domingo, 24 de enero de 2021

LOS NIÑOS DE ALBANY

 

 
 
LOS NIÑOS DE ALBANY
(Artículo de 1916)


     ¡Cómo! ¿Pero es verdad que en Albany, Estados Unidos, sesenta mil niños han ido en manifestación a pedirle al gobernador que ejecute sin misericordia  a Pontón? ¿Pero no es espantoso que de las tiernas y gorjeantes gargantas de sesenta mil niños se haya hecho salir este clamor de muerte contra un infeliz reo? Por grande que haya sido el delito de Pontón, ¿a qué queda reducido frente a este otro delito de envenenar deliberadamente el alma de una legión de niños con tan feroz deseo?
     No; ésto no parece cosa sucedida en estos tiempos, ni en el seno de un pueblo civilizado. Esto parece cosa de otros tiempos, brote de crueldad en el alma de roca de gentes primitivas, no iniciadas aún en las prácticas mansas de Buda o de Cristo. Se concibe que en torno del infeliz que, en un momento de extravío amoroso, dio muerte a una mujer, se aglomeren los deudos de la víctima pidiendo justicia, esto es, venganza. Se concibe que este furor homicida de los deudos se transmita por contagio en los primeros momentos a los habitantes del pueblo o ciudad de la víctima. Pero no se concibe que se llame a los niños, a todos los niños de todas las escuelas, y se les haga partícipes de esta espeluznante orgía de odio. Y esas iglesias, esas innumerables iglesias que en las ciudades americanas propagan día y noche la doctrina de Cristo, toda amor, caridad, tolerancia y perdón, ¿qué hacen? ¿para qué sirven si no sirven ni siquiera para impedir que se escape de la garganta de los niños de Albany el sacrílego grito de venganza y muerte que acabamos de oír? ¡Y pensar que estas mismas iglesias, junto a las cuales acaba de darse el horrible espectáculo de tan innecesaria crueldad, envían constantemente misioneros a otros pueblos, y entre ellos a Puerto Rico, a predicar mansedumbre y caridad evangélicas! ¡Dónde mejor podrían actuar estos misioneros es allí donde el frenesí del odio puede tanto que hace salir de las escuelas a sesenta mil niños para que vayan en procesión solemne hasta la casa de un gobernador, y le conminen a ser inexorable, a matar fríamente al que mató en un vértigo, a obsequiar a unos infelices viejos --los padres del reo-- con el lúgubre regalo de Christmas de la muerte del ausente hijo que nunca ha de volver!
     Nosotros no sabemos leer ni sabemos correr tras el Dólar hasta reventar o hacernos millonarios. No sabemos unas cuantas cosas que para afear y entristecer la vida saben y practican nuestros señores los americanos. Sabemos muy poco, es verdad. Pero podemos afirmar rotundamente que en el seno de nuestra pobre y humilde comunidad jamás daremos el tremendo espectáculo de hacer colaborar a nuestros hijos en la obra de fría y estéril crueldad en que han colaborado los niños de Albany.
     Sabemos muy poquita cosa, muy poquita cosa. Ni siquiera hemos inventado el automóvil Ford, tan indispensable a la felicidad humana. Sabemos, sin embargo, perdonar. Y como el perdón necesita de la compasión, y la compasión necesita de la comprensión, y esta facultad de comprender necesita a su vez de la lenta y laboriosa decantación espiritual de una cultura que contribuyeron a formar siglos y más siglos, ¿qué podemos hacer, así pobres y humildes como somos, sino pedir a los dioses, con un poco de orgullo, que se apiaden de nuestros señores los americanos, y que, a cambio de hacerles olvidar muchas de las innumerables cosas que han aprendido para complicar y ensombrecer inútilmente la vida, les madure, depure y refine el espíritu de tal modo que, sin necesidad de ir a la escuela ni a la iglesia, sepan esa cosa sencilla y profunda que saben nuestros analfabetos: perdonar, esto es, compadecer, esto es, comprender. Cuando sepan esta sencilla, pero profunda y formidable cosa que se llama comprender, ya quizás no tendrán la extraordinaria agilidad juvenil con que persiguen hoy millones e inventan aparatos de mecánica; ya quizás no harán progresar tan velozmente sus industrias, sus casas, sus ciudades, sus muebles, sus zapatos, sus ropas; pero habrán progresado ellos mismos, esto es, tendrán una sensibilidad más aguda, una cerebración más intensa, y una visión más certera, más amplia y más profunda de la vida... Y al orgullo infantil de haber inventado el automóvil Ford y otras zarandajas de ferretería, sucederá un nuevo sentimiento de humanidad a la luz del cual la sombría procesión de los niños de Albany pidiendo ferozmente la muerte de un hombre, les parecerá una cosa tan cruel, tan tosca, tan primitiva, tan fea, que la creerán inverosímil y temblarán ante ella de verguenza y de horror.





VOCABULARIO  CONTEXTAL





  1.Gorjeantes= Se dice de los niños cuando empiezan a hablar y formar la voz en la garganta.

  2.Feroz= Brutal, agresivo, cruel, despiadado.

  3.Orgía= Satisfacción de pasiones desenfrenadas.

  4.Sacrílego= Impío, envilecido, abominable.

  5.Vértigo= Arrebato, impulso, rapto.

  6.Lúgubre= Triste, funesto, melancólico.

  7.Fría= Falto de afecto o de sensibilidad.

  8.Estéril= Inútil, vana, infructuosa.

  9.Decantación= Inclinarse, tomar partido o decidirse por una opción entre varias.

10.Zarandajas= Baratijas, bagatelas, chucherías.

11.Tosca= Inculta, grosera, vulgar.
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 14 de enero de 2021

SOCIALIZAR

 

 
 
 
SOCIALIZAR
(Fragmento del artículo de 1919 Carta Abierta del Señor Canales al Señor Méndez Pereira)

     No hay persona en el mundo, por chiflada que esté, que haya negado jamás: la desigualdad intelectual, física y moral entre los hombres.
     Socializar no quiere decir igualar, nivelar, enmendarle la plana a la naturaleza en lo tocante a la maravillosa riqueza de tonalidades que ella ha establecido de especie a especie y de individuo a individuo. Al contrario, quiere decir liberación, emancipación del hombre de las cadenas económicas que hoy lo atan, para que pueda llevar al máximum la expansión natural de su personalidad. Y claro que, a mayor expansión de la personalidad, mayor diversidad, mayor riqueza de tono y matices.
     Las únicas diferencias que aspira el socialismo a borrar, no son en modo alguno las naturales, las que afirman y defienden la individualidad, sino las artificiales, las que deprimen y rebajan la individualidad.
     Con el socialismo en lo único que se nos iguala es en aquellas que somos iguales por ley natural, en las necesidades orgánicas esenciales. Usted podrá comer más o menos que yo, pero usted tanto como yo y el otro y el otro, no tiene más remedio que comer todos los días, dos veces por lo menos, para estar en estado normal de vitalidad.
     Esas necesidades orgánicas esenciales, que son iguales en todos los hombres de todos los climas, y que hoy se dejan estúpidamente al ciego azar de la posición económica de cada uno, el socialismo las eleva a la categoría de una augusta función social pública -la primera y más importante de todas- a fin de que por vez primera sea una verdad, y no una mera ficción, el que a cada individuo se le reconoce y garantiza el derecho inalienable a la vida.
     Hoy este derecho inalienable es pura retórica, porque ¿de qué vale declararme libre y garantizarme en mi derecho a vivir, si no se me aseguran los medios esenciales para la vida?





VOCABULARIO  CONTEXTUAL





  1.Chiflada= Persona que tiene perturbada la razón.
 
  2.Enmendarle la plana= Corregir, reformar o alterar la posición de uno con el fin de mejorar algún defecto.
   
  3.Tono= Carácter (modo de ser peculiar de cada persona).

 4.Matices= Tonalidades. Cada una de las distintas cualidades o características que puede exhibir una persona.
 
   5.Deprimen= Disminuyen, apocan, aminoran.

  6.Ciego azar= Sin conocimiento, reflexión, orden o planeamiento.

  7.Retórica= Arte de bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos con abundancia de palabras inútiles.
 
 
 

domingo, 3 de enero de 2021

MAGEÑO

 





                                       MAGEÑO

 (Fragmento del artículo de1915 Mageño)

     Yo iba en mi flocho camino arriba, por el que conduce de Ponce a Jayuya, y hacía un rato que platicaba con Mageño, el peón de mi casa que me acompañaba. Mageño era un negrito viejo que servía hacía tiempo en casa, y este Mageño hablaba poco y mal, porque apenas se le entendía, pero así y todo resultaba un agradable compañero.
     Yo no sé qué temperamento predominaba en Mageño: si el poético o el filosófico, pero lo que sí sé decir es que no era un ente vulgar y que jamás aburría ni empalagaba como tantos hombres ilustres que he conocido. Yo le quería mucho, porque, en dándole unos centavos para hacer parada en cada ventorrillo del camino y echarse al coleto un buen trago, me dejaba entretener en lo que yo quisiera, y no se preocupaba de si llegábamos o no llegábamos al término del viaje. Esta blanda condición de Mageño no la apreciaba yo bastante todavía, porque aún no había tenido ocasión de pesar, comparar  y juzgar a los hombres, pero ahora que me doy cuenta de que aquella su propensión a hacer más caso de mí, un simple muchacho que iba para el colegio, que de papá, su principal, quien le daba instrucciones precisas y severas concernientes al cuidado y vigilancia de mi persona, era cosa extraordinaria que le daba derecho a una honda admiración. Preferir someterse a los caprichos de un muchacho, antes que a los mandatos del señor padre del muchacho que le podía castigar y reventar, acusaba una personalidad tan firme, tan independiente y simpática, que estoy por decir que el primer grande hombre que me eché a la cara en este mundo fue aquel negrito viejo, medio poeta y medio filósofo, que servía en mi casa y solía acompañarme en mis viajes.
     Mageño sentía profundamente la poesía de los ventorrillos, esos modestos y solitarios ventorrillos que se alzan en las orillas de nuestros caminos, y a cuyo mostrador, lleno de moscas, y de migajas de bacalao, y de olor a cebolla y a ron, es tan grato arrimarse cuando se va de viaje. Al tercero o cuarto ventorrillo que visitábamos, ya Mageño salía de su ensimismamiento habitual, y sus ojos despedían fulgores de inteligencia y de inspiración, y su paso perdía la rigidez pesada de una marcha monótona y larga de peón, para hacerse gracioso y oscilante como un vuelo de guaraguao herido.
     Y al quinto y al séptimo ventorrillo, ya el tambaleo de Mageño era tan pintoresco como el de un barco en alta mar, y de sus ojos fosforescentes salía un chorro de luz de misterio. Y aunque yo no bebía con él, porque he sido siempre, por deficiencias de organización, inepto para los ritos excelsos de Baco; aunque yo no bebía con él, por mis nervios de artista incipiente corría una sensación tal de gozo, de bienestar y también respeto y devoción a la tambaleante figura del noble viejo ebrio, que, muchacho y todo como yo era, y por lo tanto bruto, me rebelaba a creer vituperable y fea la borrachera aquella, y sin saber por qué, me daba cuenta de que aquellos momentos de embriaguez de Mageño eran los más grandes y bellos momentos de su humilde y oscura existencia de bestia de carga.
     Parientes a granel tenía yo que no bebían, ni rompían un plato, y de los cuales todo el mundo me decía bien; y, sin embargo, andando por aquellas soledosas breñas  del camino de Jayuya a Ponce, yo me dije a mí mismo más de una vez, con espanto, que yo llevaba a Mageño borracho más adentro en mi sangre y mi corazón que a todos mis amantes y amados parientes. Mageño olía a ron, es verdad, y andaba sucio, haraposo y descalzo; pero también olía a verdad, a selva, a natualeza, a hombre. A hombre que todavía llevaba mal la albarda odiosa de la disciplina; a hombre en que todavía un sordo instinto salvador se revela a ser máquina.





VOCABULARIO  CONTEXTUAL




  1.Ponce= Es el segundo municipio más grande de Puerto Rico tanto  en extensión territorial así como de mayor población fuera de la zona metropolitana de San Juan.

  2.Jayuya= Pequeño pueblo situado en la Cordillera Central en los 18°13′00″N 66°34′00″O.

  3.Flocho= Jamelgo, penco, chongo. Caballo malo, flojo, desgarbado.

  4.Ventorrillo= Pequeño establecimiento comercial generalmente en las afueras de una población.

  5.Coleto=  Interior de una persona.

  6.Echarse al coleto=Comer o beberse algo.

  7.Blanda= Benigna, condescendiente. Benévolo, falto de severidad.

  8.Propensión= Inclinación, tendencia de una persona hacia lo que es de su gusto o naturaleza.

  9.Reventar= Causar gran daño a una persona.

10.Acusaba= Que manifestaba determinadas características.

11.Que me eché a la cara= Que se topó o se encontró con alguien.

12.Poesía= Cierto encanto indefinible que tienen las cosas y que halaga y suspende el ánimo.

13.Fulgores= Destellos, atisbos, indicios, asomos.

14.Guaraguao= Ave rapaz muy abundante en la zona de la Cordillera Central de Puerto Rico.

15.Fosforecentes= Brillantes, resplandecientes.

16.Baco= Es el dios griego del vino.

17.Vituperable= Que merece que se diga mal de ella por viciosa o indigna.

18.A granel= En abundancia.

19.Soledosas= Desiertas, faltas de compañía.

20.Breñas= Tierras quebradas entre peñas y pobladas de maleza.

21.Albarda= Pieza principal del aparejo de las bestias de carga.

22.Sordo= Que no hace caso a las persuaciones, consejos o avisos.

23.Máquina= Persona que ejecuta las acciones sin deliberación, de manera inconsciente.