miércoles, 28 de diciembre de 2022

Adios 1915

                                                         


 

                            Adios 1915

(Artículo de enero de 1916)

     Se va, se fue ya el año 1915. Nunca me he entretenido en la tarea, puerilmente romántica, de despedir el año que muere y saludar al que comienza. Pero en esta fracción de tiempo que, convencionalmente, hemos designado con el nombre de 1915, han ocurrido cosas tan gordas, tan monumentales que bien vale la pena de referirse a ellas, aunque sólo sea para tener el gusto de nombrar alguna, ahora que otra fracción de tiempo, rotulada con otro número, nos sale al encuentro. En primer lugar, a este 1915, que ya se va, le cabe el honor de haber sido el más sangriento de la historia. Es verdad que la gran guerra europea estalló en el 1914, pero estalló a mediados de año, de modo que el primer año consumido, desde Enero a Diciembre, en la enorme contienda, es el 15, y por eso es que figurará para siempre en la historia con un color de un rojo más subido que ningún otro año. El ataque grandioso y desesperado de los alemanes a Yprés; la entrada de Italia; la retirada rusa; la escuálida figura del gran duque Nicolás desapareciendo bruscamente de la escena como si se hubiese evaporado; la actitud de Grecia, donde la mano de una mujer detiene y paraliza los impulsos de la voluntad nacional; la traición de Bulgaria; la fiereza casi inverosímil de los servios; la archi-ridícula aventura del millonario Ford... ¿Cómo no enamorarse rendidamente de un año así, que nos ha puesto ante los ojos en veloz desfile sucesos tan grandiosos y dramáticos? Dejo a los mojigatos, a los llanos de espíritu, la tarea fastidiosa de derramar un mar de lágrimas de beata para llorar el mar de sangre vertida en los campos gloriosos de Europa en el 1915, y me entrego con toda mi alma al deleite de meditación, de evocación y de emoción que me van brindando, uno a uno, los trágicos episodios de esta gran epopeya. Y me consuelo del gran dolor de no haber vivido en los tiempos de Napoleón el divino, pensando que estoy vivo ahora y que he podido contemplar cosas que tienen más fuerza dramática que los mismos milagros napoleónicos. Y pienso más; pienso que estoy vengado. Que estoy vengado ya de toda la bilis que me he tenido que tragar a lo largo de la vida, resignándome a tolerar, sin tregua ni protesta, las mil y una vulgaridades, ramplonerías, sandeces y vilezas de que estaba saturado el mundo, y sobre todo este mundo, raquítico y apestoso a trastienda, de América, donde el concepto de las cosas es tan pobre y oscuro que los pavos son águilas y las cotorras ruiseñores. Y digo que he quedado vengado, porque en la hoguera de la guerra que está ardiendo en Europa se están quemando los moldes, las normas, los cimientos mismos del sistema social odioso y mil veces maldito que a manera de máquina infernal mataba por asfixia los temperamentos ricos, generosos, pródigos de acción o de pensamiento, y guardaba todos sus merengues y sus sopas bobas, y sus monedas, y sus misas y sus lujos y sus mimos, para aquellos hombres tirados a cordel cuya tosca sensibilidad y cuya falta de espiritualidad les hacía adaptables, convirtiéndolos en exhibición perenne de virtudes negativas, burguesas, rutinarias, fáciles, flatulentas, feriables...
     ¡Oh la inmensa hoguera crepitante y convulsa en que vislumbro ardiendo, chisporroteando, gimiendo, maldiciendo, bufando, pateando y muriendo toda la absurda, grotesca, caduca, mercenaria y tiránica ideología de cerdos flacos con que me han torturado padres, maestros, clientes, amigos y enemigos desde que vi la luz en este islote americano donde las águilas, para poder vivir, se disfrazan de pavos y los ruiseñores de cotorras!
     Año de 1915, el más sangriento, el más trágico, el más grande de la historia: en medio de la mugre espiritual que ya te has llevado, yo, un hombre pequeño e insignificante nacido y criado en una verruga del Caribe, y que, de puro aburrido y asqueado, pensó en suicidarse a principios del año 1914; yo, un hombresito ruin, a quien haría correr y morirse de miedo una gota de sangre, te saludo en tu olímpico agonizar y me empapo bien el corazón de la roja luz de tu noble y amado recuerdo...




VOCABULARIO  CONTEXTUAL




  1.Puerilmente= De modo trivial, fútil, vano.

  2.Romántica= Sensiblera, excesivamente commovible.

  3.Gordas= Destacadas, notables, trascendentes.

 4.Rojo= Radical, revolucionario. Muy exaltadas las pasiones.

  5.Escuálida= Consumida, enclenque, raquítica.

  6.Mojigatos= Personas que se escandalizan fácilmente.

  7.Fastidiosa= Inaguantable, insoportable, desagradable.

  8.Bilis= Enojo, cólera, amargura.

 9.Ramplonerías= Vulgaridades, desverguenzas, insolencias.

10.Raquítico= Pequeño, de poca categoría o poder.






sábado, 17 de diciembre de 2022

SONATA DE DICIEMBRE

 



                                              

                                            SONATA DE DICIEMBRE

(Artículo de 1915)

    

     Majarete, arroz con dulce, almojábanas... Yo voy diciéndome estas palabras muy despacio, muy sosegada y recónditamente, y siento que al decirlas se me llena el corazón de cosas de infancia que cantan y lloran.
     Majarete, arroz con dulce, almojábanas... ¿Dónde estarán aquellas manos resplandecientes de blancura de carne y de alma, que para estos días de diciembre, tan suaves, tan azules, tan amables, se complacían en recrear mis ojos de niño con las tres exquisitas golosinas que he nombrado, puestas sobre un mantel?
     Fino era el aire como filo de navaja; verdes los campos, pero no del verde crudo y detonante del resto del año, sino de un verde claro, delicado y lánguido. Y en todas partes, en el aire fino de la montaña y en el verde claro de los campos, ecos de coplas jíbaras olorosas a selva que subían y subían triunfantes por entre la malla de cálidas notas que tejían la guitarra y el cuatro y el güiro. ¡Oh aquellos días, melancólicamente apacibles, en que no había regaños de maestros ni necias disciplinas escolares, y todo sonreía, y había nidos y trinos y vuelos en los cafetales de Coabey, y los caminos se llenaban de muchachas, y yo tenía permiso para montar a caballo, en el minúsculo caballo negro y manso que me habían regalado, y seguir las parrandas, las alegres parrandas de gentes humildes y sanas de corazón que por instinto tenían la sabiduría de volverse niños una vez al año para irse por los caminos pidiendo aguinaldo!
     En la larva de hombre que era yo entonces, qué de impresiones recogidas ávidamente, como en una especie de íntimo delirio, por todos mis poros, en todo cuanto mi vista abarcaba, desde la rama de guaba que mecía blandamente la brisa primaveral, hasta la cálida vibración de juventud en el cuerpo, en la mirada y en la voz de las muchachas que cantaban y bailaban. Yo no bailaba ni cantaba, porque era niño y tímido, pero miraba, miraba, miraba. Y de las cuerdas tensas de mis nervios se quedó prendida para siempre la rara sensación inexpresable que me producía el verdor de los campos, el palpitar voluptuoso del aire, la salmodia perenne del río, la vibración de juventud en los cuerpos de las jíbaras, y el eco lánguido de la copla campesina resonando sobre los intrépidos acentos del cuatro y los trágicos acentos de la guitarra. Y desde entonces enfermé; enfermé de la grave dolencia de ensoñación que inocularon en mi sangre el aire y las montañas y el río de Coabey, cuando les vi vestidos con el traje delicado y galano que les daba diciembre.
     Y vuelven, han vuelto ya los días de fin de año, tan suaves, tan azules, tan amables, en que diluye su alborozo la mañana y su pena la tarde. Vuelven... ¿pero dónde está mi caballito negro de seguir parrandas? ¿dónde las ondulantes y frescas muchachas que llenaban los caminos? ¿dónde la copla jíbara que glosaban el cuatro y la guitarra?... ¿Y dónde, dónde hallar, Dios mío, por mucho que yo peregrinase buscándola, aquella voz, aquella cara, la figura aquella de mujer buena, triste y dulce, de cuyas manos resplandecientes de bondad recibí yo tantas veces las exquisitas golosinas de diciembre?
     Majarete, arroz con dulce, almojábanas... ¡Quién iba a pensar que estas palabras me habían de conmover con la emoción de ahora, que las voy diciendo muy despacio, muy sosegada y religiosamente, pues al decirlas siento que se me llena el alma de cosas de infancia, de melodías lejanas que cantan y lloran!





VOCABULARIO    CONTEXTUAL




  1.Sonata= Composición musical instrumental de vario carácter y movimiento.
  
  2.Majarete= Manjar compuesto de maíz, leche y azúcar.
  
  3.Arroz con dulce= Postre hecho a base de arroz, leche de coco y pasas y que se sirve en la época navideña en Puerto Rico.
  
  4.Almojábanas= Especie de torta que se hace con manteca, huevo y azúcar.
  
  5.Crudo= Se aplica a las cosas destempladas, desmesuradas, faltas del término medio que se toma entre dos cosas.
  
  6.Detonante= Desmedido, inarmónico, chocante, desmesurado.
  
  7.Jíbaras= Dicho de personas, costumbres y otras cosas relativas a los campesinos en las regiones montañosas de Puerto Rico.

  8.Cuatro= Instrumento de la musica tradicional puertorriqueña algo más pequeño que la guitarra y de cinco cuerdas dobles metálicas.
  
  9.Güiro= Instrumento musical de percusión muy popular entre el campesinado de las Antillas Mayores con caja de resonancia hecha de un calabazo duro de la mata del mismo nombre. Se le conoce también como güícharo.

10.Coabey= Nombre taíno que denomina a un barrio ubicado en las coordenadas 18°12′51″N 66°33′44″O y perteneciente a la municipalidad de Jayuya, Puerto Rico.

11.Aguinaldo= Regalo que se da en la fiesta de Navidad a los que van por las casas cantando villancicos.

12.Salmodia= Canto cadencioso, insistente y un tanto monótono.


13.Intrépidos= Atrevidos, vigorosos, enérgicos.

14.Acentos= Dícese de la intensidad o prominencia que se le da a los sonidos para realzarlos o resaltarlos.

15.Trágicos= Hondamente conmovedores.

16.Inocularon= Que alojaron, inyectaron, introdujeron.

17.Galano= Dispuesto con buen gusto. Elegante, gallardo, primoroso.

18.Alborozo= Extraordinario regocijo, júbilo, placer o alegría.

19.Ondulantes= Que sus cuerpos presentan líneas curvas.

20.Glosaban= Dícese de la variación que diestramente ejecuta el músico sobre unas mismas notas.

21.Religiosamente= Con sentimiento de veneración y devoción.





jueves, 8 de diciembre de 2022

EL QUESO Y EL RATON

 



                                             EL QUESO Y EL RATON

(Artículo de 1919) 



     Copio del periódico americano "The Magazine of Wall Street", número de julio 19:

     "Hay muchos hombres --no sólo en New York sino también en otras partes de Estados Unidos-- que quizás no son todavía nacionalmente conocidos, pero que tranquilamente se van labrando una gran carrera para sí mismos. Dentro de cinco o diez años sus amigos, al verlos pasar, dirán: "Yo conocí a Brown cuando él era solamente tal o cual cosa. Ved ahora la posición prominente que ocupa." "Hombres de este calibre están comenzando a hacer sonar sus nombres en los altos círculos cada vez con mayor frecuencia y "The Magazine of Wall Street" se propone presentar esta serie de esbozos de sus carreras que deben ser una fuente de emulación para todos aquellos jóvenes que estén resueltos a conquistar su parte en el período de prosperidad que se ha iniciado para nuestro país."

     Permítame ahora el honorable órgano de su Majestad Imperial la Banca de Wall Street una tímida observación. Esas plazas prominentes para esos jóvenes de ambición de que usted habla, ¿han de ser tantas como tantos sean los jóvenes modelos, los Brown, que se hagan acreedores a tal premio?
     Seguramente que no, ¿verdad? Cada firma o cada casa opulenta podrá tener cabida para uno, para tres, para cinco... para un número limitadísimo, casi infinitesimal. Tenemos, pues, que por cada jovencito modelo, marca mosquita muerta (o sea, hecho a la medida del gusto y conveniencia del principal) que logre entrar por el ojo de la aguja de una tal plaza prominente en perspectiva, habrá mil, diez mil, una legión que -¡claro! por no haber cabida para todos- no tendrá otro porvenir que el de reventar por el camino, convertido por toda la vida en un sufrido y sudoroso y lamentable burro de alquiler.
     Luego... Luego el honorable Magazine de Wall Street debe cambiar de copla, porque ésta está muy vieja (yo se la oí a mi abuelo) y no tratar de hacer tragar a nuestros hijos, a las nuevas generaciones en que está hoy toda la esperanza del mundo, la adormidera esa de la alta posición que les espera si se portan bien, esto es, si extinguen en sus almas toda ansia juvenil, rebelde y generosa, de superación, para plegarse sumisos a los gustos e intereses del principal.
     ¡Oh, la coplita vieja de Wall Street! ¡Cuántos hay todavía que seducidos por ella abdican del supremo orgullo de sentirse jóvenes, y por consiguiente renovadores, y bajan la cabeza, y al paso de buey viejo van macilentamente, anda que anda, rumiando el sueño sanchopancesco de la alta posición, a base única de barriga llena, automóvil y libro de cheques... Es como un ejército de ratas que se viese marchar lúgubremente noche y día, en ordenada procesión, fascinado por la visión de un poquito de queso pendiente de un hilo allá en lo alto de un palo. ¡De un palo siniestro, muy flaco y muy solo, a cuyo extremo ninguna de las ratas -sino una entre mil- ha de llegar jamás!




VOCABULARIO   CONTEXTUAL




  1.Wall Street= El término es usado para hacer referencia tanto al mercado financiero estadounidense como a instituciones financieras.

  2.Mosquita muerta= Que afecta (finge) mansedumbre y docilidad.
  
 3.El principal= El jefe, el amo.

 4.Adormidera= Que adormece, acalla, entretiene.

  5.Macilentamente= Tristemente, decaídamente, melancólicamente.

  6.Rumiando= Considerando algo una y otra vez. 

 7.Sanchopancesco. Relativo a Sancho Panza. Que antepone a todo el provecho, interés o fruto que se saca de una cosa.

  8.Lúgubremente= De modo triste, melancólico, sombrío.

  9.Fascinado= Engañado, alucinado, ofuscado.

10.Siniestro= Funesto, infeliz, aciago.




viernes, 2 de diciembre de 2022

EL CAPITALISMO

 



                                                     EL CAPITALISMO

  (Fragmento del artículo de 1921 Cambio de Cinta)



   Inconsecuente, impulsivo, atrabiliario, feroz, dispuesto a condenar hoy lo que ensalzó ayer, sin otro instinto propulsor que la gula. Así es, así ha sido y así será siempre por los siglos de los siglos, el mundo monstruoso del capitalismo. ¿Cómo va a ser de otro modo, si no tiene otra filosofía, otra norma que ajuste el ritmo de sus actos, que la del lucro particular, el beneficio de cada uno para cada uno? ¿Qué otros frutos puede dar esta filosofía de gorilas?


     Por un momento los véis unidos, abrazados estrechamente en la más íntima y edificante comunión de pensamiento. Y os parece que aquello es la paz. Pero ¡ay!, no es la paz. Es simplemente una reunión de lobos que están en acecho de algo que comer, de algo que repartirse. Pero aquel mismo apetito que los une un momento los desune un momento después. Basta que sobrevenga un incidente cualquiera que encienda la chispa de los recelos -latente siempre allí donde no hay otra cosa que hocico y mandíbulas- para que al aparente concierto de voluntades suceda un concierto de gruñidos... y a Dios que reparta suerte.





VOCABULARIO CONTEXTUAL




 1.Capitalismo= Doctrina económica fundada en el predominio del Capital sobre el Trabajo como elemento de poducción y creador de  riqueza.

   2.Inconsecuente= Que obra con falta de arreglo a sus principios.

  3.Impulsivo= De proceder irreflexivo.


  4.Atrabiliario= Destemplado, violento.


  5.Feroz= Que obra con crueldad y dureza.


 6.Instinto propulsor= Impulso o propensión maquinal e indeliberada que lo impele hacia adelante.


  7.Gula= Apetito desordenado.

 8.Lucro particular= Ganancia o provecho propia, privada, individual.

  9.Edificante= Que da buen ejemplo.

10.Comunión= Que es admitido de todos o de la mayor parte.


11.Acecho= Acción de observar y aguardar cautelosamente con algún propósito.


12.Recelos= Acción y efecto de temer, desconfiar y sospechar.


13.Latente= Oculto, escondido.


14.Aparente concierto= Que parecen ser de común acuerdo, pero no lo son.

15.Gruñidos= Voz del lobo.




viernes, 25 de noviembre de 2022

GUAPERIAS

 



                                                    GUAPERIAS

(Artículo de 1920)



     Batlle Ordóñez se ha cubierto de gloria en estos días dándonos una prueba más de que es hombre de muchos pantalones. El cable nos cuenta, con lujo de sibaríticos pormenores (estas epopeyas gustan todavía de un modo atroz), cómo Ordóñez le partió el corazón de un balazo a su colega el diputado Beltrán, y cómo éste es, desde enero para acá, el segundo enemigo que despacha en el terreno de los caballeros. ¡Es mucho hombre este truculento y tremebundo Batlle Ordóñez! Le dan a uno ganas, ante hombres así, de darse unos porrazos en el pecho y salir cantando como gallo. ¿Quién iba a creer que allá en Montevideo, ciudad de cuya refinada cultura moderna se nos ha dicho tanto, perdura aún, fresquecito, el guapetonismo caballeresco medioeval? ¡Bendito sea Dios! Pensar que después de tanto herrerareisigmo y rodoísmo estamos todavía tan poco desbastados que no sepamos discutir ningún asunto sin caer en la grosería plebeya de los desahogos y denuestos personales y de estos desahogos y denuestos, en las bofetadas, patadas, palos, pedradas, cuchilladas o balazos...
     “Al campo don Nuño voy, -donde probaros espero...” He aquí compendiada toda nuestra psicología de relación en materia de controversias. En este particular estamos tan adelantaditos como en los felices tiempos del Cid Campeador y Diego García de Paredes.
     Pero no vayan a creer ustedes que milito entre los adversarios del duelo a la manera norteamericana. Para ellos, para los norteamericanos, el duelo es costumbre ridícula y propia sólo de latinos cabecicalientes. Lo cual no significa que entre ellos estén eliminadas las riñas cuerpo a cuerpo en que culminan, allá como aquí, los desahogos y denuestos. Lo único que ellos han hecho es suprimir el ceremonial caballeresco, pero están tan dispuestos a entrarse a trompadas o balazos con un adversario deslenguado como nuestros hermanos latinos que cultivan aún el deporte de ventilar sus diferencias en el campo de idiotez de don Nuño. Es cuestión de forma, pero tan bárbaro es el que trompea o acuchilla a su enemigo sin ceremonial, como el que lo hace a la clásica usanza caballeresca. Y puesto a escoger, por lo que a mí me toca, entre dejarme romper quijada o costilla por un bruto, y dejarme perforar el cuerpo con florete o bala en el campo del honor, prefiero lo último, forma de barbarie más atenuada, al fin y al cabo, que la plebeya riña sin ceremonial al crudo estilo americano.
     La enfermedad no está en la sábana. El mal no está en la forma, sino mucho más adentro: en la manía grotesca de asociar el honor con el daño personal inferido al adversario. Tantas bofetadas, o puñaladas, o balas, dadas o recibidas, otros tantos quintales o toneladas de honor que quedan reinvindicados. Me llamó usted necio, o pelagatos, o estafermo, o canalla, o bandido, o cualquiera de las bajas expresiones coléricas que aún quedan en nuestro poco evolucionado léxico, pues ya tengo el deber de honor de romper o dejarme romper la nariz, la quijada, una o varias costillas y, si a mano viene, el corazón. Mientras más averías físicas resulten del encuentro, más limpio y resplandeciente queda el honor y más resoplante de orgullo el vencedor. ¡Ni más ni menos que si en lugar de hombres se tratara de mulos o jabalíes! En este punto, cualquiera ve que el carrero y el mozo de cuerda coinciden, en su psicología, con el más cultivado intelecto. Mucho orgullo, muchos humos de superioridad sobre los que carecen de nuestro mismo grado de educación... y sin embargo, en las normas fundamentales de nuestra vida, en la manera de entender cosa tan alta y delicada como el honor, tan toscos, tan primitivos, tan desaforadamente mulos los unos como los otros.
     Se me objetará que hay ofensas serias y que el no tomarlas en cuenta nos presentaría como unos cobardes. Pero yo replico que el llamarme canalla, o bandido, o perro, no es tal ofensa más que en la cabeza de un tonto. Un epíteto, mientras más grosero y más sucio sea, menos me puede herir. Al que hiere en realidad, al que pone en evidencia como un ser inferior e infeliz, menos digno del odio que de la conmiseración, es al procaz adversario que me lo echa al rostro por no tener cosa mejor en su intelecto con qué defenderse. Un epíteto, como no prueba nada, como no contiene pensamiento alguno, es menos que un estornudo, sólo puede soliviantar a los que, por haber venido al mundo con la psicología de los gallos, temen perder algo si no responden materialmente, con golpes o balas, a la provocación de un imbécil.
     Pero, y si a usted, señor --se me ha dicho varias veces-- le nombran la familia o le imputan alguna acción bochornosa, ¿se va a quedar tranquilo? Y yo repondo: Sí; me quedaré tan tranquilo y tan impasible como un ladrillo. Si es verdad, mi mayor orgullo, si soy hombre que valga dos cuartos, debe ser el no rehuir las verdades, ni las agradables ni las desagradables, ni las mías ni las ajenas, por nada del mundo. Y si es mentira... vive Dios, que si yo no supiera despreciar la mentira, si yo descendiese jamás hasta el extremo de ruindad de temblarle a un embuste, ¡me ahorcaría en el acto de asco de mí mismo!
     Pero es más. Es que si verdaderamente fuésemos tan educaditos y refinaditos como alardeamos de ser desde que aprendemos cuatro paparruchas en un colegio, y tuviéramos sobre el palurdo algo más que la calidad de la ropa y el pulimento de las maneras superficiales (maneras que se le pueden enseñar a un mono en menos de un trimestre), en lugar de complacernos en el daño corporal producido al adversario, sentiríamos horror ante la sola idea de ese daño. Yo, Juan, salto al campo con Pedro y le pego o me pega. Pues bien; si yo, Juan, soy algo superior al pobre palurdo de la calle en mi sensibilidad y en mi entendimiento, es evidente que saldré siempre perdiendo. Si me pegan, por el dolor y las consecuencias de los golpes. Y si yo pego, porque me avergonzará y me dolerá como un feroz reproche el espectáculo de los golpes o heridas que le dí a mi adversario.
     ¿Quién que así piense no encuentra en sí mismo reservas de valor (el verdadero, el espiritual, el único) suficientes para no convertir jamás --aunque pase ante el vulgo por cobarde-- un conflicto de ideas, una controversia cualquiera, en un motivo de boxeo o de duelo?
     Ese mismo pendenciero Batlle Ordóñez, que en lo que va del año a despachado en el campo de don Nuño a dos de sus adversarios, ante este alto y genuino concepto del valor --del gran valor, floración del espíritu, que llevó a Tolstoy a reñir con su casta, y a San Francisco de Asís a hermanarse con el lobo y la pantera y a Cristo a llevar su mensaje de renovación social lo mismo a la casa del bueno que a la casa del malo-- se queda chiquitito. Porque ¿cuánto apuestan ustedes a que éste señor, este Pepe el Tranquilo de Montevideo que mató a Beltrán de un pistoletazo, no es en el fondo más que un cobardón infeliz que se muere de miedo al solo anuncio de que se va a decir o a creer de él tal o cual cosa?






VOCABULARIO   CONTEXTUAL



  1.Batlle Ordóñez= José Pablo Torcuato Batlle Ordóñez (1856-1929)= Sirvió como Presidente de la República de Uruguay en tres períodos distintos; primero interinamente del 5 de febrero de 1899 al 1 de marzo del mismo año, luego como el 19° presidente constitucional de 1 de marzo de 1903 al 1 de marzo de 1907 y más tarde como el 21° presidente constitucional del 1 de marzo de 1911 al 1 de marzo de 1915.

2.Sibaríticos= Se dice de las cosas que se hacen con placer o deleite.

3.Beltrán= Washington Beltrán Barbat (1885-1920)= Escritor, periodista, abogado y político uruguayo.

4.Truculento= Que asusta por su exagerada crueldad.

5.Tremebundo= Horrendo, que hace temblar.

6.Herrerareisigmo y rodoísmo= Refiérese a la influencia cultural de estos dos grandes de la literatura uruguaya y mundial: Julio Herrera y Reissig (1875-1910) y José Enrique Rodó (1871-1917).

7.Desbastados= Educados, sin rusticidad. Civilizados.

8.Grosería= Descortesía, falta de urbanidad, rusticidad, ignorancia.

9.Plebeya= Perteneciente al vulgo, al populacho.

10.Desahogos= Dar rienda suelta a un sentimiento o queja para aliviarse de ellos.

11.Denuestos= Injurias, afrentas o ultrajes graves.

12. "Al campo don Nuño voy"= Verso de La Venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca, donde se satiriza el honor tradicional.

13.Cabecicalientes= Cabeciduros= Testarudos.

14.Trompadas= Golpe dado con la trompa (prolongación de la nariz de algunos animales). Usada para cargar la acción del mayor sabor posible a animalidad.

15.Deslenguado= Malhablado, insolente, lenguaraz.

16.Florete= Espada.

17.Pelagatos= Hombre pobre y desvalido y a veces despreciable.

18.Estafermo=Simplón, pelele, mequetrefe.

19.Resoplante= Envanecido, presumido, engreído.

20.Carrero= Carretero = El que guía las caballerías o los bueyes que tiran de las carretas.

21.Mozo de cuerda= Persona que se ponía antiguamente en los parajes públicos para llevar cosas de carga o para hacer algún otro mandado.

22.Procaz= Desvergonzado, atrevido.

23.Soliviantar= Mover el ánimo de alguien para inducirle a adoptar una actitud hostil.

24.Paparruchas=Tonterías, estupideces, necedades.

25.Palurdo= Se refiere despectivamente al cuerpo como algo tosco, ordinario. Persona tosca, ignorante, patán.

26.Pulimento= Mejoramiento, afinamiento, 
perfeccionamiento.


27.Pepe el Tranquilo= Figura folklórica del toreo español. Es 
el "valiente" que se para frente al toro sin moverse, como si 
no le importase nada.





miércoles, 16 de noviembre de 2022

YO ERA UN VIEJO MENDIGO

 



                                         YO ERA UN VIEJO MENDIGO

(Artículo de 1915)

   Yo era un viejo mendigo...
   Yo era un viejo mendigo que iba por los caminos con la sola impedimenta y compañía de mi mochila y mi bastón.
     Antes, ya hacía tiempo, yo había sido eso que llaman caballero, esto es, una cosa triste, una cosa incolora, inerte, una mezcla abominable de virtudes pequeñas y de minúsculos vicios cobardes y toscos.
     Pero llegó un día en que mi sangre y mis nervios rebeldes brincaron coléricos, y fuí hombre otra vez, y sentí y pensé por mí mismo, en menosprecio y desafío de los cánones sociales... Y rodé y rodé tanto a consecuencia de mi loca resolución de no ser más un ridículo y vacuo monigote social, que no tardaron en venir las alimañas de la miseria. Vinieron las viscosas alimañas de la negra miseria, y se cebaron en mi carne y en mi alma. Y sentí angustia, y pensé en el suicidio. Pero he aquí que de pronto veo claro en la noche de mis pensamientos y me convenzo que era tonto morir cuando me quedaba aún dentro de la vida una nueva y tentadora aventura --la última-- que emprender. "Similia similibus curantur." ¿Padecía de miseria? Pues en la miseria misma había de hallar remedio y olvido.    Y una tarde lluviosa de enero en que todas las cosas se hacían musicales y le cantaban a mi alma ensoñadora vagas melancolías, resolví recobrar mi dignidad perdida, y en un rapto orgulloso de amor a la vida, me llené de humildad, tendí la mano en demanda de una limosna, y abracé para siempre la romántica y noble carrera de mendigo.
     Y ya hace varios años que voy por los caminos sin prisa y sin rumbo, saboreando a diario la enorme y casi terrible voluptuosidad de sentirme, dentro de mis harapos, solo y libre, rey de mis emociones y de mis pensamientos en un mundo en que todo es esclavo. Y desde la cumbre de mi inmensa humildad, miro la vida bajo un aspecto nuevo y amplio y casi sonriente; y cada piedra, cada árbol y cada monte y cada bestia del camino me detienen y me acarician dulcemente, ofreciéndose a mis ojos con indecisos e inefables lineamientos de enigma y de poema.  Y voy andando, andando. Y pasan junto a mí los erguidos señores de la tierra, y yo les miro sin odio y sin amor, pero con pena, con mucha pena de su ceguedad, de su sordera, de su espantable insensibilidad marmórea que les hace fuertes como dioses, pero que también les despoja de todo calor de humanidad, volviéndolos cadáveres antes de haber muerto.
     Y era otra vez una tarde lluviosa de enero, toda melancolía. Y era, en el tierno regazo de la tarde aquella, una lomita verde, suavemente ondulada y amable. Y era sobre el verdor ingenuo de la loma, la visión gris de un bohío campesino... Yo llegué a la casita, y pedí, desde la puerta, un rincón donde guarecerme de la lluvia. Y del interior de la casita salió una voz de plata que me dijo que entrara, y luego una figura de mujer bella y joven se me puso delante. Y pasó entonces por mi alma, como una puñalada, un agudo pesar de no ser caballero y galán como antes. Pero aquella congoja fue breve, y, transcurrido un minuto de contemplación y de tímida charla en el seno de la rústica familia moradora del bohío, volvió a hacerse la paz en mi alma de mendigo, al tiempo que allá fuera la lluvia había callado y se extendía la noche. Siguió la plática a medida que se iban encendiendo las estrellas, y mientras de mis labios de mendigo iba saliendo lentamente la tenue luz crepuscular de la historia de mi vida vagabunda, ensoñadora y mendicante, a los ojos de la muchacha se asomaba de cuando en cuando un resplandor de simpatía. Y yo tuve la pequeña e infinita ventura de dormirme aquella noche pensando que entre el encanto de aquella mujer cuyos ojos me habían amado, y el encanto del viento que zumbaba en la yaguas del bohío, y el encanto lejano de la luna bajo cuyo ensalmo reposaba la verde lomita de silueta ondulada y amable, existía desde la eternidad como un hilo que los enlazaba y como un pacto milagroso de no ser, de no darse plenamente sino al hombre dotado de heroísmo suficiente, no para descubrir tierras ni emancipar pueblos, sino para descubrirse a sí mismo, y dotar a su espíritu, a través de la suprema humildad, del orgullo supremo de sentirse sereno, solo y libre en un mundo de esclavos. Amaneció; me dispuse a salir, y afablemente dije mi adiós a todos. La mano de la niña temblaba levemente al estrechar la mía... y yo me dije a mí mismo que nunca más, nunca más, le haría a mi suerte el imbécil reproche de haber dejado para siempre de ser caballero y galán. Salí al batey. Acaricié al pasar el húmedo y bello hocico de un becerro que por allí triscaba, entregado todavía al alborozo de la mañana, y empecé a caminar mochila al hombro por una vereda que llevaba a un río. Y anda, anda, anda.
     Yo era un viejo mendigo...




                                    VOCABULARIO     CONTEXTUAL




  1.Impedimenta= Bagaje que suele llevar la tropa, e impide  la celeridad de las marchas.

  2.Incolora= Impersonal, indiferente, insulsa.
   
  3.Inerte= Desidiosa, apática, indolente.

 4.Abominable= Digno de ser aborrecido por malo o perjudicial.

 5.Cánones sociales= Reglas o preceptos, generalmente fijados por las costumbres o los usos.

  6.Vacuo= Superficial, insustancial, trivial.

  7.Monigote= Títere, pelele, fantoche.

  8.Alimañas= Dícese de las cosas malas y perversas que causan gran daño.

  9.Viscosas= Dícese de las cosas pegajosas que  se adhieren a uno.

10.Cebaron= Que se ensañaron con él causándole daño o dolor

11.Similia similibus curantur= Lo semejante con su semejante se cura, un clavo saca otro clavo.

12.Rapto= Impulso, emoción o sentimiento muy intenso.

13.Romántica= Noble de ánimo, sentimental, soñadora.

14.Voluptuosidad= Gozo, placer, deleite.

15.Inefables= Que no se pueden explicar con palabras.

16.Lineamientos= Dícese de los rasgos  o características de las cosas.

17.Enigma= Cosa difícil de comprender.

18.Erguidos= Engreídos, ensoberbecidos, envanecidos.

19.Marmórea= Semejante al mármol en algunas de sus cualidades.

20.Bohío=  Cabaña de América, hecha de madera y ramas, caña o pajas.

21.Mendicante= Que mendiga o pide limosnas.

22.Yaguas= Láminas fibrosas que rodean la parte superior de la palma real y con las cuales se techaban las chozas de los indios y de los campesinos.

23.Ensalmo= Hechizo, encanto, seducción

24.Triscaba= Jugueteaba, retozaba, correteaba.