viernes, 23 de junio de 2017

EL DIVINO DERECHO A COMER






EL DIVINO DERECHO A COMER
(Fragmento del artículo de 1916 Nuevos Rumbos)



     Pedimos y queremos, no sólo ocasión para el ejercicio de los grandes y fanfarrones derechos que se conocen con el nombre de libertad de palabra, de reunión, de imprenta, etc., sino también ocasión y ambiente para el ejercicio no interrumpido del grande, del eterno, del divino derecho a comer, base del eterno y divino derecho a vivir. Ahora sabemos demasiado que los tales derechos fanfarrones que declamaron arrogantemente nuestros antepasados, no significan nada, si antes no se ha atendido a lo más apremiante. ¿Qué sacan Pedro, Juan y Antonio con que haya libertades de palabra, de reunión, de imprenta, y demás chirimbolos democráticos, si ellos revientan de hambre o de fatiga, y tienen que salir a venderse diariamente por unos mafafos y unos granos de arroz para sus hijos? ¿qué sacamos los hombres, no embrutecidos y petrificados por la ruin codicia de alimañas en que vivimos, que haya habeas corpus y una regulación y distribución aparatosas de “derechos”, si la realidad nos pone día tras día ante los ojos el cuadro horrendo de Pedro y de Juan consumiendo menos, gastando menos en el banquete humano, que lo que gasta el perro o el caballo de don Pedro o de don Juan?
     Pues si esto es así, convengamos en que hay que ir quitando los ojos del monótono sube y baja de los partidos clásicos y fósiles, para ponerlos en el campo de la vida general y preocuparnos, no de que le falte este o aquel derecho a tal o cual puertorriqueño, sino de que no le falte comida. Lo primero, lo más urgente es que comamos: después vendrá lo otro.
     Ahora la injusticia, la desigualdad y el monopolio no son de casta a casta, de sangre a sangre, de nombre a nombre. Ahora son de barriga a barriga.





VOCABULARIO





  1.Fanfarrones= Que se precian y alardean de lo que no son.

  2.Declamaron= Que expresaron en público con mucho calor y vehemencia.
   
  3.Chirimbolos= Cosas inútiles o que sólo sirven de estorbo.

 4.Mafafos= Nombre despectivo que se le da en el campo a los plátanos (guineos).

  5.Alimañas= Animales dañinos.

 6.Habeas corpus= Derecho de todo ciudadano, detenido o preso, a comparecer inmediatamente ante un juez para que resuelva si su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse.

  7.Aparatosas= Que tienen gran pompa y ostentación.

  8.Fósiles= Viejos, anticuados.






martes, 13 de junio de 2017

LOS NIÑOS DE ALBANY






LOS NIÑOS DE ALBANY
(Artículo de 1916)


     ¡Cómo! ¿Pero es verdad que en Albany, Estados Unidos, sesenta mil niños han ido en manifestación a pedirle al gobernador que ejecute sin misericordia  a Pontón? ¿Pero no es espantoso que de las tiernas y gorjeantes gargantas de sesenta mil niños se haya hecho salir este clamor de muerte contra un infeliz reo? Por grande que haya sido el delito de Pontón, ¿a qué queda reducido frente a este otro delito de envenenar deliberadamente el alma de una legión de niños con tan feroz deseo?
     No; ésto no parece cosa sucedida en estos tiempos, ni en el seno de un pueblo civilizado. Esto parece cosa de otros tiempos, brote de crueldad en el alma de roca de gentes primitivas, no iniciadas aún en las prácticas mansas de Buda o de Cristo. Se concibe que en torno del infeliz que, en un momento de extravío amoroso, dio muerte a una mujer, se aglomeren los deudos de la víctima pidiendo justicia, esto es, venganza. Se concibe que este furor homicida de los deudos se transmita por contagio en los primeros momentos a los habitantes del pueblo o ciudad de la víctima. Pero no se concibe que se llame a los niños, a todos los niños de todas las escuelas, y se les haga partícipes de esta espeluznante orgía de odio. Y esas iglesias, esas innumerables iglesias que en las ciudades americanas propagan día y noche la doctrina de Cristo, toda amor, caridad, tolerancia y perdón, ¿qué hacen? ¿para qué sirven si no sirven ni siquiera para impedir que se escape de la garganta de los niños de Albany el sacrílego grito de venganza y muerte que acabamos de oír? ¡Y pensar que estas mismas iglesias, junto a las cuales acaba de darse el horrible espectáculo de tan innecesaria crueldad, envían constantemente misioneros a otros pueblos, y entre ellos a Puerto Rico, a predicar mansedumbre y caridad evangélicas! ¡Dónde mejor podrían actuar estos misioneros es allí donde el frenesí del odio puede tanto que hace salir de las escuelas a sesenta mil niños para que vayan en procesión solemne hasta la casa de un gobernador, y le conminen a ser inexorable, a matar fríamente al que mató en un vértigo, a obsequiar a unos infelices viejos --los padres del reo-- con el lúgubre regalo de Christmas de la muerte del ausente hijo que nunca ha de volver!
     Nosotros no sabemos leer ni sabemos correr tras el Dólar hasta reventar o hacernos millonarios. No sabemos unas cuantas cosas que para afear y entristecer la vida saben y practican nuestros señores los americanos. Sabemos muy poco, es verdad. Pero podemos afirmar rotundamente que en el seno de nuestra pobre y humilde comunidad jamás daremos el tremendo espectáculo de hacer colaborar a nuestros hijos en la obra de fría y estéril crueldad en que han colaborado los niños de Albany.
     Sabemos muy poquita cosa, muy poquita cosa. Ni siquiera hemos inventado el automóvil Ford, tan indispensable a la felicidad humana. Sabemos, sin embargo, perdonar. Y como el perdón necesita de la compasión, y la compasión necesita de la comprensión, y esta facultad de comprender necesita a su vez de la lenta y laboriosa decantación espiritual de una cultura que contribuyeron a formar siglos y más siglos, ¿qué podemos hacer, así pobres y humildes como somos, sino pedir a los dioses, con un poco de orgullo, que se apiaden de nuestros señores los americanos, y que, a cambio de hacerles olvidar muchas de las innumerables cosas que han aprendido para complicar y ensombrecer inútilmente la vida, les madure, depure y refine el espíritu de tal modo que, sin necesidad de ir a la escuela ni a la iglesia, sepan esa cosa sencilla y profunda que saben nuestros analfabetos: perdonar, esto es, compadecer, esto es, comprender. Cuando sepan esta sencilla, pero profunda y formidable cosa que se llama comprender, ya quizás no tendrán la extraordinaria agilidad juvenil con que persiguen hoy millones e inventan aparatos de mecánica; ya quizás no harán progresar tan velozmente sus industrias, sus casas, sus ciudades, sus muebles, sus zapatos, sus ropas; pero habrán progresado ellos mismos, esto es, tendrán una sensibilidad más aguda, una cerebración más intensa, y una visión más certera, más amplia y más profunda de la vida... Y al orgullo infantil de haber inventado el automóvil Ford y otras zarandajas de ferretería, sucederá un nuevo sentimiento de humanidad a la luz del cual la sombría procesión de los niños de Albany pidiendo ferozmente la muerte de un hombre, les parecerá una cosa tan cruel, tan tosca, tan primitiva, tan fea, que la creerán inverosímil y temblarán ante ella de verguenza y de horror.





VOCABULARIO





  1.Gorjeantes= Se dice de los niños cuando empiezan a hablar y formar la voz en la garganta.

  2.Feroz= Brutal, agresivo, cruel, despiadado.

  3.Orgía= Satisfacción de pasiones desenfrenadas.

  4.Sacrílego= Impío, envilecido, abominable.

  5.Vértigo= Arrebato, impulso, rapto.

  6.Lúgubre= Triste, funesto, melancólico.

  7.Fría= Falto de afecto o de sensibilidad.

  8.Estéril= Inútil, vana, infructuosa.

  9.Decantación= Inclinarse, tomar partido o decidirse por una opción entre varias.

10.Zarandajas= Baratijas, bagatelas, chucherías.

11.Tosca= Inculta, grosera, vulgar.