miércoles, 22 de junio de 2016

EL ASUNTO DE FIUME






EL ASUNTO DE FIUME
(Artículo de 1919)



     Los que tenemos el afán de que del mezquino principio nacionalista, engendrador de estúpidas rivalidades, odios y contiendas, se pase pronto al amplio principio universalista --que no ve en las divisiones geográficas más que accidentes de residencia y no mira en el hombre el punto donde nació por azar sino su valor como individuo-- no podemos simpatizar con arrebatos de patriotismo nacionalista de la índole del que indujo últimamente a D'Annunzio a proclamar la anexión de Fiume a Italia, a ciencia y paciencia del gobierno de Italia y de los cejijuntos espantajos del Consejo Supremo. Desde este punto de vista, la epopeya dannunziana en Fiume es sólo un episodio, más o menos pintoresco, del viejo concepto patrioteril de la vida que inflama la brillante imaginación del poeta y, por consiguiente, lo contemplaríamos con la misma indiferencia con que hemos visto las diarias trifulcas que el nacionalismo viene encendiendo en Europa.
     Pero... somos humanos y confesamos que, basta que el incidente de Fiume represente, como parece representar, una mosca más en la venerable nariz del Consejo Supremo, para que nos alegremos de la calaverada bélica de D'Annunzio.
     Juzgando de las cosas con el mismo criterio venterilmente nacionalista que puso en práctica el Gran Consejo, nos parece que ni siquiera en el reparto de despojos ha sabido proceder con equidad el dichoso triunvirato. Al paso que a Inglaterra se le han dado, o permitido, las mejores presas y se ha tratado a Francia con casi la misma liberalidad, a Italia se le ha regateado todo, olvidándose de los inmensos sacrificios que le cuesta la guerra. Mucha manga ancha para los unos y mucho puritanismo para los otros. Ya hemos visto las barrabasadas que se le vienen consintiendo a Rumanía, sólo por la cuenta y razón que les trae su amistad a los zorros del imperialismo francés. Pues bien, puesto que hasta la fecha sólo los actos de fuerza, los hechos consumados, por vandálicos que sean, son los que han reconocido los Faraones, creo que han hecho bien D'Annunzio y los suyos en no hacer caso de las pragmáticas del Consejo. Una vez en Fiume, el Consejo no tendrá más remedio que proceder con ellos con la misma indulgencia que ha mostrado hacia otros actos de fuerza de rumanos, polacos, checoslovacos y demás ahijados o disponerse, por primera vez, a volver por los fueros de su autoridad. Y en este caso, mientras menos políticos italianos influyentes queden del lado del imperialismo (con lentejuelas democráticas) del Consejo, más pronto tendremos al cálido y vibrante pueblo italiano en la acera de enfrente, esto es, en las filas de los pueblos resueltos a ensayar un nuevo tipo de democracia en Europa.





VOCABULARIO




  1.Fiume= Ciudad de Croacia. En 1919, un ejército italiano, bajo las órdenes de Gabriele D'Annunzio ocupó la ciudad estableciéndola como Estado soberano.

  2.D'Annunzio= Gabriele D'Annunzio (1863-1938)= Poeta, dramaturgo, novelista, militar y político italiano.

  3.Consejo Supremo= Conocido también como el Consejo de los Tres. Sus miembros: Woodrow Wilson (EEUU), Lloyd George (Reino Unido) y Georges Clemenceau (Francia).

  4.A ciencia y paciencia= Con el consentimiento o tolerancia de alguien.

  5.Inflama= Que le enardece las pasiones.

  6.Calaverada= Acción propia de persona de poco juicio.

  7.Venterilmente= Se usa despectivamente para indicar los asuntos propios de un ventero.

  8.Barrabasadas= Acciones disparatadas que provocan algún perjuicio.

  9.Pragmáticas= Órdenes emanadas de competente autoridad.

10.Volver por los fueros= Retomar sus poderes.

11.En la acera de enfrente= En el bando, grupo o partido contrarios.






sábado, 11 de junio de 2016

LA VOZ DEL ECUADOR- EL DERECHO AL TRABAJO - EL PEDAZO DE PAN






LA VOZ DEL ECUADOR- EL DERECHO AL TRABAJO - EL PEDAZO DE PAN
(Artículo de 1919)



     Fue una sorpresa muy agradable la que experimentamos al enterarnos de la gallarda actuación de un representante del Ecuador en el Congreso Internacional Obrero que se reunió en Washington el día 29 de octubre. Aunque carecemos aún de información suficiente sobre el asunto --teniendo que atenernos a la muy lacónica del cable-- no hay duda de que al doctor Elizalde, del Ecuador, corresponde el honor de haber planteado ante el Congreso dos cuestiones muy interesantes. La primera de estas cuestiones es la que se refiere a la admisión de algunas naciones que no se sabe por qué misteriosa razón habían quedado tácitamente excluídas de unas deliberaciones en las que por su índole especial podrían, en todo caso, faltar pueblos, pero nunca sobrar. Una de estas naciones excluídas era nada menos que Méjico, único país de esta nuestra retrasada América donde se han dado pasos efectivos en la senda de las verdaderas transformaciones sociales. Parece que al doctor Elizalde se le ha contestado con la especiosa excusa de que Méjico no había solicitado admisión. Pero una mente imparcial no podrá menos de preguntarse con sorpresa si es que los demás países solicitaron previamente tal admisión. Tenemos entendido que no, que todos fueron invitados. Ni a la misma Alemania se dejó en el tintero. Entonces ¿a qué esta actitud de exclusión tan reñida con el espíritu de ecuanimidad y universalidad que debe reinar en un acto así?
     La otra cuestión que ha promovido el representante del Ecuador es nada menos que la del derecho al trabajo, esto es, la garantía extendida a cada individuo por parte de su Gobierno de que nunca carecerá de la oportunidad de conquistarse por medio del trabajo el pan nuestro de cada día. No hay duda de que el Congreso matará esta proposición sin miramientos, con la clase de muerte más fulminante que halle más a mano, porque ya sabemos a qué atenernos en cuanto a los puntos que calza el tal Congreso en materia de verdaderas reformas sociales, pero es bueno que se haya planteado y es muy halagador para Hispano-América que sea un ecuatoriano su propugnador.
     ¿No insisten constantemente los defensores del sanguinario orden social presente, los enemigos de todo avance que tienda a hacer hombres de los que hoy son meros brazos, meros instrumentos de trabajo dedicados al acrecentamiento del capital de otro, en asegurarnos que bajo el actual sistema capitalista todo el que de veras quiere trabajar encuentra siempre donde emplearse y hasta donde ahorrar? Pues si es así que el que no come es porque no trabaja y el que no trabaja es porque no quiere, ¿qué pierde un gobierno en asegurarle a cada quisque, de derecho, lo que ya le asegura de hecho nuestra "providente y excelente" organización social? ¿Qué se pierde con esta garantía adicional totalmente superflua? Al contrario, con la sola oportunidad de quitarles de la boca a los inconformes el argumento terrible de la inacción y el hambtre forzosas para millones de seres humanos, calcúlese lo que ganaría el conservatismo.
     Pero... ya veréis, ya veréis cuán lindamente se va a pique la proposición. Y sin embargo... sin embargo... ¡Asombra y espanta pensar que después de tantos años de una civilización que se proclama cristiana haya todavía millones de hombres por toda la tierra en tal condición de desamparo y miseria que consideren como un bien, como una gran conquista, esto de que se les garantice el derecho a "trabajar" a cambio de un pan. El pedazo de pan, la mísera ración sustentadora, convertida por virtud de la distribución idiota de las energías y rendimientos sociales en la más exclusiva y apremiante de las preocupaciones, en el más extendido y absorbente de los ideales. Los más, precisamente aquellos de cuyo esfuerzo depende la salud y prosperidad del mundo, obligados, como los ratones, como las alimañas perseguidas, a no tener otro afán en la vida, ni otra preocupación, ni otro sueño que el alimento. ¿Qué de extraño tiene, pues, que una organización social que convierte a los hombres en alimañas ofrezca el horrible espectáculo de crueldad, de mugre y degradación moral que nos ofrece a diario la cristiana civilización en cuyo seno vivimos?
     ¡Derecho al vil y regateado salario de alguien, cuando debiera ser derecho a la vida, a la vida abundante, a la vida plena, garantizado a cada individuo por la sociedad, a cambio de dar cada cual a la sociedad su parte de trabajo!




VOCABULARIO




  1.Lacónica= Escueta, exigua, escasa, insuficiente.

  2.Especiosa= Engañosa, falaz, artera.

  3.A cada quisque= A todo individuo.

  4.Conservatismo= Conservadurismo= Doctrina que propugna la continuidad de las reglas, estructuras y valores políticos, sociales y económicos vigentes.

  5.Regateado= Que su monto ha sido objeto de debate mezquino.