nos parezca un acontecimiento extraordinario? ¿Por cuánto tiempo viviremos todavía tan sometidos al bárbaro fetichismo de los títulos y realezas que haya de salirnos a recordar que un rey o reina es una persona como otra cualquiera, y que, de cada cien reyes que han cruzado por la historia, noventa por lo menos eran unos perfectos mentecatos que valían mucho menos que su cochero?
     Lo grande es que estas cosas haya que apuntarlas todavía en el siglo xx, cuando ya el oficio de rey va haciéndose tan duro, tan precario y hasta tan grotesco en el seno de una humanidad que acaba de tirar por la ventana a tantos zares, káiseres, constantinos y demás ejemplares de una fauna arcáica y casi extinta, que el espectáculo de un rey, más que a infantiles gestos admirativos, debiera movernos a esa mezcla de ironía y de compasión que inspiran los muñecos cuando les vemos ya hechos guiñapos en las manos destructoras de los niños.



VOCABULARIO



  1.Fetichismo= Idolatría, veneración, devoción.
  
 2.Títulos= Dignidad nobilaria, como la de conde, marqués o duque.
  
 3.Realezas= Dignidad o soberanía perteneciente a los reyes.

  4.Dublé= Plata dorada. Dícese de lo que tiene apariencia de algo, pero no es.
  5.Ringorrangos= Adornos superfluos y extravagantes.

  6.Mentecato= Tonto, necio, idiota.

  7.Apuntarlas= Señalarlas, indicarlas, mencionarlas.

  8.Precario= Inseguro, inestable, arduo.

  9.Grotesco= Ridículo, extravagante, absurdo.

10.Guiñapos= Trapo roto, jirón de tela.






martes, 27 de mayo de 2014

APATIA FEMENINA




APATIA FEMENINA
(Fragmento del artículo de 1916 Nuestras Mujeres

     Es muy penoso ver a nuestras mujeres tan extrañas, tan indiferentes a todas esas ideas de emancipación que hoy en todas partes sacuden los ánimos. ¿Es muy posible, mujeres de Puerto Rico, que en esta hora de crisis para las viejas normas de la civilización, en que las mujeres todas de los países avanzados sienten sed de cultura y afán de comprensión y de renovación, es posible, pregunto, que sigáis tranquilas, consagradas al tedioso sillón, o a la rutina mísera del menudo quehacer doméstico, leyendo de vez en cuando alguna insulsa novelita de novios que se casan y son muy felices y conversando naderas con las visitas, sin que ni por un solo momento os sintáis agitadas, conmovidas y llamadas por la voz lejana en que la mujer universal pregona su noble propósito de pelear por un nuevo ideal? Ese ideal será bueno o malo, cierto o engañoso; pero, sea lo que sea, yo no comprenderé jamás por qué no sentís ansias de conocerlo, de contemplarlo y escudriñarlo bien, para rechazarlo o para enamoraros de él y hacerlo vuestro. Yo no comprendo cómo, de la misma manera que os asociáis tan frecuentemente para fines de aparatosa y fría caridad o de vulgar recreo social, no os asociáis también, no formáis ligas, juntas y asambleas, para considerar y discutir y aquilatar las ideas nuevas que en otros pueblos iluminan e inflaman el anhelante corazón de la mujer.
     Yo he hablado con vosotras... he cultivado muy devotamente el trato de vosotras, mujeres de mi tierra, y os digo ahora, sin necia adulación, que siempre me parecisteis finas de ingenio y ricas de sensibilidad. Y si esto es así, ¿cómo se explica que no sintáis jamás esa inquietud mental que los grandes problemas humanos provocan en las gentes civilizadas? ¿Cómo se explica la apatía mortal que os mantiene tranquilas, impávidas, calladas como estatuas entre el fragor grandioso de la magna refriega que tienen empeñada las mujeres de ahora para rescatar su alma y asegurar el porvenir? ¿Es que ignoráis acaso que la ley de la vida es la perenne evolución, y que el único antídoto verdad contra el veneno del fastidio es el hábito, la función absorbente del pensar? ¿O será simplemente que sois rutinarias, como vuestras abuelas, y el terror a lo nuevo os paraliza y os convierte en piedras?
     ¡Oh casera, hacendosa y humilde y callada mujer puertorriqueña! Ante el mar de la vida, en que los hinchados marullos del pensamiento humano se alzan y revientan sin cesar, bien cómoda es, quizá, vuestra neutralidad, vuestra inmovilidad. Cómoda... pero triste. Suelen también ser cómodas ¡pero qué pavorosamente tristes siempre!  las jaulas, las cárceles, las tumbas...




VOCABULARIO




  1.Apatía= Dejadez, indolencia, impasibilidad, indiferencia.

  2.Extrañas= Que no muestran interés o se niegan a hacer una cosa.

 3.Emancipación= Acción y efecto de liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia.

 4.Países avanzados= Dícese de los pueblos que se distinguen por su audacia o novedad en las ideas sociales y políticas.
  

  5.Consagradas= Dedicadas con exclusividad a determinado fin.

  6.Tedioso= Fastidioso, enfadoso.

  7.Menudo= Vulgar, de poca entidad.

  8.Quehacer doméstico= Labores que se realizan en la casa (lavar, planchar, cocinar, etc.).

  9.Insulsa=  Falto de gracia. Insípida.

10.Naderas= Naderías. Cosas de poca entidad o importancia.


11.Aparatosa= Con gran pompa y ostentación.

12.Fría= Sin gracia, donaire, ardor o entusiasmo.

13.Inflaman= Que enardecen las pasiones y los afectos.  

14.Impávidas= Serenas, impertérritas, indiferentes.

15.Fragor= Ruido, estruendo, estrépito.

16.Refriega= Disputa o reyerta violenta.


17.Mar= Dícese de las cosas de abundancia extraordinaria. 






jueves, 22 de mayo de 2014

PARA LA MUJER NUEVA, HOMBRES NUEVOS







PARA LA MUJER NUEVA, HOMBRES NUEVOS
(Fragmento del artículo de 1922 Nuestro Machismo)

    

        En el seno de éste nuestro pueblo más manso que un cordero no pasa un día sin que en alguna parte un marido, novio o amante despechado la emprenda a cuchilladas o a tiros con alguna infeliz mujer.
     ¿Cuál es la causa de este lamentable fenómeno social que presenciamos con tanta frecuencia? Yo no presumo de psicólogo ni de sociólogo profundo, pero me parece a mí claro como la luz que la causa de estos constantes y horribles atropellos contra la humanidad femenina se debe al choque de nuestro bruto machismo ancestral con la realidad de una civilización nueva que nos ha impuesto de hecho la aceptación de una parcial emancipación de nuestra mujer.
     En todo hemos evolucionado; tenemos carreteras, tenemos servicio sanitario, nuestras casas están mejor ventiladas, comemos y vestimos mejor. Pero en lo que respecta ¡ay! a nuestras relaciones con la mujer, ni una pulgada hemos adelantado: seguimos para ellas tan bárbaros como en los recios tiempos de Hernán Cortés. ¿Qué de extraño tiene, pues, que del choque entre ésta nuestra barbarie ancestral y las nuevas costumbres que  han ido ensanchando el horizonte social de la mujer, se originen los conflictos, trapisondas y belenes -muchos de ellos sangrientos- que registra la crónica?
     Para una persona civilizada, un no rotundo de una mujer pone fin a la cuestión, al pleito amoroso, al problema pasional planteado por él. Basta ver y respetar en la mujer una persona tan libre y responsable de sí misma como nosotros, basta mirarla con la ternura y reverencia con que la sabe mirar un yanqui, para que, sobre el ímpetu salvaje de nuestras pasiones, impere nuestro orgulloso deseo de no rebajarnos, de no envilecernos ante nuestros propios ojos procediendo con la grosera violencia de un patán. ¿Se enamoró de otro o se cansó de nosotros, o por alguna causa dejamos de ser objeto de su espontánea predilección? Pues si somos machos y no hombres de hábitos civilizados, si tenemos aún el bárbaro concepto fetichista que tuvieron de los fueros de sus pantalones nuestros antepasados, venga la espada o el revólver... y a tiros o cuchilladas con la infeliz que se atrevió a desviar de nuestros encantos insuperables sus sacrílegos ojos. Pero, hemos perdido en el curso de nuestra evolución espiritual el machismo de cuartel de nuestros abuelos, para volvernos hombres, y, como tales hombres, respetuosos de toda opinión o resolución emanada de una personalidad tan libre como la nuestra, y ya el acto de fuerza no se produce, no puede producirse. No puede producirse, porque hemos incorporado, por la reflexión y el hábito, a nuestro subconsciente una fuerza mucho mayor que la de nuestra tosca vanidad de macho sublevada: la fuerza espiritual del respeto a nosotros mismos que nos subyuga con una sensación horrible de sonrojo cada vez que cedemos a un instinto bajo con sacrificio de otro instinto noble.
     Resumen: que en presencia del nuevo hecho social inevitable -porque ha sido provocado por causas económicas- de la parcial emancipación de nuestra mujer, no nos queda otro remedio que reajustar toda nuestra vida de relación con el otro sexo de tal suerte que, en nuestras crisis con la mujer, nuestro orgullo consista, no en acudir al garrote o el cuchillo o la bala, como un vulgar matón de cafetín, sino en hacernos a un lado, quitarnos gentilmente el sombrero y decir con toda urbanidad: “Señora, puesto que no se manda en el corazón y no soy tan estúpido que aspire a imponer por la fuerza lo que no se me da de buen grado, sírvase aceptar, con la rendida expresión de mi respeto, la seguridad de que no la he de molestar jamás. Adiós”. Eso, o cualquier cosa por el estilo, teatral y campanuda al principio hasta que nos vayamos acostumbrando al acto sencillo y llanote, es lo que deben aprender a hacer en los casos difíciles nuestros Romeos y Otelos. De lo contrario seguiremos, con nuestro machismo fanfarrón y gorilesco, dando el salvaje espectáculo de matar mujeres con la misma facilidad de quien mata gallinas. Para la mujer nueva que nos impone por la fuerza la evolución económica y social de nuestro pueblo, es hora ya de aprender a ser hombres nuevos, esto es, hombres de tal actitud mental ante el otro sexo, que pase definitivamente a mejor vida, muerto o ridículo, el tipo rezagado, el héroe echegaráico, vanidoso, fanfarrón y asesino, que en un conflicto pasional cree cubrirse de gloria disparando un revólver a blandiendo un puñal.



VOCABULARIO



1.Despechado= Con resentimiento porque no fue elegido o porque fue rechazado.

2.Bruto= Torpe. Necio, que obra como falto de razón.

3.Machismo= Actitud social y comportamiento de quien discrimina a las mujeres por considerarlas inferiores respecto de los hombres y concede a éstos derechos absolutos sobre ellas.

4.Recios= Rigurosos, severos, inflexibles, austeros. 

5.Trapisondas= Embrollos, pendencias, riñas.

6.Salvaje= Brutal, implacable, sañudo.

7.Patán= Hombre tosco, rudo, grosero.

8.Machos= Mulos= Hombres bravucones.

9.Fetichista= Perteneciente a las creencias no basadas en la razón.

10.Fueros= Poderes, privilegios. Arrogancias, presunciones.

11.Teatral= Con estudio y afectación (fingimiento, simulación) exagerada.

12.Campanuda= De modo grandilocuente, retórico, florido.

13.Llanote= Aumentativo de sencillo. Claro y sin presunción.

14. Héroe echegaráico= Refiérese a los personajes en las obras de José Echegaray (1832-1916), ganador del Premio Nobel de Literatura de 1904.

15.Fanfarrón= Presumido, petulante, insolente, engreído.

16.Gorilesco= Que se asemeja a los gorilas. Dícese de los individuos que actúan con violación de los derechos de los demás.





domingo, 18 de mayo de 2014

LOS HEROES DEL CAMINO






LOS HEROES DEL CAMINO
(Artículo de comienzos del siglo XX)


    
     Cada día me siento más satisfecho de ser uno de los hombres más cobardes que hay en Puerto Rico para todo lo referente a vehículos, llámense coches, lanchas o automóviles. Cada vez que he tenido que lanzarme a la peligrosa aventura de un viaje o paseo, en uno de tales vehículos, me he vuelto tan gallina que he hecho reir a todo el mundo, y creo que difícilmente encontraré quien haya adquirido en menos tiempo, fama tan sólida de viajero asustado como la que yo me tengo ganada en Ponce y en San Juan. Y lo peor es que,  mientras más viejo me voy poniendo, más asustado, más cobarde, más gallina me siento cuando entro en un coche, en una lancha, en un automóvil. He explicado mil veces la causa de mi miedo, y, en lugar de convencer a nadie, sólo he conseguido que de tanto reir les dolieran las tripas a los que han tenido la suerte de oirme. A menudo me he preguntado, casi con angustia, si sería yo el único cobarde en un mundo de héroes, lo cual me daría la clave de las risas y aspavientos provocados una y otra vez entre mis semejantes; pero pronto la reflexión me ha hecho volver en mí y me he dado cuenta de que si de algo padece el mundo, no es ciertamente de sobra de valor sino de todo lo contrario. Entonces, ¿por qué resulto yo tan pusilánime en cosas que los demás realizan diariamente sin revelar temor ni siquiera nerviosa inquietud?
     Pues no puede ser por otra cosa (lo digo aunque me parta un rayo) que por falta de imaginación para verse rodando por una pendiente como una caja lamentable de huesos y de vísceras, o cogido y agarrotado y quemado a fuego lento bajo la insensible mole de una máquina, o lanzado como un proyectil contra un talud y tendido luego en un camino con los huesos rotos y convertidos en una informe y sanguinolenta masa de carne humana, taladrada por agrios y atroces dolores, con la cruel perspectiva de un hospital, primero, y de unas muletas, después, para arrastrarse por el mundo, si se tuvo la desgracia de salvar la vida. Si tuvieran imaginación verían todo esto, y si lo vieran se tendrían que espantar como me espanto yo, cada vez que tengo que volverme bulto y poner la integridad de mi cuerpo en manos de un cochero o de un chofer. No es, no, la perspectiva de la muerte, una muerte inesperada y rápida como el relámpago, lo que a mi me arredra cuando emprendo un viaje; es algo más o algo menos, según se considere; es la amenaza de perder un brazo o una pierna y de sufrir la tortura inquisitorial de una o varias operaciones quirúrgicas, para quedar luego lisiado para siempre: he ahí lo que me hace provocar la hilaridad de los pasajeros cuando pregunto, al entrar en un auto, si hay cadena, si los frenos funcionan bien, etcétera, etcétera.
     Y lo chocante es que si al pasajero risueño a quien le hace cosquillas mi inquietud de rata le pusieran conmigo frente a un revólver, la risita idiota se helaría en sus labios y quizá sí entonces los papeles se trocaban y él se volvía gallina y yo león... He puesto un quizá y lo quito; lo quito para asegurar rotundamente ahora que el pasajero de las cosquillas a quien la falta de imaginación le hace parecer un héroe de las Termópilas cuando le pide al chofer que vuele para llegar media hora antes, o pasarle al carro que encontró en su camino, no tiene, sería muy extraordinario que lo tuviese, el instinto de conservación tan amortiguado como lo tengo yo, por la reflexión y la filosofía, para afrontar serenamente la pérdida total de la vida. De cada mil hombres que he conocido, novecientos noventa y nueve son cobardes de solemnidad ante el menor peligro de muerte; novecientos noventa y nueve son, pues, inferiores a mí, en sereno y reflexivo valor, puesto que para este sereno y reflexivo valor es necesario algo que ellos no tienen, esto es, la facultad de saberse abismar cuando se quiera en la honda sima tenebrosa del problema enorme del ser y del no ser.
     Pero es que lejos de avergonzarme de tomar precauciones y pedir cadenas para las gomas patinadoras de un carro automóvil, me complazco más y más en exhibir mi miedo como quien exhibe un diploma. Un diploma de imaginación, un diploma de hombre reflexivo que desprecia la vida, pero que no desprecia el peligro de sentirla torturada, magullada y mutilada para siempre, porque a un chaufer bárbaro y a un pasajero necio, se les ocurrió la idiota hazaña gedeónica, de no dejarse que otro vehículo les echara polvo, o de ganar media hora o una hora para anticipar su llegada a casa, a una casa en que quizás son su perro y sus chinelas los únicos entes que no ven con cierto mal humor el rápido regreso del viajero impaciente y audaz que parece un héroe... y es simplemente un bruto.





VOCABULARIO




  1.Gallina= Persona cobarde, pusilánime.

  2.Sólida= Establecida con razones fundamentales.

  3.Ponce= Ciudad situada en la zona sur de Puerto Rico. Es la segunda en extensión territorial y segunda de mayor población de la isla.  Coordenadas: 18°00′N 66°37′W.

  4.San JuanCiudad capital de la isla de Puerto Rico. Coordenadas:18°27′00″N 66°04′00″W

  5.Aspavientos= Demostraciones excesivas de espanto, admiración, etc.

  6.Pusilánime= Falto de ánimo, cobarde, apocado.

  7.Agarrotado= Paralizado, inmovilizado.

  8.Mole= Masa, bulto, cuerpo.

  9.Informe= Que no tiene la forma que le corresponde.

10.Agrios= Dícese de lo que produce amargura, sinsabor.

11.Arredra= Que intimida, atemoriza, amedrenta.

12.Inquisitorial= Relativo a los procedimientos del tribunal eclesiástico que en la Edad Media castigaba cruelmente los delitos contra la fe.

13.Hilaridad= Risotada, carcajada.

14.León= Hombre audaz y valiente.

15.Termópilas= Lugar de Grecia que se hizo célebre a raíz de la heroica resistencia que allí opuso el rey Leonidas en 480 A.C. al gran ejército de Jerjes.

16.Amortiguado= Que está como muerto.

17.Abismar= Entregarse o meterse uno por completo en algo.

18.Honda sima= Dícese de las cosas intensas, extremadas y muy profundas.


19.Hazaña gedeónica= Refiérese a los hechos heroicos y temerarios del juez y guerrero del antiguo Israel llamado Gedeón.

20.Bruto= Ignorante, torpe, necio.





miércoles, 14 de mayo de 2014

VOLUNTAD Y GENIO






VOLUNTAD  Y GENIO
 (Fragmento del artículo de 1914 La Abulia del Talento)

     Tiene uno que observar cosas bien raras en este desconcertante planeta en que vivimos. Y entre estas cosas raras, ninguna lo es tanto como la frecuencia con que vemos fracasar a los  hombres más inteligentes en las más fáciles empresas. Del mismo modo que se puede asegurar que una inteligencia mediana es necesaria para luchar en el combate de la vida con grandes probabilidades de triunfo, parece evidente también que una inteligencia sobresaliente es lo que más rápidamente conduce al fracaso. La peor herencia, pues, que podemos dejar a nuestros hijos es ésa: una grande, una fuerte inteligencia.
     Ya sé que esto suena a paradoja, pero, ¿qué profunda verdad habrá en el mundo que no parezca paradoja? Observad atentamente a la vida, buscad cien hombres que hayáis conocido íntimamente lo bastante para juzgar de sus facultades, fijaos luego en sus hechos, y ya veréis, ya veréis cómo los más inteligentes de esos cien hombres se fueron lamentablemente a pique en el mar de la vida, mientras los más ruidosos y redondos triunfos fueron indefectiblemente de las facultades más comunes, más medianas. Claro que hay excepciones, claro que suele ocurrir, de siglo en siglo, que una inteligencia de primer orden suba de un salto al éxito, pero la regla general es ésa: a mayor inteligencia, mayor número de probabilidades de romperse la crisma andando por el mundo.
     Yo me he quedado a menudo cabizbajo y triste en la contemplación ideal de este fenómeno, y hoy siento la necesidad irresistible de tratar de él. ¿Por qué? ¡Qué sé yo! Quizás porque me duele algo, porque me llora algo allá en las sombrías catacumbas del alma donde voy enterrando mis muertos anhelos...
     El éxito es hijo legítimo de la voluntad, y la voluntad parece, quizás, incompatible con una robusta, sobresaliente mentalidad.
     Si hay algo trágico en el mundo es el gesto de superioridad que el hombre de fuerte y personal sello intelectual tiene que sufrirle a todo burro o semiburro cuya voluntad tiesa y acerada le llevó a alguna cumbre social o económica. Allí donde el hombre de genio luchó, sufrió, y no sacó jamás los pies del plato, una medianía cualquiera vino, vio y venció con un golpe o con una serie de recios y sucesivos golpes de su gran voluntad. Y esta tesonera medianía, confundiendo lastimosamente lo que es voluntad con lo que es genio, se infla hasta casi reventar de un necio y petulante orgullo de hombre superior; y hay que verle entonces, junto al verdadero príncipe del talento, prodigando a éste necios reproches y estúpidos consejos. Y mientras más se yergue el mimado del éxito que tuvo voluntad, más se inclina y se abate tristemente ante su necedad victoriosa la noble cabeza cargada de ideas que cruzó por la vida soñando y pensando, y que por pensar y soñar demasiado se quedó rezagado y llegó tarde al banquete del éxito.
     Es cierto que, andando el tiempo, en un mañana más o menos remoto, nadie se acordará del victorioso de la voluntad y todos nombrarán con reverencia al rezagado oscuro que perdió el camino porque tuvo talento, pero, ¿es que la visión nebulosa de un lejano e incierto mañana puede reparar, ni siquiera atenuar, el dolor negro de sentirse, no sólo vencido, sino también desconocido y humillado y mancillado, a lo largo de toda una vida? ¿Con qué póstumos fulgores de gloria podemos compensar a Cervantes, no sólo de las hambres sino de los desdenes y ultrajes y humillaciones y suplicios sin nombre que padeció en vida, mientras una legión de hombres sin luz en la cabeza, pero con mucho acero en la forzuda voluntad -los potentados de su tiempo- se hacían a un lado, crispados de desdén o de asco, cuando pasaba él, soñando su Quijote, y, por culpa de ese sueño colosal, fracasado, andrajoso, desgreñado, implorante?
     ¡Oh la sombría, la muda, la inmensa tragedia de haberse condenado a vida de vencido, precisamente porque se lleva un sol en el cerebro, y porque al fuego de ese sol se derritió el resorte volitivo que nos hace fuertes, porque nos hace máquinas!
     ¡Y oh la secreta, la íntima, la lírica, la loca voluptuosidad malsana de sentirse rodar hacia la noche del andrajo, del desdén, del hambre, precisamente porque el tumulto de larvas de ideas y de sueños debajo de la frente, nos privó de atender al grotesco tumulto de chillidos de tripas hambrientas detrás del ombligo!





VOCABULARIO





1.Voluntad= Esfuerzo, fortaleza, constancia.
 
2.Genio= Talento, inteligencia extraordinaria o facultad creadora.

3.Paradoja= Figura de pensamiento que expresa aparente contradicción.
 
4.Irse a pique= Malograrse, fracasar en alguna cosa.

5.Ruidosos= Aplícase a las cosas notables de que se habla mucho.

6.Redondos= Muy provechosos.

7.Indefectiblemente= De un modo que no puede dejar de ser.

8.La crisma= La cabeza.

9.Catacumbas= Subterráneos en los cuales los primeros cristianos, especialmente en Roma, enterraban a los muertos.

10.Hijo legítimo= Que es producto cierto, verdadero y genuino.

11.Sello= Carácter distintivo comunicado a alguna cosa.

12.Tiesa= Fija, firme, rígida.

13.Acerada= De acero o parecido a él. Dura o de mucha resistencia.

14.Tesonera= Dícese de lo que tiene tesón (firmeza, constancia).

15.Infla= Que se engríe, envanece.

16.Petulante= Presumido, engreído, vanidoso.

17.Abate= Que se baja o se humilla.

18.Sol= Dícese de lo que tiene luz (ilustración, cultura).

19.Resorte volitivo= Medio para lograr los actos de la voluntad.

20.Larvas= Dícese de las cosas que están en estado de formación.