domingo, 2 de marzo de 2025

La Ciudadanía Americana

 



                      LA CIUDADANIA AMERICANA*

 
(Fragmento del artículo  La Ciudadanía y Root de 1912)

    
     Ya cansa tanto y tanto machacarle a uno los oídos con la cantata de la dichosa ciudadanía, que, después de todo, maldita la falta que nos hace.
     Sin la facultad de gobernarnos nosotros mismos, ¿qué sacamos con llamarnos ciudadanos?
     Ni a ellos ni a nosotros nos conviene una ciudadanía común habiendo como hay en el medio tantas incompatibilidades de raza, de idioma y de cultura. Estamos más altos o más bajos -yo no quiero discutir eso ahora-; pero es indudable que no estamos ni estaremos nunca al mismo nivel de los ciudadanos americanos.
     No queremos ser ciudadanos americanos. Por muy digna que sea vuestra ciudadanía, preferimos la nuestra a todas las ciudadanías del mundo. Si no sintiéramos así, seríamos indignos de nuestra raza hispana, e indignos de vuestra amistad que estimamos porque sabemos que conquistasteis vuestra independencia y que estáis destinados a amparar a la de los demás pueblos de América, salvándonos de tutelas extrañas.
     ¿Por qué no principiáis con nosotros a cumplir ese vuestro alto destino, amparándonos y salvándonos de vosotros mismos?

                             -------------------------------                              

* El día 2 de marzo de 1917 fue firmada por el Presidente Woodrow Wilson la Ley Jones, ley orgánica que le imponía la ciudadanía americana colectivamente a los puertorriqueños.




VOCABULARIO  CONTEXTUAL




  1.Machacarle= Insistir inoportuna y pesadamente sobre una 

cosa.

  2.Cantata= Repetición de una cosa hasta causar fastidio.

  3.Dichosa= Enfadosa, molesta.
 
 4.Incompatibilidades= Contradicciones que tiene una cosa 

para unirse con otra.

  5.Amparar= Favorecer, proteger, defender.

 6.Tutelas= Autoridad que, en defecto de la propia, se 

confiere a un país para cuidar de otro que por cualquier 

causa carece de autoridad.




domingo, 23 de febrero de 2025

Teología Taína

 


                                    TEOLOGIA TAINA

 (Fragmento del artículo de 1909 Sabiduría India)

     Tenían los indios dos dioses, los mismos dos dioses que tienen los cristianos: el Dios del bien, y el diablo, o Dios del mal. Pero al revés de lo que han hecho los cristianos, los indios no le hacían ningún caso al Dios Bueno, y ponían grandes empeños en ensalzar y adular y tener contento al Dios Malo.
     De modo que mientras el pobre Dios Bueno de los indios bostezaba olvidado en un rincón, el Dios Malo sonreía satisfecho viéndose objeto de todas las zalamerías y carantoñas del culto indio: templos, oraciones, regalos, penitencias, sacrificios, besuqueos de beata, que allí también había beatas, aunque de taparrabo, etc.
     Como se ve, el culto de los indios era el mismo de los cristianos, pero invertido: los cristianos adulaban al Dios Bueno; ellos adulaban al Dios Malo.
    ¿Quién se iba a figurar que el pueblo indio, bárbaro y grosero, iba a darle tan provechosa lección de sensatez y diplomacia a los civilizados y empingorotados cristianos?
     El Dios Bueno, todo bondad y mansedumbre, y por consiguiente inofensivo, a un rincón...
   Al Dios Malo, lleno de perversidad, alevoso y marrullero y difícil de contentar, festejos y zalamerías hasta no poder más.
     En cambio los cristianos, católicos y protestantes, llenan de alabanzas y festejos al Dios Bueno, que por su misma bondad no quiere ni puede matar un mosquito, y llenan de improperios y maldiciones al Dios Malo.
     De modo que ponen todo su empeño en conquistarse la buena voluntad del Dios Bueno, que no puede, por mal que lo traten, tener mala voluntad, y que no necesita, para ser bueno, de festejos ni zalemas; y, en cambio, al Dios Malo, al diablo, al que es fuente y raíz de todas las desgracias y tribulaciones humanas, lejos de aplacarlo con oraciones y sacrificios, lo insultan y provocan de mil maneras. Y ¡es claro! el Dios Malo, viéndose ultrajado de tantas maneras, en lugar de ablandarse cada vez se pone más rabioso y más dañino. Y por eso abundan tanto por ahí las tentaciones y son tantas las pobres almas caídas en las uñas formidables del demonio...
     Decididamente, entre el culto de los bárbaros indios y el culto de los civilizados cristianos, me quedo con el culto de los indios, que tuvieron la admirable sabiduría de adorar al demonio para tenerle mansito y contento.
     Y entre la época antigua, morena y salvaje, y la época moderna, blanca y civilizada y aduladora del Dios Bueno, me quedo con la antigua.
     La primera trae a mi alma efluvios vivificantes de selva virgen... La segunda me llena el espíritu... ¡de hedores infernales de mercado!



VOCABULARIO   CONTEXTUAL




1.Teología= Ciencia que trata de Dios y de sus atributos.
  
2.Taína= Perteneciente a los taínos, pueblo precolombino que habitaba la isla de Puerto Rico, La Española y Cuba.

 3.Zalamerías= Demostración exagerada de cariño.
  
 4.Carantoñas= Halagos y caricias que se hacen a alguien para conseguir alguna cosa.

5.Beatas= Mujeres muy devotas que frecuentan mucho los templos.

6.Bárbaro= Inculto, tosco, rústico.

7.Grosero= Sin educación, ordinario, ignorante.

8.Empingorotados= Dícese de las personas que han alcanzado una elevada posición y se jactan de ello.

9.Alevoso= Desleal, traidor, pérfido.

10.Marrullero= Astuto, tramposo, malintencionado.

11.Zalemas= Zalamerías (ver núm. 3). Reverencias en muestra de sumisión.

12.Efluvios= Manifestación de impresiones muy sutiles.

13.Vivificantes= Que confortan, que dan vida.








miércoles, 11 de diciembre de 2024

Riqueza y Pobreza II

 


Tercero de una serie de nueve artículos sobre el tema.


                              

                               Riqueza y Pobreza  II


En mis anteriores paliques quedamos en que, considerando el dinero como una síntesis donde cabe todo lo que posee algún valor en la tierra, yo me espantaba de que hubiera nadie que predicase que hay algún mérito en ser pobre.


No tengo más remedio, para ser consecuente conmigo mismo, que espantarme también ante este absurdo y abominable Sistema Social que nos rige.

Se funda nuestra actual sociedad en la explotación de todos por unos pocos, sin beneficio real para nadie. Millones y millones de hombres en todo el planeta trabajan y sudan y se privan de todo, hasta de lo más elemental, para engordar a una docena de privilegiados en cada país, que ni siquiera se dan cuenta del privilegio de que disfrutan. Y yo me distingo de la mayor parte de los que tratan con un sentido humano y liberal esta cuestión, en que, lejos de renegar y maldecir de los que gozan el privilegio de que todo les sobre mientras a los demás todo les falta, lejos, repito, de echar pestes contra estos privilegiados, les alabo y les aplaudo por ello, y hasta confieso sin rubor que si me viera en el duro trance de tener que apechugar con un cargamento de millones, no los soltaba después aunque llovieran sobre mí todos los sermones y diatribas de la tierra. Sí, yo creo que hacen muy bien los ricos en arramblar con todo lo que puedan al amparo de una sociedad que lo consiente y hasta lo premia.

No es malo -¡qué ha de ser!- tener muchos millones. Ya he dicho yo que lo único malo, lo único criminal, es ser pobre. El dilema es éste; o se es pobre, o se es rico; o se es explotado o explotador; o se es cordero o se es lobo. La elección no es dudosa, al menos para mí. Sépase bien, que entre los dos papeles, el de cordero indefenso y resignado y el de lobo, elijo sin vacilar este último: me delaro lobo, y lobos serán -si ha de depender de mí- ¡mis hijos y mis nietos! Pero el hecho de que yo no diga nada contra los ricos y contra los lobos, no significa, como pensará alguien, que yo esté conforme con el actual sistema social, que consagra todas sus actividades a la defensa del rico contra el pobre.

No es por sentimentalismo, por pura compasión del pobre, que debemos tratar de renovar lo existente y poner en su lugar otra cosa. Es por egoísmo, es por la conveniencia de todos, es por amor a la salud y a la estética del mundo que debemos suprimir a los pobres, ya que de éstos procede toda la suciedad, toda la peste, toda la maldad esparcida sobre el globo.

Nos pasamos la vida fabricando escuelas para extingir la ignorancia; dictando leyes y más leyes sanitarias para extinguir la enfermedades; estaleciendo y sosteniendo cárceles y tribunales, y pagando un costosísimo ejército de funcionarios -jueces, fiscales, policías, alcaides, verdugos- para extinguir los criminales.

Y sin emargo, cada día los males combatidos aparecen más numerosos, más fieros; y la brutalidad, y la enfermedad, y el crimen se reparten, invencibles, el imperio del mundo.

Y es que, con respecto de los males sociales enumerados, procedemos de la misma manera que ciertos médicos malos con respecto a las dolencias orgánicas.

Se le queja uno a ciertos médicos de que se le ha empezado a cubrir el cuerpo de tumores, y el médico sale recetando enseguida emplastos y lavatorios para cada tumor, como si la enfermedad radicase en la piel y no en la sangre.

Y la sociedad hace igual. Escuelas por aquí, sanidad por allá, cárceles y tribunales y esbirros y verdugos por todas partes para combatir la ignorancia, las enfermedades, los crímenes, sin tener en cuenta que todas eses cosas no son más que síntomas, tumores, manifestaciones de un virus infeccioso que radica, no en la superficie, sino en la esencia, en la sangre, en la médula misma del organismo social.



                         VOCABULARIO   CONTEXTUAL


 1.Apechugar= Cargar con alguna obligación o circunstancia ingrata o no deseada.

 2.Diatriba= Discurso o escrito violento e injurioso contra personas o cosas.

 3.Arramblar= Despojar, desvalijar, escamotear, arrebatar.

 4.Cordero= Persona dócil, manso, apocado.

 5.Lobo= Hombre despiadado, implacable, feroz.

 6.Esbirros= Los que se dedican profesionalmente a ejecutar las órdenes violentas de una autoridad.






viernes, 6 de diciembre de 2024

¡El dinero!

 



                      Segundo de una serie de nueve artículos 

                                          sobre el tema.


                                                              ¡El dinero!


No creo que sacamos nada con sentir, o simular que sentimos, el santo horror del dinero. Es más, yo creo que amar el dinero es lo mismo que amar la vida. Porque, ¿qué es la moneda sino un símbolo convencional que hemos adoptado para facilitar el intercambio y disfrute de todos los productos de la naturaleza y de la industria humana? ¿Qué es la moneda sino un símbolo con que en el comercio humano nos representamos todos los valores de la tierra?

Por el dinero asistimos a una fiesta, entramos en un teatro; por el dinero comemos, vestimos, nos aseamos y educamos y pulimos; por el dinero columbramos y tocamos los arcanos de la ciencia y los cielos del arte... ¿Qué es la moneda, pues, sino una inmensa fórmula suprema que encierra y compendia cuanto hay de grande, cuanto hay de sano, cuanto hay de noble, cuanto hay de bello; todo lo que puede significar nutrición y vigor para los cuerpos y solaz y emoción y alegría y éxtasis para las almas?

Pero conste que hay una enorme diferencia entre mi amor al dinero y el amor del avaro o usurero.

En mi amor por el dinero resplandece mi amor por la vida, por las cosas que ennoblecen y embellecen la existencia; en el amor del avaro, por el contrario, no existe ni el más leve destello de un solo anhelo natural y humano.

Para mí, el dinero es un signo, un medio, un camino. Para la pobre y estúpida alimaña avariciosa, el dinero es un fin, algo que tiene valor per se, algo con cuya mera posesión está contenta, aunque todo lo demás le falte.

Ambos, el avaro y yo, adoramos el becerro de oro, pero, mientras el avaro -y con el nombre de avaro designo yo a todo aquel que se roba realizaciones de anhelos a sí mismo para meter dinero en la caja-, mientras el avaro traduce su oración al becerro en un estéril rezo, yo traduzco la mía junto al becerro, saltándole encima y mandándole que me lleve a todas partes.

Y es precisamente por el aprecio que yo hago del valor inmensurable del dinero, que protesto y me rebelo con todas mis fuerzas contra el actual sistema social que permite neciamente que unos pocos, unos cuantos piratas rapaces, o unos cuantos hijos de piratas, o unos cuantos memos, protegidos por el ciego azar, nos roben todo el dinero, es decir toda la vida, es decir toda la crema de las cosas de este mundo.

No hay para que salirme diciendo que hay cosas -la inteligencia, el valor, la integridad, la bondad, el arte, la belleza y muchas más- que están por encima del dinero. En eso, yo, vil adorador del dinero, voy más lejos que nadie. No sólo creo que esas -las más altas cualidades del espíritu- están por encima del dinero, sino que creo que hasta una gota de agua, una hoja de yagrumo, un huevo de gallina, un hijo o una uva, cualquier cosa, en fin, vale mucho más que una onza de oro. La onza en sí nada vale; es un signo, un símbolo, y los símbolos ya se sabe que -aparte del valor que hemos querido que representen- real y positivamente valen menos que un comino.

Pero es precisamente por el respeto y el amor que yo les tengo a esas cosas en que la naturaleza reparte sus dones y de los cuales el dinero es símbolo, que yo insisto en predicar mi credo de amor a la riqueza, y aborrecimiento mortal a la pobreza. ¡Pero es que hasta me parece una monstruosidad abominable que a nadie se le diga que es bueno ser pobre; esto es, no comer, no vestir, no estudiar, no pasear, no meditar, no vagar, no sentir, no amar; no poder imprimir a nuestro paso la orientación apetecida; no poder cultivar por dentro y por fuera, como se cultiva una flor, nuestra propia personalidad; no poder ser dueños de nosotros mismos ni una hora ni un minuto; no poder arder como las mariposas en el perenne y colosal incendio de la vida... ¡ser siempre, siempre, por los siglos de los siglos, una pobre bestia resignada que trabaja y sufre!



                         VOCABULARIO    CONTEXTUAL



 1.Columbramos= Divisar desde lejos una cosa, sin distinguirla bien. Entrever, vislumbrar.

 2.Arcanos= Misterios, enigmas, secretos recónditos.

3.El becerro de oro= Según la Biblia, era un ídolo para adorar que  crearon los israelitas cuando Moisés subió al monte Sinaí.

 4.Memos= Estúpidos, tontos, simples.

 5.Ciego azar= Suerte, fortuna, casualidad.

 6.Valen menos que un comino= Se usa para significar algo de escasa importancia.





viernes, 29 de noviembre de 2024

La Virtud del Dinero

 



                 Primero de una serie de 9 artículos sobre el tema.


                                  La Virtud del Dinero 


Se habla siempre con profundo desdén del "vil metal". En el hogar, en la escuela, en la iglesia, en el teatro, la academia, en todas partes, la afición al vil metal es reprobada como feísimo delito.

Y siempre, siempre, se ha venido predicando al hombre que aborrezca como pecado mortal la codicia.

En cambio, ¡cuántos himnos, cuántas alabanzas cantadas a la pobreza! La pobreza honrada, lo pobreza sostenida con decoro, la pobreza aceptada alegremente, ¡qué virtud tan noble, que cosa tan envidiable y tan bella! 

Y los años se suceden, y los siglos pasan, y del fondo de hogares y escuelas e iglesias y teatros, continúa elevándose a los cielos el clamor de los hombres bendiciendo al pobre y condenando al rico.

Y sin embargo, sin embargo, infeliz de aquel que tome en serio el clamor general que ensalza al pobre y abomina al rico. Basta lanzarse en el torbellino del mundo, basta darse un chapuzón en la vida, basta iniciarse en la refriega social, para que la vida nos enseñe a marronazos que, al contrario de lo que cantan en hogares y escuelas, iglesias y teatros, la pobreza es un pecado abominable, y la riqueza la más alta, la más noble, la más espléndida de las virtudes.

Tal como está organizada la vida, la riqueza es la fuerza, y la fuerza es la salud, la inspiración, la armonía, la bondad, la fuente eterna de luz y de progreso y de gloria.

La riqueza limpia, la riqueza ennoblece y embellece. Los más grandes bandidos de la tierra cuando han triunfado, cuando se pasean por el mundo ostentando el nombre de millonarios, lejos de parecernos bandidos nos inspiran respeto, nos parecen seres superiores, y a su paso las más altivas frentes se inclinan, las cabezas más erguidas se descubren.

Las mismas escuelas, academias e iglesias que se pasan la vida anatemizando la riqueza y ensalzando al pobre, a cada donativo del bandido millonario se postran reverentes y le llaman, entre cánticos entusiastas, "varón magnánimo", "ilustre prócer", "generoso filántropo".

Y mientras al pobre, aunque sea inteligente y honrado, nos limitamos a hacerle justicia, llamándole con cierto indefinible y recóndito desdén, "buen hombre", apenas hemos divisado al rico le saludamos sonriente y efusivos, le estrechamos con apretón nervioso su mano y le ofrecemos nuestra casa, y se nos cae la baba, y reventamos de orgullo y de júbilo si nos digna concedernos el honor de una visita.

Y el bandido millonario, el hombre sin entrañas, la fiera que se abrió paso repartiendo entre los demás hombres dentelladas y zarpazos, al verse alabado, festejado y adorado como un dios, al notar que la sociedad le devuelve bien por mal, se va dulcificando, empieza a sentir él también respeto, casi adoración por sí mismo, y va lenta e inconscientemente elevándose al nivel del tratamiento que recibe, y predica sermones, y esribe libros de aliento para los jóvenes, y funda instituciones educativas, y hace regios donativos a hospicios e iglesias..., y el rugir de la fiera de otro tiempo se convierte en suavísima sonrisa, y el hombre sin entrañas que empezó su camino en los antros tenebrosos de la miseria y el crimen, al solo influjo del dinero redentor, acaba por morir en olor a santidad.

¿Se quiere una prueba más cumplida de que el dinero es el más poderoso y eficaz agente de bien y de progreso, y de que pueden más para la salud del cuerpo y del espíritu unas cuantas monedas que todos los predicadores de la tierra?

Y si es así, el seguir haciéndole tragar a nuestros hijos en hogares y escuelas la mentira de que es honroso y santo el desprecio al dinero y una excelsa virtud la pobreza, constituye la más vil de las hipocrecías, el más despreciable y abyecto de los crímenes.

Con tan nociva educación, en lugar de preparar a nuestros hijos para ser fuertes y conquistar a dentelladas el triunfo en la social refriega, los hacemos débiles, enfermizos, propios solamente para nutrir hospitales y cárceles, les despojamos de las armas necesarias para atacar y defenderse, les limamos neciamente las uñas y los dientes, exponiéndoles a todas las degradaciones, a todas la vilezas y dolores de la miseria.

Será amargo, será brutal lo que digo, pero la realidad, la inevitable realidad de nuestra vida es más brutal y amarga todavía.

Además la culpa no es de nosotros, es de la organización social en que vivimos. Pero mientras esa organización subsista, yo creo, yo afirmo, yo sostengo que el primero de nuestros deberes consiste, al revés de lo que decimos a nuestros hijos, en no ser pobres. Del mismo modo y en la misma medida que nos avergonzamos de una enfermedad contagiosa, debemos avergonzarnos de ser pobres. Porque, ¿qué mayor enfermedad que la pobreza?

La pobreza nos hace débiles, nos hace ignorantes y rudos, nos convierte en una exhibición perpetua de fealdad e inmundicia, en un núcleo perenne de villanía y de pereza y de crimen, en un tremendo e infeccioso virus en que laten en germen todos los males, todas las lacerías.

Por ser pobres nuestros hijos crecen enclenques y enfermos, sin sangre en las venas, sin luz en la mente; por ser pobres nos vemos forzados a vender nuestro sudor a un precio cada vez más bajo, aniquilando así la incipiente rebeldía de nuestros hermanos en huelga; por ser pobres convertimos los suburbios de las grandes ciudades en un inmenso, fétido hacinamiento de harapos y desechos, y lástima, y horrores; por ser pobres miramos con bestial indiferencia el avance del pensamiento en la ciencia, el rutilar de la belleza en el arte; por ser pobres rodamos y rodamos de ignominia en ignominia hasta el hospital, o la cárcel, o el cadalso; por ser pobres toda nuestra vida afectiva y nuestra vida intelectual se encierra en el estómago, en un estómago insaciado que se queja...

Y es por eso que debemos odiar de todo corazón la pobreza, que es el más grande, el más abominable de los crímenes. ¡Si hasta creo que es el único crimen!

Y es por eso también que en hogares y escuelas, y teatros y academias, le debemos predicar a nuestros hijos, como el deber más alto de todos los deberes, el deber de ser rico a todo trance; de sacrificar todo otro pensamiento al pensamiento de evitar la verguenza de ser pobres; de correr incansables e insaciables en busca de ese tan calumniado metal, sonoro y brillante, que nos hace ricos, y al hacernos ricos nos hace más sanos, más limpios, más alegres, más generosos, más enérgicos, más grandes, más hidalgos, más intrépidos, más nobles, más bellos...



                      VOCABULARIO CONTEXTUAL



 1.Refriega= Lucha, batalla, combate, contienda.

 2.Anatemizando= Reprobando, censurando, excecrando, maldiciendo.

 3.Ensalzando= Elogiando, ponderando, encomiando, exaltando.

 4.Dentelladas=   Acto de clavar los dientes, especialmente cuando se hace con fuerza para atacar o defenderse. Mordeduras, mordiscos.

 5.Abyecto= Infame, ruin, vil.

 6.Lacerías= Pobreza, indigencia, estrechez, miseria.

 7.Rutilar= Resplandecer, refulgir, relumbrar.





martes, 26 de noviembre de 2024

LOS HEROES DEL CAMINO

   



                                        LOS HEROES DEL CAMINO

(Artículo de comienzos del siglo XX)


    
     Cada día me siento más satisfecho de ser uno de los hombres más cobardes que hay en Puerto Rico para todo lo referente a vehículos, llámense coches, lanchas o automóviles. Cada vez que he tenido que lanzarme a la peligrosa aventura de un viaje o paseo, en uno de tales vehículos, me he vuelto tan gallina que he hecho reir a todo el mundo, y creo que difícilmente encontraré quien haya adquirido en menos tiempo, fama tan sólida de viajero asustado como la que yo me tengo ganada en Ponce y en San Juan. Y lo peor es que,  mientras más viejo me voy poniendo, más asustado, más cobarde, más gallina me siento cuando entro en un coche, en una lancha, en un automóvil. He explicado mil veces la causa de mi miedo, y, en lugar de convencer a nadie, sólo he conseguido que de tanto reir les dolieran las tripas a los que han tenido la suerte de oirme. A menudo me he preguntado, casi con angustia, si sería yo el único cobarde en un mundo de héroes, lo cual me daría la clave de las risas y aspavientos provocados una y otra vez entre mis semejantes; pero pronto la reflexión me ha hecho volver en mí y me he dado cuenta de que si de algo padece el mundo, no es ciertamente de sobra de valor sino de todo lo contrario. Entonces, ¿por qué resulto yo tan pusilánime en cosas que los demás realizan diariamente sin revelar temor ni siquiera nerviosa inquietud?
     Pues no puede ser por otra cosa (lo digo aunque me parta un rayo) que por falta de imaginación para verse rodando por una pendiente como una caja lamentable de huesos y de vísceras, o cogido y agarrotado y quemado a fuego lento bajo la insensible mole de una máquina, o lanzado como un proyectil contra un talud y tendido luego en un camino con los huesos rotos y convertidos en una informe y sanguinolenta masa de carne humana, taladrada por agrios y atroces dolores, con la cruel perspectiva de un hospital, primero, y de unas muletas, después, para arrastrarse por el mundo, si se tuvo la desgracia de salvar la vida. Si tuvieran imaginación verían todo esto, y si lo vieran se tendrían que espantar como me espanto yo, cada vez que tengo que volverme bulto y poner la integridad de mi cuerpo en manos de un cochero o de un chofer. No es, no, la perspectiva de la muerte, una muerte inesperada y rápida como el relámpago, lo que a mi me arredra cuando emprendo un viaje; es algo más o algo menos, según se considere; es la amenaza de perder un brazo o una pierna y de sufrir la tortura inquisitorial de una o varias operaciones quirúrgicas, para quedar luego lisiado para siempre: he ahí lo que me hace provocar la hilaridad de los pasajeros cuando pregunto, al entrar en un auto, si hay cadena, si los frenos funcionan bien, etcétera, etcétera.
     Y lo chocante es que si al pasajero risueño a quien le hace cosquillas mi inquietud de rata le pusieran conmigo frente a un revólver, la risita idiota se helaría en sus labios y quizá sí entonces los papeles se trocaban y él se volvía gallina y yo león... He puesto un quizá y lo quito; lo quito para asegurar rotundamente ahora que el pasajero de las cosquillas a quien la falta de imaginación le hace parecer un héroe de las Termópilas cuando le pide al chofer que vuele para llegar media hora antes, o pasarle al carro que encontró en su camino, no tiene, sería muy extraordinario que lo tuviese, el instinto de conservación tan amortiguado como lo tengo yo, por la reflexión y la filosofía, para afrontar serenamente la pérdida total de la vida. De cada mil hombres que he conocido, novecientos noventa y nueve son cobardes de solemnidad ante el menor peligro de muerte; novecientos noventa y nueve son, pues, inferiores a mí, en sereno y reflexivo valor, puesto que para este sereno y reflexivo valor es necesario algo que ellos no tienen, esto es, la facultad de saberse abismar cuando se quiera en la honda sima tenebrosa del problema enorme del ser y del no ser.
     Pero es que lejos de avergonzarme de tomar precauciones y pedir cadenas para las gomas patinadoras de un carro automóvil, me complazco más y más en exhibir mi miedo como quien exhibe un diploma. Un diploma de imaginación, un diploma de hombre reflexivo que desprecia la vida, pero que no desprecia el peligro de sentirla torturada, magullada y mutilada para siempre, porque a un chaufer bárbaro y a un pasajero necio, se les ocurrió la idiota hazaña gedeónica, de no dejarse que otro vehículo les echara polvo, o de ganar media hora o una hora para anticipar su llegada a casa, a una casa en que quizás son su perro y sus chinelas los únicos entes que no ven con cierto mal humor el rápido regreso del viajero impaciente y audaz que parece un héroe... y es simplemente un bruto.





VOCABULARIO    CONTEXTUAL




  1.Gallina= Persona cobarde, pusilánime.

  2.Sólida= Establecida con razones fundamentales.

  3.Ponce= Ciudad situada en la zona sur de Puerto Rico. Es la segunda en extensión territorial y segunda de mayor población de la isla.  Coordenadas: 18°00′N 66°37′W.

  4.San JuanCiudad capital de la isla de Puerto Rico. Coordenadas:18°27′00″N 66°04′00″W

  5.Aspavientos= Demostraciones excesivas de espanto, admiración, etc.

  6.Pusilánime= Falto de ánimo, cobarde, apocado.

  7.Agarrotado= Paralizado, inmovilizado.

  8.Mole= Masa, bulto, cuerpo.

  9.Informe= Que no tiene la forma que le corresponde.

10.Agrios= Dícese de lo que produce amargura, sinsabor.

11.Arredra= Que intimida, atemoriza, amedrenta.

12.Inquisitorial= Relativo a los procedimientos del tribunal eclesiástico que en la Edad Media castigaba cruelmente los delitos contra la fe.

13.Hilaridad= Risotada, carcajada.

14.León= Hombre audaz y valiente.

15.Termópilas= Lugar de Grecia que se hizo célebre a raíz de la heroica resistencia que allí opuso el rey Leonidas en 480 A.C. al gran ejército de Jerjes.

16.Amortiguado= Que está como muerto.

17.Abismar= Entregarse o meterse uno por completo en algo.

18.Honda sima= Dícese de las cosas intensas, extremadas y muy profundas.

19.Hazaña gedeónica= Refiérese a los hechos heroicos y temerarios del juez y guerrero del antiguo Israel llamado Gedeón.

20.Bruto= Ignorante, torpe, necio.





sábado, 23 de noviembre de 2024

VOLUNTAD Y GENIO




                                              VOLUNTAD  Y GENIO

 (Fragmento del artículo de 1914 La Abulia del Talento)

     Tiene uno que observar cosas bien raras en este desconcertante planeta en que vivimos. Y entre estas cosas raras, ninguna lo es tanto como la frecuencia con que vemos fracasar a los  hombres más inteligentes en las más fáciles empresas. Del mismo modo que se puede asegurar que una inteligencia mediana es necesaria para luchar en el combate de la vida con grandes probabilidades de triunfo, parece evidente también que una inteligencia sobresaliente es lo que más rápidamente conduce al fracaso. La peor herencia, pues, que podemos dejar a nuestros hijos es ésa: una grande, una fuerte inteligencia.
     Ya sé que esto suena a paradoja, pero, ¿qué profunda verdad habrá en el mundo que no parezca paradoja? Observad atentamente a la vida, buscad cien hombres que hayáis conocido íntimamente lo bastante para juzgar de sus facultades, fijaos luego en sus hechos, y ya veréis, ya veréis cómo los más inteligentes de esos cien hombres se fueron lamentablemente a pique en el mar de la vida, mientras los más ruidosos y redondos triunfos fueron indefectiblemente de las facultades más comunes, más medianas. Claro que hay excepciones, claro que suele ocurrir, de siglo en siglo, que una inteligencia de primer orden suba de un salto al éxito, pero la regla general es ésa: a mayor inteligencia, mayor número de probabilidades de romperse la crisma andando por el mundo.
     Yo me he quedado a menudo cabizbajo y triste en la contemplación ideal de este fenómeno, y hoy siento la necesidad irresistible de tratar de él. ¿Por qué? ¡Qué sé yo! Quizás porque me duele algo, porque me llora algo allá en las sombrías catacumbas del alma donde voy enterrando mis muertos anhelos...
     El éxito es hijo legítimo de la voluntad, y la voluntad parece, quizás, incompatible con una robusta, sobresaliente mentalidad.
     Si hay algo trágico en el mundo es el gesto de superioridad que el hombre de fuerte y personal sello intelectual tiene que sufrirle a todo burro o semiburro cuya voluntad tiesa y acerada le llevó a alguna cumbre social o económica. Allí donde el hombre de genio luchó, sufrió, y no sacó jamás los pies del plato, una medianía cualquiera vino, vio y venció con un golpe o con una serie de recios y sucesivos golpes de su gran voluntad. Y esta tesonera medianía, confundiendo lastimosamente lo que es voluntad con lo que es genio, se infla hasta casi reventar de un necio y petulante orgullo de hombre superior; y hay que verle entonces, junto al verdadero príncipe del talento, prodigando a éste necios reproches y estúpidos consejos. Y mientras más se yergue el mimado del éxito que tuvo voluntad, más se inclina y se abate tristemente ante su necedad victoriosa la noble cabeza cargada de ideas que cruzó por la vida soñando y pensando, y que por pensar y soñar demasiado se quedó rezagado y llegó tarde al banquete del éxito.
     Es cierto que, andando el tiempo, en un mañana más o menos remoto, nadie se acordará del victorioso de la voluntad y todos nombrarán con reverencia al rezagado oscuro que perdió el camino porque tuvo talento, pero, ¿es que la visión nebulosa de un lejano e incierto mañana puede reparar, ni siquiera atenuar, el dolor negro de sentirse, no sólo vencido, sino también desconocido y humillado y mancillado, a lo largo de toda una vida? ¿Con qué póstumos fulgores de gloria podemos compensar a Cervantes, no sólo de las hambres sino de los desdenes y ultrajes y humillaciones y suplicios sin nombre que padeció en vida, mientras una legión de hombres sin luz en la cabeza, pero con mucho acero en la forzuda voluntad -los potentados de su tiempo- se hacían a un lado, crispados de desdén o de asco, cuando pasaba él, soñando su Quijote, y, por culpa de ese sueño colosal, fracasado, andrajoso, desgreñado, implorante?
     ¡Oh la sombría, la muda, la inmensa tragedia de haberse condenado a vida de vencido, precisamente porque se lleva un sol en el cerebro, y porque al fuego de ese sol se derritió el resorte volitivo que nos hace fuertes, porque nos hace máquinas!
     ¡Y oh la secreta, la íntima, la lírica, la loca voluptuosidad malsana de sentirse rodar hacia la noche del andrajo, del desdén, del hambre, precisamente porque el tumulto de larvas de ideas y de sueños debajo de la frente, nos privó de atender al grotesco tumulto de chillidos de tripas hambrientas detrás del ombligo!




Vocabulario Contextual





1.Voluntad= Esfuerzo, fortaleza, constancia.

2.Genio= Talento, inteligencia extraordinaria o facultad creadora.

3.Paradoja= Figura de pensamiento que expresa aparente contradicción.

4.Irse a pique= Malograrse, fracasar en alguna cosa.

5.Ruidosos= Aplícase a las cosas notables de que se habla mucho.

6.Redondos= Muy provechosos.

7.Indefectiblemente= De un modo que no puede dejar de ser.

8.La crisma= La cabeza.

9.Catacumbas= Subterráneos en los cuales los primeros cristianos, especialmente en Roma, enterraban a los muertos.

10.Hijo legítimo= Que es producto cierto, verdadero y genuino.

11.Sello= Carácter distintivo comunicado a alguna cosa.

12.Tiesa= Fija, firme, rígida.

13.Acerada= De acero o parecido a él. Dura o de mucha resistencia.

14.Tesonera= Dícese de lo que tiene tesón (firmeza, constancia).

15.Infla= Que se engríe, envanece.

16.Petulante= Presumido, engreído, vanidoso.

17.Abate= Que se baja o se humilla.

18.Sol= Dícese de lo que tiene luz (ilustración, cultura).

19.Resorte volitivo= Impulso para lograr los actos de la voluntad.

20.Larvas= Dícese de las cosas que están en estado de formación.