lunes, 29 de agosto de 2022

Las Piernas

 



Las Piernas



¡Tanto hablar de progreso, de evolución, de avance, y todavía soportamos la enfadosa ignominia de las piernas! No; yo no simpatizo con el hombre del porvenir, con el superhombre, si no me lo imagino sin piernas. Si la evolución nos dejó sin cola, ¿por qué no nos ha de dejar sin piernas?


De todos modos sépase que yo aborrezco y maldigo las piernas. Sin ellas el mundo sería una balsa de aceite ; no habría faenas, no habría trajines, no habría esfuerzo, no habría movimiento; no habría la condenada obligación de correr y más correr tras de tanta ilusión engañosa, tras de tanto ideal mentiroso y majadero como nos sale al camino para embaucarnos y chiflarnos y hacernos sudar la gota gorda en balde años y años, hasta dar con nuestros pobres y cansados huesos en la tumba. Sin ellas, no tendría yo que escribir este soso "Palique", yo no tendría que ir al bufete mañana; yo no hubiera tenido que salir nunca de mis verdes, encantadoras montañas de Jayuya para irme a dar tumbos y a recibir palos y más palos por el mundo; yo no hubiera tenido que pasar nunca por la pena atroz de aguantar regaños, palmetazos y tirones de oreja -y lo que es peor-, de tragarme sin chistar todas las sandeces abominables que tuvieron a bien enseñarme mis maestros desde la escuela elemental a la universidad. 





VOCABULARIO   CONTEXTUAL    

1.Ignominia= Infamia, oprobio, afrenta.

2.Majadero= Fastidioso, tedioso, aburrido.

3.Chiflarnos= Trastornarnos, perturbarnos, desvariarnos.






viernes, 26 de agosto de 2022

¡Pobresitos los Chinos!



¡Pobresitos los Chinos!



 Parece que la China se está echando a perder.


País quieto, pacífico, casi dormido a la sombra de sus  célebres murallas, era de los pocos lugares de la tierra con sentido común bastante para no inquietarse por fórmulas políticas.

Allí, en el Celeste Imperio, un soberano -a veces soberana- llevaba él solo las riendas del gobierno, y los súbditos no tenían nunca que tirarse de la trenza peleándose por un alcalde, ni descoyuntarse por ganar unas elecciones.  Allí mandaba un hombre, e hiciéralo bien o mal, el hombre era obedecido, y la nación y la cosa pública marchaban por donde él quería que marchasen, sin que tuvieran nunca los felices chinos necesidad de amargarse las boca hablando de política.

¿Puede haber en el mundo nada comparable a la dicha de un pueblo que no tiene política? Cámaras, proyectos de ley, partidos, asambleas, presidentes, convenciones... De toda esa abominable farándula, de todo ese cargante y asfixiante maremágnum, cuya sola descripción espanta y anonada, se veía libre, se vio libre siempre, por virtud de su genio, la patria de Confucio. Allí el hombre era esclavo, esclavo de un rey, de un emperador, de un amo; pero sabía que era esclavo y aceptaba su sino, y dentro de su esclavitud se acomodaba, y vivía su vida. Era esclavo, y es malo ser esclavo; pero sabía que lo era y esto ya es un consuelo.

Tenía un amo llamado rey o emperador que gobernaba por derecho divino, como gobierna el Papa, y es malo tener amo, pero el amo era un hombre, uno solo, y éste es otro consuelo.

Tenía que acatar la voluntad del amo, y es malo y triste eso, pero no es tan malo ni tan triste como tener que aprenderse mil leyes con cien mil interpretaciones para saber caminar sin peligro de esbirros, de abogados, de jueces, de cárceles.

Es malo, sí señor, ser esclavo y tener amo como tenían los chinos, pero ¿será eso comparable a la ignominia y a la tortura de creerse uno libre porque se llama o le llaman ciudadano, y en realidad tener un amo en el alcalde, y otro amo en el agente de la policía, y otro amo en el juez, y otro amo en el fisco, y otro amo en el jefe del negociado tal o cual, y en cada uno de sus subalternos, y otro amo en el Presidente... y más amos, en fin, en todas partes y a todas horas que pelos tiene uno en la cabeza?





Si por ser esclavos y tener un amo eran dignos de lástima los chinos, ¿cómo no los vamos a compadecer ahora que quieren proclamar república y acabar con un amo para erigir en su lugar cien amos, mil amos, cada uno con una regla o ley o macana en la mano para no dejarles gozar en paz de su vida ni una hora, ni un minuto, ni más ni menos que si fuesen americanos de la libre América? 

¡Pobresitos chinos  que se van a quitar ahora el peso de una Corte Imperial, fastuosa, elegante, bella, ennoblecida por el tono de majestad que imprime a las cosas la huella de los siglos que pasaron, para echarse, ¡ay!, sobre el sufrido lomo, a manera de albarda, la panza vil de un presidente, panza repleta de votos y podrida de pústulas y tumores democráticos!

¡Pobresitos los chinos que ahora, en lugar de esclavos conscientes de un monarca de instintos refinados por la herencia, acostumbrado a reinar, y por tanto mesurado en la acción, sobrio en el mando y cortés en el gesto, van a ser gobernados por turba plebeya de engreídos funcionarios de república, golosos de poder, ávidos de sentir su tosca mano besuqueada por el siervo envilecido, estallando de pedantescos e idiotas doctrinarismos, gárrulos como cotorras, grotescos como títeres, ordinarios y sucios de cuerpo y de espíritu como lacayos!

¡Pobresitos los chinos que van a dejar su monarquía absoluta para tener cámaras, y constituciones, y códigos, y jueces, y partidos, y convenciones, y vetos, y protestas, y elecciones, y presidentes, y fiestas cívicas, y jurisdicciones, y departamentos, y oficinas, y derechos inalienables, y, en general, las mil y una calamidades sin nombre que trae consigo la lepra de la farándula democrática en los pueblos!

¡Oh, la grande, la noble, la bella visión legendaria de un imperio inmenso en cuyo centro se divisa la majestad secular de un altivo y romántico palacio, mansión soberbia de un soberbio monarca de cetro y corona que es nieto de reyes y tiene en la sonrisa y en las manos el lustre de progenies dilatadas y encumbradas!

¡Y, oh, la tristeza inmensa de ver todo eso de golpe y porrazo convertido en humo, y en medio del humo la vulgar silueta de una Casa Blanca, y en medio de la Casa Blanca, bajo una chistera, la figura panzuda, enormemente gorda y democrática... de un Taft!



VOCABULARIO   CONTEXTUAL



1.Tirarse de la trenza= Es una expresión que se utiliza cuando una persona se afecta o se desespera por una determinada situación en que no encuentra una solución adecuada. 

2.Anonada= Que abruma, desalienta, descorazona.

3.Confucio= (551 aC - 479 aC) Pensador chino cuya doctrina se llama confucionismo.

4.Esbirros= Personas que a cambio de dinero realizan acciones violentas o amenazas que otro le ordena.

5.Albarda= Pieza del aparejo de las caballerías que se pone sobre el lomo para protegerlos de la carga. Gualdrapa.

6.Pústulas= Ampollas llenas de pus.

7.Gárrulos= Persona muy habladora, charlatana.

8.Lacayos= Serviles, bajos, rastreros.

9.Progenies dilatadas= Linajes (familia) vastos de los que desciende una persona.

10.Chistera= Sombrero de copa alta y ala estrecha.

11.Taft= William Howard Taft (1857-1930), vigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos (1909-1913).




lunes, 22 de agosto de 2022

Las Hazañas de un Alcaide

 



Las Hazañas de un Alcaide



En una revista norteamericana encuentro la siguiente noticia:

"Baker, jefe del presidio de Carson, Nevada, tiene, según nuestros informes, ideas raras en cuanto al modo de tratar a los confinados. Mr. Baker da a sus pupilos toda la libertad posible dentro de cuatro murallas, pero les exige estricta obediencia a ciertas reglas. Sin embargo él va mucho más lejos que esto, y se ha hecho objeto de muy acerbas críticas. Una ley del Estado, aprobada después de una enconada campaña política, prohíbe el juego bajo todas sus formas. Pero el alcaide Baker, se dice, aunque esto parezca increíble, permite que los confinados a quienes gobierna jueguen hasta la camisa. Según el rumor público, la ruleta no descansa dentro del presidio, donde también se juegan, sin ningún tapujo, poker, faro y otros juegos. Los confinados juegan con dinero del presidio, esto es, con una moneda especial que sólo circula allí. De esta clase de moneda se reparte una pequeña cantidad diariamente. Agregan las noticias recogidas, que en estos juegos nunca se ha descubierto ninguna trampa. La cuestión, sin embargo, ha sido llevada ya a conocimiento de las autoridades del Estado, y se espera que ellas intervengan pronto y severamente en las prácticas empleadas por el bondadoso alcaide para distracción de los presidarios".

He copiado lo anterior porque entre todos los sucesos ocurridos en los Estados Unidos de mucho tiempo a esta parte, ninguno me ha chocado tanto como el caso este de un alcaide que consiente tales deportes a sus gobernados. Lo primerito que me llama la atención es que este singularísimo caso de bondad alcaidesa haya ocurrido en un país tan puritano y de tan rígidos principios como los Estados Unidos.

Y es raro que un alcaide se ablande con los infelices que viven bajo su férula; pero lo que realmente resulta un colmo es que ese alcaide que se ablanda, hasta el punto de infringir la ley por proporcionarles una distracción amena a los reos, sea americano, un americano de carne y hueso, que vive en Carson, Nevada, y que en Carson, Nevada, se halla al frente de la prisión principal del Estado.

¡Qué de exclamaciones habrán resonado de un extremo a otro de la gran república, expresivas de la indignación y el asombro puritanos ante la inaudita acción del pobre Baker! ¡Convertir el presidio en casa de juego! ¡Consentir que el alma torcida y maleante de malvados reos que extinguen condena por atroces delitos, se deprave más y más con la infame práctica del faro y del póker y la ruleta! ¡Oh, manes de Washington, de Jefferson y demás gloriosos varones dechados de virtudes, padres de la república! ¿Do está el severo respeto a la ley y a la moral de que siempre dio muestras el pueblo americano? ¿Do han ido los rectos principios que nos enseñaron con sangre de sus venas nuestros antepasados? ¿Do... re, mi, fa, sol, la, si...?

Baker será depuesto; Baker será procesado, Baker será lanzado al abismo del desprecio público, y sin embargo, bien miradas las cosas, ¿qué ha hecho Baker?

Yo creo que no ha hecho nada malo. Es más, yo creo que lo hecho por Baker, lejos de ser malo, es una noble y bella acción que merece una estatua.

Dejar a los infelices reos que olvidaran, siquiera fuese momentáneamente, lo cruel de su destino jugando a la ruleta y al póker... ¡Válgame Dios! ¡El ruido que se hace todavía en el mundo en torno de cositas que no valen la pena! Jugar póker, o ruleta, o monte... De cada cien de esos irreprochables caballeros de esos que sueltan exclamaciones de asombro y de ira contra los hombres bondadosos a lo Baker, que quieren más a sus semejantes que a los principios, hay, por lo menos, noventa que juegan póker, o ruleta, o monte o faro, o todas esas cosas juntas, y si no juegan, sólo se abstienen por economía, por temor a que la cosa les salga cara.

De cada cien caballeros de los que sueltan exclamaciones hipócritas en nombre de la Ley y la Moral, hay por lo menos noventa y nueve que son o han sido capaces de cualquier cochinada moral legal para realizar un negocio o para saciar cualquier bajo instinto. Pero viene un alcaide, un Baker, y se conduele del terrible aislamiento en que consumen su vida unos cuantos hombres infelices, y les concede, para distraerles, la merced de que jueguen... y el mundo todo se estremece de horror.

Y lo triste, lo más triste es que Baker está lejos, y que ni siquiera sé yo a estas horas si su hazaña es cierta. Si lo supiera, y si estuviera cerca, Baker sería depuesto, sería anatemizado siempre, pero al menos yo me daría el gustazo de ir hasta él y tenderle mano y decirle:

Choque, amigo Baker. Usted ha faltado a la Ley y a la Moral permitiendo que se juegue, pero ha distraído, ha consolado un dolor, una miseria, una desdicha humana. La Ley y la Moral tenían condenados a unos cuantos hombres desdichados al tormento de una cárcel... Usted,más humano que la Ley y la Moral aliviaba con el juego, que a veces es un bálsamo, el suplicio de aquellos hombres... Permítame, amigo Baker, sublime conculcador de la Ley y la Moral, que le erija un altar en mi alma... De su madera, de la madera de los Baker, es que salen los Jesucristos..."



VOCABULARIO     CONTEXTUAL



1.Alcaide= Director de una cárcel o centro penitenciario.

2.Acerbas= Severas, inclementes, rigurosas.

3.Férula= Autoridad o poder despótico.

4.Colmo= Por si fuera Poco.

5.Manes= Los antiguos daban el nombre de manes a las almas de los muertos que suponían errantes de un lugar a otro a manera de sombras y a las cuales tributaban en ciertas ocasiones una especie de culto religioso.

6.Dechados= Se emplea para hacer notar que alguien es un modelo a seguir por sus cualidades.

7.Conculcador= Persona que quebranta una ley, una obligación adquirida o un principio ético o moral.





miércoles, 17 de agosto de 2022

Buscando Pareja



Buscando Pareja


 Hace días, va ya para una semana, que mi péñola y yo permanecíamos ociosos.

Trabajos, ocupaciones, pejigueras profesionales de diversa índole, me traían al retortero, sin darme punto de reposo, hasta que hoy, ya algo más aliviado de faenas urgentes, vuelvo a soltar mi lengua paliquera para espanto de los lectores.
Pero después de tan largo silencio, son tantas las cosas que solicitan mi atención, que me encuentro perplejo ante todas ellas sin saber a cuál preferir ni por dónde empezar.
Esta perplejidad mía de ahora, me hace recordar que algo muy semejante le ocurre a uno cuando en un salón de baile, entre dos filas de muchachas, vuelve uno la cabeza a un lado y a otro, sin saber por cuiál ha de decidirse en el trance difícil de buscar pareja. ¡Qué papel, qué papel más importante representa siempre en nuestra vida el asunto, aparentemente baladí, de buscar pareja!

¡Qué delicioso, qué divino goce el de sentirse envuelto en la ondulante música de un vals cuando llevamos una buena pareja, cuando oprimimos con nervioso brazo el talle de una mujer, rubia o morena o blanca, que por cualquier concepto nos agrada, nos gusta, nos está simpática! ¡Y que feroz angustia, que mortal desasosiego nos invade cuando, por cualquiera exigencia de la etiqueta social, nos vemos obligados a cargar, muy a pesar nuestro, con una parejita antipática, con alguna necia de nacimiento, que nos asa los nervios y nos fríe la sangre!

Pues eso mismo es lo que nos sucede, lo que nos está sucediendo siempre en la vida. Siempre la eterna cuestión de buscar pareja. Como que estoy por creer que ese problema, el de buscar pareja, y el otro problema de buscar y asegurarse el pan nuestro de cada día, constituyen los dos problemas más grandes, más trascendentales en la vida de todo hombre.

¡Los años que llevo yo, madre mía, devanándome los sesos por encontrarle solución al pavoroso problema de la pareja! ¡Cuántas veces he creído haberla encontrado, a la pareja, a la media naranja ideal, y cuántas veces decepcionado, sin alientos ya para seguir buscando, buscando, he llegado, en un rapto de amargo pesimismo, a desechar por ilusoria toda esperanza de darle solución al inmenso problema!

Y lo triste es que por duro que parezca el problemita, hay que seguir, hay que seguir buscando un día y otro día, apechugando con una desilución hoy y con otra mañana, sin cansarse nunca, hasta dar algún día con la suspirada pareja, cuyo flexible talle nos convide al delicioso goce de cruzar la vida bien acompañados, bien ceñidos por el ritmo ondulante de un vals, de ese perenne vals que brota dulcemente del alma de las cosas cuando el alma nuestra y el alma de las cosas llegan a entenderse...

¿No dicen que el teatro es imagen de la vida? Pues ahí está el teatro para corroborar lo que vengo diciendo. No hay drama, ni comedia, ni ópera, ni zarzuela, ni siquiera paso de sainete, donde la acción, donde toda la trama no gire de cerca o de lejos alrededor de la eterna, de la única, de la inmensa cuestión de la pareja.

Es tonto, pues, y hasta ridículo, el desdén que algunos hombres sienten o aparentan hacia tal asunto, "lo mismo da una mujer que otra", suelen decir.

Sin embargo, cuántos desastres, cuántos conflictos, cuántos choques, cuántas terribles tragedias ocasionadas en la vida de esos mismos hombres desdeñosos, a consecuencia, precisamente, de la selección de la pareja.

No; yo no creo que da lo mismo una mujer que otra. De una mujer a otra mujer tiene que haber forzosamente tanta diferencia como de un hombre a otro hombre. Y así como el asociarnos, en sociedad, o en el campo de los negocios, con un hombre u otro hombre es cuestión muy importante que no resolvemos sin grandes inquietudes mentales, así el asociarnos con ésta o aquella mujer, no para un día, ni para una fiesta, sino para el tremendo negocio de cruzar la vida bien acompañados, es cosa que bien vale la pena de pensarse, de medirse, de pasarla y volverla a pasar cien veces, mil veces, por el torno del cerebro.

Es lo que decía mi tío Bruno, solterón empedernido, cuando le instaban a casarse: "Yo no niego que sea un bien el matrimonio, pero tampoco se me debe negar a mí que es un asunto muy serio, muy arduo, muy delicado, y que a mis años serían imperdonable equivocarse. Déjenme, pues, pensarlo unos añitos más".

Y tanto y tanto lo quiso pensar, que pasaron añitos y vinieron añitos, y se murió el viejo..., y todavía debe estar pensándolo, allá en el otro barrio, mi cachazudo tío...



VOCABULARIO    CONTEXTUAL



1.Péñola= Pluma de ave para escribir.

2.Pejigueras= Cosa que, sin aportar gran provecho, acarrea problemas y dificultades.

3.Retortero= No dejarlo parar dándole continuas ocupaciones.

4.Paliquera= Que charla, platica, conversa.

5.Baladí= De poca importancia.

6.Devanándome los sesos= Haciendo un gran esfuerzo mental para comprender algo.

7.Rapto= Impulso, emoción o sentimiento tan intenso que priva de sentido.

8.Apechugando= Cargar con una obligación o circunstancia ingrata o no deseada.

9.Cachazudo= Parsimonioso, tardo, flemático.

sábado, 13 de agosto de 2022

MI VARA DE MAJAGUA

 


MI VARA DE MAJAGUA


Tenía en cartera un asunto de actualidad, para tratarlo ahora; pero llueve, está lloviendo, estoy siendo arrullado por la lluvia, y esto quiere decir que no me siento con ganas ni en condiciones de tratar de nada. Soy inútil cuando oigo llover, para todo lo que exija el más débil esfuerzo mental. La lluvia me marea, me atonta, me aletarga, me limpia el cerebro de toda idea, me hace caer en una especie de modorra dulce, durante la cual me alejo más y más de toda realidad y me voy hundiendo como en una sombría gruta propicia al ensueño.


Sí; no tratemos de ningún asunto. Mejor es divagar, mejor es soñar, mejor es dejar el corazón libre para que salga a mojarse, a sentir la caricia húmeda del aguacero, a dejarse envolver lentamente en la misma gasa flotante de niebla en que está envuelto todo. ¡Son tan dulces esas cosas melancólicas que nos dice en su divina música la lluvia!...

Recuerdo que cuando yo era niño, allá por el año de gracia de no sé cuántos, nada me gustaba tanto como irme a corretear por los campos cada vez que caía un buen aguacero. Nunca me he sentido, como entonces, tan pariente, tan amigo de las plantas. Mientras más llovía, mientras más furiosamente me azotaba el aguacero, más alegre, más verde, más lozano de cuerpo y de espíritu me iba sintiendo yo.

Recuerdo que en esas correrías yo iba montado en un brioso corcel de majagua, que daba siempre unos botes terribles al salir, y que cuando echaba a correr cuesta abajo era tanta su fogosidad, que nada le detenía hasta lograr dar en tierra con el gentil jinete. No hay que decir que a cada caída las narices del jinete salían descalabradas, y que después de esta desdicha siempre venía la desdicha mayor de una paliza.

¡Qué lejos, qué lejos se ha ido quedando en las lejanías del tiempo el buen caballito aquel de color amarillo, cuyo delgado lomo yo oprimía con la misma bizarra y heroica actitud de un Hernán Cortés al lanzarse al galope a través de la tierra americana!

¡Cuántas Américas he salido yo a conquistar montado en mi pegaso de majagua! ¡Cuántas veces la briosa varita me llevó a remotas, tenebrosas e inexploradas regiones dentro del patio de mi casa, y cuántas veces me pareció escuchar la débil y lastimera voz de una princesa encantada que para salir de las garras de algún desaforado gigante, reclamaba el esfuerzo de mi brazo!

Mi pícara suerte -que ya desde entonces me empezaba a tratar con malos modos- no me permitió nunca encontrar el escondrijo de aquel gigante que de no, no me cabe la menor duda que yo hubiera partido por la misma mitad al tal gigante, y hubiera desencantado a la princesa, y a la grupa del brioso corcel de majagua la habría llevado lejos, muy lejos, a los dominios del rey su padre, que nos recibiría a los dos con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos, y acababa por cederme su corona en prueba de gratitud, para bien de mis vasallos y honra de mi familia.

Pero, ¡ay!, por mucho que corría y corría, y me rompía y me volvía a romper mis pobres narices, nunca quiso mi perra suerte que yo diera con la bella princesa encantada que esperaba el esfuerzo de mi brazo. Nunca la hallé, nunca encontré ni rastro de mi adorada princesa... Y como nunca la he podido hallar por más que la he buscado y la busco, cada vez que tropiezo en mi camino con alguna mujer bella y dulce, me parece que es ella la princesa, mi princesa, la que yo buscaba en mi vara de majagua, y siento el impuldo vehemente de postrarme ante ella, y de decirle que la adoro, y de preguntarle dónde está el gigante que la ultraja para hundirle en el vientre la hoja de mi espada, y de pedirle después que me enseñe el camino para volar con ella hacia el lejano confín azul donde se haya su palacio.

Ya no soy niño. Ya el fogoso corcel de majagua no me conduce en pos de la quimera. Mi niñez se fue; perdí mi caballo.

Pero no importa; todavía sé soñar; todavía sé soltar el corazón para que vaya a aletear y a solazarse en la lluvia; todavía el monótono cantar del aguacero me saca de la adusta realidad... Todavía vive no sé si en mi alma o fuera de mi alma la bella princesa, y he de seguir buscándola sin cansarme nunca mientras le quede un latido a mi sangre.

He de seguir buscándola, buscándola, hasta caer exánime en medio del camino... ¡o hasta que la rosa divina de sus labios se abra para brindarme el trono augusto de su alma en el palacio de mármol de su cuerpo!



         VOCABULARIO    CONTEXTUAL



1.Modorra= Somnolencia, adormecimiento, sopor.

2.Gasa= Velo; que impide ver con claridad.

3.Bizarra=  Valiente, intrépido, osado.

4.Pegaso= Caballo alado de la mitología griega.

5.Solazarse= Recrearse, entretenerse, divertirse.

6.Adusta= Seca, severa, desabrida.

7.Exánime= Desmayado, desfallecido, extenuado.







domingo, 7 de agosto de 2022

LA NOCHE



LA NOCHE


Tengo que decir a fuer de hombre sincero que desde hace muchos años, casi desde que vine al mundo, le profeso un amor idolátrico a la noche. La noche es mi amiga, mi hermana, mi dama; una elegante dama enlutada y olorosa a azahar en cuyo seno palpitante se adormecen dulcemente mis congojas...Creo que si me dejaran sin ella, creo que si me anunciaran que, por virtud de algún trastorno súbito de la máquina cósmica los días iban a ser eternos, me pondría tan furioso que habría que amarrarme.


No; no puede haber nada en la naturaleza que posea ese divino encanto de la noche. El día será todo lo bueno que ustedes quieran, pero no hay que negar que es de una fealdad plebeya que repugna, demasiado sol, demasiado alarde de claridad chillona de mal gusto, demasiado ruido vil derivado del trajín humano, insoportable olor a feria y a cocina, incesante y descarado desfile de lamentables visiones de trabajo y de dolor, de guerra y de miseria.

En cambio, surge ella, la noche, como una inmensa flor de negrura y de misterio, y el mundo adquiere un tinte incomparable de grandeza. Todo calla, la algarabía infernal de la gran feria humana se suaviza, se apaga; el vaho nefando de sudor y de bodrio se disipa; la madreselva derrama en el espacio su vaga fragancia; en el lejano e inquietante azul van floreciendo temblorosas las pálidas estrellas... y por toda la tierra parece que se siente el hálito encendido de unos labios de mujer que piden anhelantes muchos besos...

¡Oh, el silencio poblado de rumores de la noche! ¡Oh, la luna, esa pálida y bella princesa quimérica, resbalando quedamente sobe el agua dormida del lago! ¡Oh, las cosas sin nombre, aromadas y exquisitas, que yo he aprendido a sentir y a soñar y a cantar al ofrecer mi mente a la caricia dulce de las alas negras de la noche! ¡Oh, la noche, mi amiga, mi hermana, la novia enlutada que me da muchos besos, muchos besos... besos que huelen como la flor del naranjo!



VOCABULARIO CONTEXTUAL



1. A fuer de= En razón de, en virtud de, en calidad de.

2. Bodrio= Comida mal hecha o de mala calidad.

3.Nefando= Abominable, excecrable, ignominioso.

4.Hálito= Aliento.