domingo, 30 de octubre de 2022

LOS NIÑOS DE ALBANY

 



                                            LOS NIÑOS DE ALBANY

(Artículo de 1916)


     ¡Cómo! ¿Pero es verdad que en Albany, Estados Unidos, sesenta mil niños han ido en manifestación a pedirle al gobernador que ejecute sin misericordia  a Pontón? ¿Pero no es espantoso que de las tiernas y gorjeantes gargantas de sesenta mil niños se haya hecho salir este clamor de muerte contra un infeliz reo? Por grande que haya sido el delito de Pontón, ¿a qué queda reducido frente a este otro delito de envenenar deliberadamente el alma de una legión de niños con tan feroz deseo?
     No; ésto no parece cosa sucedida en estos tiempos, ni en el seno de un pueblo civilizado. Esto parece cosa de otros tiempos, brote de crueldad en el alma de roca de gentes primitivas, no iniciadas aún en las prácticas mansas de Buda o de Cristo. Se concibe que en torno del infeliz que, en un momento de extravío amoroso, dio muerte a una mujer, se aglomeren los deudos de la víctima pidiendo justicia, esto es, venganza. Se concibe que este furor homicida de los deudos se transmita por contagio en los primeros momentos a los habitantes del pueblo o ciudad de la víctima. Pero no se concibe que se llame a los niños, a todos los niños de todas las escuelas, y se les haga partícipes de esta espeluznante orgía de odio. Y esas iglesias, esas innumerables iglesias que en las ciudades americanas propagan día y noche la doctrina de Cristo, toda amor, caridad, tolerancia y perdón, ¿qué hacen? ¿para qué sirven si no sirven ni siquiera para impedir que se escape de la garganta de los niños de Albany el sacrílego grito de venganza y muerte que acabamos de oír? ¡Y pensar que estas mismas iglesias, junto a las cuales acaba de darse el horrible espectáculo de tan innecesaria crueldad, envían constantemente misioneros a otros pueblos, y entre ellos a Puerto Rico, a predicar mansedumbre y caridad evangélicas! ¡Dónde mejor podrían actuar estos misioneros es allí donde el frenesí del odio puede tanto que hace salir de las escuelas a sesenta mil niños para que vayan en procesión solemne hasta la casa de un gobernador, y le conminen a ser inexorable, a matar fríamente al que mató en un vértigo, a obsequiar a unos infelices viejos --los padres del reo-- con el lúgubre regalo de Christmas de la muerte del ausente hijo que nunca ha de volver!
     Nosotros no sabemos leer ni sabemos correr tras el Dólar hasta reventar o hacernos millonarios. No sabemos unas cuantas cosas que para afear y entristecer la vida saben y practican nuestros señores los americanos. Sabemos muy poco, es verdad. Pero podemos afirmar rotundamente que en el seno de nuestra pobre y humilde comunidad jamás daremos el tremendo espectáculo de hacer colaborar a nuestros hijos en la obra de fría y estéril crueldad en que han colaborado los niños de Albany.
     Sabemos muy poquita cosa, muy poquita cosa. Ni siquiera hemos inventado el automóvil Ford, tan indispensable a la felicidad humana. Sabemos, sin embargo, perdonar. Y como el perdón necesita de la compasión, y la compasión necesita de la comprensión, y esta facultad de comprender necesita a su vez de la lenta y laboriosa decantación espiritual de una cultura que contribuyeron a formar siglos y más siglos, ¿qué podemos hacer, así pobres y humildes como somos, sino pedir a los dioses, con un poco de orgullo, que se apiaden de nuestros señores los americanos, y que, a cambio de hacerles olvidar muchas de las innumerables cosas que han aprendido para complicar y ensombrecer inútilmente la vida, les madure, depure y refine el espíritu de tal modo que, sin necesidad de ir a la escuela ni a la iglesia, sepan esa cosa sencilla y profunda que saben nuestros analfabetos: perdonar, esto es, compadecer, esto es, comprender. Cuando sepan esta sencilla, pero profunda y formidable cosa que se llama comprender, ya quizás no tendrán la extraordinaria agilidad juvenil con que persiguen hoy millones e inventan aparatos de mecánica; ya quizás no harán progresar tan velozmente sus industrias, sus casas, sus ciudades, sus muebles, sus zapatos, sus ropas; pero habrán progresado ellos mismos, esto es, tendrán una sensibilidad más aguda, una cerebración más intensa, y una visión más certera, más amplia y más profunda de la vida... Y al orgullo infantil de haber inventado el automóvil Ford y otras zarandajas de ferretería, sucederá un nuevo sentimiento de humanidad a la luz del cual la sombría procesión de los niños de Albany pidiendo ferozmente la muerte de un hombre, les parecerá una cosa tan cruel, tan tosca, tan primitiva, tan fea, que la creerán inverosímil y temblarán ante ella de verguenza y de horror.




Vocabulario  Contextual





  1.Gorjeantes= Se dice de los niños cuando empiezan a hablar y formar la voz en la garganta.

  2.Feroz= Brutal, agresivo, cruel, despiadado.

  3.Orgía= Satisfacción de pasiones desenfrenadas.

  4.Sacrílego= Impío, envilecido, abominable.

  5.Vértigo= Arrebato, impulso, rapto.

  6.Lúgubre= Triste, funesto, melancólico.

  7.Fría= Falto de afecto o de sensibilidad.

  8.Estéril= Inútil, vana, infructuosa.

  9.Decantación= Inclinarse, tomar partido o decidirse por una opción entre varias.

10.Zarandajas= Baratijas, bagatelas, chucherías.

11.Tosca= Inculta, grosera, vulgar.





martes, 25 de octubre de 2022

PARA LA MUJER NUEVA, HOMBRES NUEVOS

  



                    PARA LA MUJER NUEVA, HOMBRES NUEVOS

(Fragmento del artículo de 1922 Nuestro Machismo)

    

        En el seno de éste nuestro pueblo más manso que un cordero no pasa un día sin que en alguna parte un marido, novio o amante despechado la emprenda a cuchilladas o a tiros con alguna infeliz mujer.
     ¿Cuál es la causa de este lamentable fenómeno social que presenciamos con tanta frecuencia? Yo no presumo de psicólogo ni de sociólogo profundo, pero me parece a mí claro como la luz que la causa de estos constantes y horribles atropellos contra la humanidad femenina se debe al choque de nuestro bruto machismo ancestral con la realidad de una civilización nueva que nos ha impuesto de hecho la aceptación de una parcial emancipación de nuestra mujer.
     En todo hemos evolucionado; tenemos carreteras, tenemos servicio sanitario, nuestras casas están mejor ventiladas, comemos y vestimos mejor. Pero en lo que respecta ¡ay! a nuestras relaciones con la mujer, ni una pulgada hemos adelantado: seguimos para ellas tan bárbaros como en los recios tiempos de Hernán Cortés. ¿Qué de extraño tiene, pues, que del choque entre ésta nuestra barbarie ancestral y las nuevas costumbres que  han ido ensanchando el horizonte social de la mujer, se originen los conflictos, trapisondas y belenes -muchos de ellos sangrientos- que registra la crónica?
     Para una persona civilizada, un no rotundo de una mujer pone fin a la cuestión, al pleito amoroso, al problema pasional planteado por él. Basta ver y respetar en la mujer una persona tan libre y responsable de sí misma como nosotros, basta mirarla con la ternura y reverencia con que la sabe mirar un yanqui, para que, sobre el ímpetu salvaje de nuestras pasiones, impere nuestro orgulloso deseo de no rebajarnos, de no envilecernos ante nuestros propios ojos procediendo con la grosera violencia de un patán. ¿Se enamoró de otro o se cansó de nosotros, o por alguna causa dejamos de ser objeto de su espontánea predilección? Pues si somos machos y no hombres de hábitos civilizados, si tenemos aún el bárbaro concepto fetichista que tuvieron de los fueros de sus pantalones nuestros antepasados, venga la espada o el revólver... y a tiros o cuchilladas con la infeliz que se atrevió a desviar de nuestros encantos insuperables sus sacrílegos ojos. Pero, hemos perdido en el curso de nuestra evolución espiritual el machismo de cuartel de nuestros abuelos, para volvernos hombres, y, como tales hombres, respetuosos de toda opinión o resolución emanada de una personalidad tan libre como la nuestra, y ya el acto de fuerza no se produce, no puede producirse. No puede producirse, porque hemos incorporado, por la reflexión y el hábito, a nuestro subconsciente una fuerza mucho mayor que la de nuestra tosca vanidad de macho sublevada: la fuerza espiritual del respeto a nosotros mismos que nos subyuga con una sensación horrible de sonrojo cada vez que cedemos a un instinto bajo con sacrificio de otro instinto noble.
     Resumen: que en presencia del nuevo hecho social inevitable -porque ha sido provocado por causas económicas- de la parcial emancipación de nuestra mujer, no nos queda otro remedio que reajustar toda nuestra vida de relación con el otro sexo de tal suerte que, en nuestras crisis con la mujer, nuestro orgullo consista, no en acudir al garrote o el cuchillo o la bala, como un vulgar matón de cafetín, sino en hacernos a un lado, quitarnos gentilmente el sombrero y decir con toda urbanidad: “Señora, puesto que no se manda en el corazón y no soy tan estúpido que aspire a imponer por la fuerza lo que no se me da de buen grado, sírvase aceptar, con la rendida expresión de mi respeto, la seguridad de que no la he de molestar jamás. Adiós”. Eso, o cualquier cosa por el estilo, teatral y campanuda al principio hasta que nos vayamos acostumbrando al acto sencillo y llanote, es lo que deben aprender a hacer en los casos difíciles nuestros Romeos y Otelos. De lo contrario seguiremos, con nuestro machismo fanfarrón y gorilesco, dando el salvaje espectáculo de matar mujeres con la misma facilidad de quien mata gallinas. Para la mujer nueva que nos impone por la fuerza la evolución económica y social de nuestro pueblo, es hora ya de aprender a ser hombres nuevos, esto es, hombres de tal actitud mental ante el otro sexo, que pase definitivamente a mejor vida, muerto o ridículo, el tipo rezagado, el héroe echegaráico, vanidoso, fanfarrón y asesino, que en un conflicto pasional cree cubrirse de gloria disparando un revólver a blandiendo un puñal.



VOCABULARIO CONTEXTUAL



1.Despechado= Con resentimiento porque no fue elegido o porque fue rechazado.

2.Bruto= Torpe. Necio, que obra como falto de razón.

3.Machismo= Actitud social y comportamiento de quien discrimina a las mujeres por considerarlas inferiores respecto de los hombres y concede a éstos derechos absolutos sobre ellas.

4.Recios= Rigurosos, severos, inflexibles, austeros. 

5.Trapisondas= Embrollos, pendencias, riñas.

6.Salvaje= Brutal, implacable, sañudo.

7.Patán= Hombre tosco, rudo, grosero.

8.Machos= Mulos= Hombres bravucones.

9.Fetichista= Perteneciente a las creencias no basadas en la razón.

10.Fueros= Poderes, privilegios. Arrogancias, presunciones.

11.Teatral= Con estudio y afectación (fingimiento, simulación) exagerada.

12.Campanuda= De modo grandilocuente, retórico, florido.

13.Llanote= Aumentativo de sencillo. Claro y sin presunción.

14. Héroe echegaráico= Refiérese a los personajes en las obras de José Echegaray (1832-1916), ganador del Premio Nobel de Literatura de 1904.

15.Fanfarrón= Presumido, petulante, insolente, engreído.

16.Gorilesco= Que se asemeja a los gorilas. Dícese de los individuos que actúan con violación de los derechos de los demás.



sábado, 15 de octubre de 2022

SONATA TRISTE

   



                                 SONATA TRISTE



     Pues bien, comamos. Comamos, trajinemos, bostecemos, engordemos, vivamos. Vivamos, es decir, arrastremos como bueyes fatigados y mansos y callados la pesada carreta que rechina en las piedras y cruje y se acuesta de un lado en los baches. ¿Que es oscura y tediosa y traidora y hostil la cuesta de la vida? Sí... ¿pero y qué? ¿qué más da que sea clara u oscura, alegre o triste, cruel o dulce? ¿No hemos vivido hasta hoy embaucándonos, alucinándonos, entreteniéndonos con minúsculas burbujas de humo de ilusión? Pues ahora que somos demasiado viejos para las burbujas de ilusión que engatusaron por algún tiempo nuestra vanidad, nuestro erotismo, nuestra curiosidad; ahora que ya vino la tarde y nos volvió lívida la senda de la cuesta, y nos llenó de agonía y de pavor el corazón; ahora que nuestro cuerpo ha andado tanto, tanto que ya conoce todas las inclemencias, desde el zarpazo hambriento de los tigres hasta la sensación de salivazo de las sabandijas; ahora que la carreta ya casi no cruje de ahogada e invadida que está por los baches; ahora que ya la fatiga y el tedio y la desolación nos enferman, nos rinden, nos aplastan, sigamos cuesta arriba mansos y callados y no nos preguntemos para dónde vamos ni por qué caminamos.
     ¿Que el sol se fue, y ha llegado la tarde y a su lívida luz todo árbol es ciprés, y toda vibración sollozo, y toda casa tumba y el mundo un cementerio...? ¿Y qué? Aún nos queda una voluptuosidad por paladear. Aún nos queda la voluptuosidad enorme de la desilusión, de la renunciación, de la desolación. Aún nos queda el goce de arrastrar penosamente cuesta arriba nuestro abatimiento, nuestro cansancio, la agonía lenta y lúgubre de nuestro corazón. Aún nos queda el recóndito gozo, humilde y orgulloso a un mismo tiempo, de sentirnos despojos de un banquete báquico de hienas y de ratas y de sapos.
     Aún hay para nosotros, para lo que queda de nuestros nervios, para lo que nos queda de alma, la divina emoción de tender la vista y mirar hacia atrás, hacia más allá de los raptos y canciones de la juventud, y abarcar todo el camino recorrido, y detenernos un instante ante el balcón de la vieja casa campesina y solitaria entre cuyas paredes vinimos al mundo, y allí, llamar, llamar de nuevo con la misma voz trémula de cuando éramos niños, a la mujer que fue nuestra madre, y volver a sentir en su llanto todo el raudal de su ternura triste, mientras se lo decimos todo, todo lo que nos hizo la vida, y nuestras mutuas tristezas se comprenden, se funden, se iluminan, se besan, se aman...
     Pero aún nos queda más. Nos queda el goce de sabernos idos de la vida, tan idos de la vida que ya no nos hiere. Nos queda el goce de acariciar dentro de nosotros el último ensueño, el ensueño que tras tanto y penoso caminar llegaremos, por fin, al minuto de fatiga suprema en que el hielo clemente de la muerte nos arrope, y por encima o por debajo del furioso turbión de las cosas, nos quedemos dormidos, santamente dormidos, bellamente dormidos, sin odio y sin amor, como en la cuna.



VOCABULARIO   CONTEXTUAL



 1.Sonata= Composición musical instrumental de trozos de vario carácter y movimiento.

 2.Trajinemos= Que andemos de un sitio a otro con cualquier ocupación.
  
 3.Mansos=  Apacibles, tranquilos, sosegados.
  
 4.Rechina= Que emite un sonido estridente al rozar con algo.
  
 5.Cruje= Ruido que hacen algunos cuerpos cuando rozan unos con otros o se rompen.
  
 6.Baches= Hoyo que se hace en el suelo de las vías de comunicación, a causa del mucho tránsito de vehículos y caballerías.
  
 7.Oscura= Confusa, incierta, misteriosa.
  
 8.Tediosa= Fastidiosa, enfadosa o molesta al ánimo. Que no aporta ningún interés.

 9.Hostil= Adversa, funesta, aciaga.

10.Cuesta= Período de dificultades.

11.Embaucándonos= Engañándonos ingenuamente.

12.Alucinándonos=Ofuscándonos, confundiéndonos,  engañándonos.

13.Entreteniéndonos= Haciendo que las cosas sean más soportables o llevaderas.
                                 
14.Engatusaron= Que ganaron nuestra voluntad con falsos halagos y mentiras.

15.Erotismo= Gusto por las sensaciones que suscitan los sentidos.

16.Lívida= Marchita, mustia, abatida.

17.Pavor= Temor, horror, sobrecogimiento.

18.Zarpazo= Golpe dado con la mano (zarpa) de ciertos animales.

19.Tigres= Personas crueles y sanguinarias.

20.Salivazo= Porción de saliva que se escupe de una vez.

21.Sabandijas= Personas despreciables.

22.Ahogada= Sin el espacio que necesita para su normal funcionamiento.

23.Tedio= Fastidio, enfado, molestia.

24.Ciprés= Årbol que se planta mucho en los cementerios.

25.Voluptuosidad= Gozo, deleite, placer.

26.Paladear= Tomar el gusto de una cosa poco a poco.

27.Lúgubre= Triste, pesarosa, melancólica.

28.Despojos= Restos, residuos, desechos.

29.Báquico= Perteneciente a Baco (dios romano del vino y la fertilidad). Relativo a la embriaguez y a las orgías tumultuosas.

30.Hienas= Personas despiadadas.

31.Ratas= Personas despreciables.

32.Sapos= Personas repugnantes, repulsivas.

33.Raptos= Éxtasis, delirios, apasionamientos.

34.Trémula= Temblorosa, palpitante.

35.Raudal= Abundancia, profusión.

36.Funden= Que se unen, se juntan.

37.Clemente= Compasivo, misericordioso.

38.Turbión= Dícese de la multitud de cosas que suceden juntas y violentamente.



domingo, 2 de octubre de 2022

VOLUNTAD Y GENIO

 



                              VOLUNTAD  Y GENIO

 (Fragmento del artículo de 1914 La Abulia del Talento)

     Tiene uno que observar cosas bien raras en este desconcertante planeta en que vivimos. Y entre estas cosas raras, ninguna lo es tanto como la frecuencia con que vemos fracasar a los  hombres más inteligentes en las más fáciles empresas. Del mismo modo que se puede asegurar que una inteligencia mediana es necesaria para luchar en el combate de la vida con grandes probabilidades de triunfo, parece evidente también que una inteligencia sobresaliente es lo que más rápidamente conduce al fracaso. La peor herencia, pues, que podemos dejar a nuestros hijos es ésa: una grande, una fuerte inteligencia.
     Ya sé que esto suena a paradoja, pero, ¿qué profunda verdad habrá en el mundo que no parezca paradoja? Observad atentamente a la vida, buscad cien hombres que hayáis conocido íntimamente lo bastante para juzgar de sus facultades, fijaos luego en sus hechos, y ya veréis, ya veréis cómo los más inteligentes de esos cien hombres se fueron lamentablemente a pique en el mar de la vida, mientras los más ruidosos y redondos triunfos fueron indefectiblemente de las facultades más comunes, más medianas. Claro que hay excepciones, claro que suele ocurrir, de siglo en siglo, que una inteligencia de primer orden suba de un salto al éxito, pero la regla general es ésa: a mayor inteligencia, mayor número de probabilidades de romperse la crisma andando por el mundo.
     Yo me he quedado a menudo cabizbajo y triste en la contemplación ideal de este fenómeno, y hoy siento la necesidad irresistible de tratar de él. ¿Por qué? ¡Qué sé yo! Quizás porque me duele algo, porque me llora algo allá en las sombrías catacumbas del alma donde voy enterrando mis muertos anhelos...
     El éxito es hijo legítimo de la voluntad, y la voluntad parece, quizás, incompatible con una robusta, sobresaliente mentalidad.
     Si hay algo trágico en el mundo es el gesto de superioridad que el hombre de fuerte y personal sello intelectual tiene que sufrirle a todo burro o semiburro cuya voluntad tiesa y acerada le llevó a alguna cumbre social o económica. Allí donde el hombre de genio luchó, sufrió, y no sacó jamás los pies del plato, una medianía cualquiera vino, vio y venció con un golpe o con una serie de recios y sucesivos golpes de su gran voluntad. Y esta tesonera medianía, confundiendo lastimosamente lo que es voluntad con lo que es genio, se infla hasta casi reventar de un necio y petulante orgullo de hombre superior; y hay que verle entonces, junto al verdadero príncipe del talento, prodigando a éste necios reproches y estúpidos consejos. Y mientras más se yergue el mimado del éxito que tuvo voluntad, más se inclina y se abate tristemente ante su necedad victoriosa la noble cabeza cargada de ideas que cruzó por la vida soñando y pensando, y que por pensar y soñar demasiado se quedó rezagado y llegó tarde al banquete del éxito.
     Es cierto que, andando el tiempo, en un mañana más o menos remoto, nadie se acordará del victorioso de la voluntad y todos nombrarán con reverencia al rezagado oscuro que perdió el camino porque tuvo talento, pero, ¿es que la visión nebulosa de un lejano e incierto mañana puede reparar, ni siquiera atenuar, el dolor negro de sentirse, no sólo vencido, sino también desconocido y humillado y mancillado, a lo largo de toda una vida? ¿Con qué póstumos fulgores de gloria podemos compensar a Cervantes, no sólo de las hambres sino de los desdenes y ultrajes y humillaciones y suplicios sin nombre que padeció en vida, mientras una legión de hombres sin luz en la cabeza, pero con mucho acero en la forzuda voluntad -los potentados de su tiempo- se hacían a un lado, crispados de desdén o de asco, cuando pasaba él, soñando su Quijote, y, por culpa de ese sueño colosal, fracasado, andrajoso, desgreñado, implorante?
     ¡Oh la sombría, la muda, la inmensa tragedia de haberse condenado a vida de vencido, precisamente porque se lleva un sol en el cerebro, y porque al fuego de ese sol se derritió el resorte volitivo que nos hace fuertes, porque nos hace máquinas!
     ¡Y oh la secreta, la íntima, la lírica, la loca voluptuosidad malsana de sentirse rodar hacia la noche del andrajo, del desdén, del hambre, precisamente porque el tumulto de larvas de ideas y de sueños debajo de la frente, nos privó de atender al grotesco tumulto de chillidos de tripas hambrientas detrás del ombligo!




Vocabulario Contextual





1.Voluntad= Esfuerzo, fortaleza, constancia.

2.Genio= Talento, inteligencia extraordinaria o facultad creadora.

3.Paradoja= Figura de pensamiento que expresa aparente 
contradicción.

4.Irse a pique= Malograrse, fracasar en alguna cosa.

5.Ruidosos= Aplícase a las cosas notables de que se habla 

mucho.

6.Redondos= Muy provechosos.

7.Indefectiblemente= De un modo que no puede dejar de ser.

8.La crisma= La cabeza.

9.Catacumbas= Subterráneos en los cuales los primeros 

cristianos, especialmente en Roma, enterraban a los muertos.

10.Hijo legítimo= Que es producto cierto, verdadero y genuino.

11.Sello= Carácter distintivo comunicado a alguna cosa.

12.Tiesa= Fija, firme, rígida.

13.Acerada= De acero o parecido a él. Dura o de mucha resistencia.

14.Vino, vio y venció= Veni, vidi, vici= Locución latina 

empleada por el general y cónsul Julio Cesar, dirigiéndose 

al Senado romano y refiriéndose a una reciente batalla.

15.Tesonera= Dícese de lo que tiene tesón (firmeza, constancia).

16.Infla= Que se engríe, envanece.

17.Petulante= Presumido, engreído, vanidoso.

18.Abate= Que se baja o se humilla.

19.Sol= Dícese de lo que tiene luz (ilustración, cultura).

20.Resorte volitivo= Impulso para lograr los actos de la 

voluntad.

21.Larvas= Dícese de las cosas que están en estado de formación.