martes, 27 de julio de 2021

LA JIBARITA

 




                                                 LA JIBARITA

 (Fragmento del artículo de 1916 La Jibarita)

     Viste mal, come mal, vive mal. Cuatro tablas de palma de un techo de yagua o de paja la resguardan malamente del sol, del viento. Es humilde, sencilla, callada, doliente. Madruga mucho, y, desde que se levanta hasta que se acuesta, hace un sin fin de cosas: monda guineos; va al batatal y escarba con su mocho y saca unas batatas, tuesta y muele café, lava un montón de ropa, espanta las gallinas para que no se metan en la tala, trae del monte un manojo de leña y calienta y prepara el fogón; barre, remienda, friega, le tira unas cáscaras al lechón, y duerme al nene. Pero tanto bregar no le impide componerse un poquito ante el pedazo de vidrio o del latón que le sirve de espejo, y prenderse un clavel en el pelo, y asomarse a la puerta del rancho cada vez que taconea un caballo o resuena una copla en el camino.
     ¡Oh jibarita ingenua y susurrante, rosa pálida y triste que embelleces como un rayo de luna las lomas y los llanos y barrancos de Jauca, de Collores, de Jayuya, de Coabey arriba! Tu no usas abalorios, ni sabes de modas, ni te contoneas gentilmente al andar. Tu habla es rústica y tímida, y torpe tu ademán, y dura y hasta callosa tu mano hacendosa que hincha los calabazos y blande el mocho y raspa, en la cosecha, la vara de café. Pero yo te digo, ¡oh amable mujercita de los ojos tan negros en la cara tan pálida! Que mi primer temblor de enamorado me lo inspiró la curva melodiosa de tu seno, y mi primera embriaguez me la dio a conocer el aroma de tu cuerpo cuando bailé contigo y enloquecí de gozo mirándote los ojos y adorando tu boca en la flama de un villarán. Y luego, y siempre,  cuando andando el tiempo te he encontrado lavando tus trapitos y asociando tu copla al mugido del río, otra vez y otra vez el aroma de égloga de tu vida sincera, callada y humilde y de tu cuerpo hermano del café, de la guaba, del guamá y del plátano, me ha sahumado el alma y me ha dado nostalgia de aquel temblor de enamorado que me sacudió todo, cuando bailé contigo en la flama de un villarán, y me quemé en tus ojos, y enloquecí de gula mirándote la boca...





VOCABULARIO   CONTEXTUAL





  1.Jibarita= Diminutivo de jíbara= Término que se usa en Puerto Rico para referirse a la mujer campesina.

  2.Yagua= Nombre taíno de la palma Roystonea Regia cuyas hojas secas (la parte más próxima al tronco) se utilizaban por los campesinos para techar sus bohíos.
  
   3.Guineos= Nombre que se le da en las Islas Canarias, en algunas partes de América del Sur y en el Caribe a las bananas.

 4.Batatal= Lugar donde se cultivan unos tubérculos llamados batatas semejantes a las patatas.


  5.Mocho= Machete corto.
  
  6.Tala= Huerto.  
  
  7.Fogón= Antiguamente, sitio donde se hacía el fuego para cocinar.
  

  8.Lechón= Cerdo, puerco.

  9.Rancho= Choza con techumbre de yaguas o paja.
  
10.Jauca, Collores, Coabey Arriba= Barrios de Jayuya, Puerto Rico.
  

11.Abalorios= Conjunto de cuentecillas de vidrio agujereadas, con las que se hacen adornos.

12.Hincha= Que llena algún recipiente de agua u otras cosas.

13.Calabazos= Calabazas secas y huecas para llevar agua.

14.Raspa= Que quita por completo una cosa.

15.Embriaguez= Perturbación o enajenamiento del ánimo.

16.Flama= Fuerza de una pasión o deseo.

17.Villarán= Composición musical que generalmente se tocaba en las fiestas campesinas.

18.Copla= Composición poética breve, que por lo común sirve de letra en las canciones populares.

19.Égloga= Poema en que se describen escenas campestres.

20.Guaba= Årbol de la familia de las leguminosas que se utiliza para dar sombra a las plantaciones de café.

21.Guamá= Årbol de la familia de las leguminosas que se utiliza para dar sombra a las plantaciones de café.

22.Sahumado= Que le ha perfumado o aromatizado.

23.Gula= Apetito intenso de alguna cosa.




sábado, 17 de julio de 2021

GUAPERIAS

                                                               

                                                              

                                      GUAPERIAS

(Artículo de 1920)



     Batlle Ordóñez se ha cubierto de gloria en estos días dándonos una prueba más de que es hombre de muchos pantalones. El cable nos cuenta, con lujo de sibaríticos pormenores (estas epopeyas gustan todavía de un modo atroz), cómo Ordóñez le partió el corazón de un balazo a su colega el diputado Beltrán, y cómo éste es, desde enero para acá, el segundo enemigo que despacha en el terreno de los caballeros. ¡Es mucho hombre este truculento y tremebundo Batlle Ordóñez! Le dan a uno ganas, ante hombres así, de darse unos porrazos en el pecho y salir cantando como gallo. ¿Quién iba a creer que allá en Montevideo, ciudad de cuya refinada cultura moderna se nos ha dicho tanto, perdura aún, fresquecito, el guapetonismo caballeresco medioeval? ¡Bendito sea Dios! Pensar que después de tanto herrerareisigmo y rodoísmo estamos todavía tan poco desbastados que no sepamos discutir ningún asunto sin caer en la grosería plebeya de los desahogos y denuestos personales y de estos desahogos y denuestos, en las bofetadas, patadas, palos, pedradas, cuchilladas o balazos...
     “Al campo don Nuño voy, -donde probaros espero...” He aquí compendiada toda nuestra psicología de relación en materia de controversias. En este particular estamos tan adelantaditos como en los felices tiempos del Cid Campeador y Diego García de Paredes.
     Pero no vayan a creer ustedes que milito entre los adversarios del duelo a la manera norteamericana. Para ellos, para los norteamericanos, el duelo es costumbre ridícula y propia sólo de latinos cabecicalientes. Lo cual no significa que entre ellos estén eliminadas las riñas cuerpo a cuerpo en que culminan, allá como aquí, los desahogos y denuestos. Lo único que ellos han hecho es suprimir el ceremonial caballeresco, pero están tan dispuestos a entrarse a trompadas o balazos con un adversario deslenguado como nuestros hermanos latinos que cultivan aún el deporte de ventilar sus diferencias en el campo de idiotez de don Nuño. Es cuestión de forma, pero tan bárbaro es el que trompea o acuchilla a su enemigo sin ceremonial, como el que lo hace a la clásica usanza caballeresca. Y puesto a escoger, por lo que a mí me toca, entre dejarme romper quijada o costilla por un bruto, y dejarme perforar el cuerpo con florete o bala en el campo del honor, prefiero lo último, forma de barbarie más atenuada, al fin y al cabo, que la plebeya riña sin ceremonial al crudo estilo americano.
     La enfermedad no está en la sábana. El mal no está en la forma, sino mucho más adentro: en la manía grotesca de asociar el honor con el daño personal inferido al adversario. Tantas bofetadas, o puñaladas, o balas, dadas o recibidas, otros tantos quintales o toneladas de honor que quedan reinvindicados. Me llamó usted necio, o pelagatos, o estafermo, o canalla, o bandido, o cualquiera de las bajas expresiones coléricas que aún quedan en nuestro poco evolucionado léxico, pues ya tengo el deber de honor de romper o dejarme romper la nariz, la quijada, una o varias costillas y, si a mano viene, el corazón. Mientras más averías físicas resulten del encuentro, más limpio y resplandeciente queda el honor y más resoplante de orgullo el vencedor. ¡Ni más ni menos que si en lugar de hombres se tratara de mulos o jabalíes! En este punto, cualquiera ve que el carrero y el mozo de cuerda coinciden, en su psicología, con el más cultivado intelecto. Mucho orgullo, muchos humos de superioridad sobre los que carecen de nuestro mismo grado de educación... y sin embargo, en las normas fundamentales de nuestra vida, en la manera de entender cosa tan alta y delicada como el honor, tan toscos, tan primitivos, tan desaforadamente mulos los unos como los otros.
     Se me objetará que hay ofensas serias y que el no tomarlas en cuenta nos presentaría como unos cobardes. Pero yo replico que el llamarme canalla, o bandido, o perro, no es tal ofensa más que en la cabeza de un tonto. Un epíteto, mientras más grosero y más sucio sea, menos me puede herir. Al que hiere en realidad, al que pone en evidencia como un ser inferior e infeliz, menos digno del odio que de la conmiseración, es al procaz adversario que me lo echa al rostro por no tener cosa mejor en su intelecto con qué defenderse. Un epíteto, como no prueba nada, como no contiene pensamiento alguno, es menos que un estornudo, sólo puede soliviantar a los que, por haber venido al mundo con la psicología de los gallos, temen perder algo si no responden materialmente, con golpes o balas, a la provocación de un imbécil.
     Pero, y si a usted, señor --se me ha dicho varias veces-- le nombran la familia o le imputan alguna acción bochornosa, ¿se va a quedar tranquilo? Y yo repondo: Sí; me quedaré tan tranquilo y tan impasible como un ladrillo. Si es verdad, mi mayor orgullo, si soy hombre que valga dos cuartos, debe ser el no rehuir las verdades, ni las agradables ni las desagradables, ni las mías ni las ajenas, por nada del mundo. Y si es mentira... vive Dios, que si yo no supiera despreciar la mentira, si yo descendiese jamás hasta el extremo de ruindad de temblarle a un embuste, ¡me ahorcaría en el acto de asco de mí mismo!
     Pero es más. Es que si verdaderamente fuésemos tan educaditos y refinaditos como alardeamos de ser desde que aprendemos cuatro paparruchas en un colegio, y tuviéramos sobre el palurdo algo más que la calidad de la ropa y el pulimento de las maneras superficiales (maneras que se le pueden enseñar a un mono en menos de un trimestre), en lugar de complacernos en el daño corporal producido al adversario, sentiríamos horror ante la sola idea de ese daño. Yo, Juan, salto al campo con Pedro y le pego o me pega. Pues bien; si yo, Juan, soy algo superior al pobre palurdo de la calle en mi sensibilidad y en mi entendimiento, es evidente que saldré siempre perdiendo. Si me pegan, por el dolor y las consecuencias de los golpes. Y si yo pego, porque me avergonzará y me dolerá como un feroz reproche el espectáculo de los golpes o heridas que le dí a mi adversario.
     ¿Quién que así piense no encuentra en sí mismo reservas de valor (el verdadero, el espiritual, el único) suficientes para no convertir jamás --aunque pase ante el vulgo por cobarde-- un conflicto de ideas, una controversia cualquiera, en un motivo de boxeo o de duelo?
     Ese mismo pendenciero Batlle Ordóñez, que en lo que va del año a despachado en el campo de don Nuño a dos de sus adversarios, ante este alto y genuino concepto del valor --del gran valor, floración del espíritu, que llevó a Tolstoy a reñir con su casta, y a San Francisco de Asís a hermanarse con el lobo y la pantera y a Cristo a llevar su mensaje de renovación social lo mismo a la casa del bueno que a la casa del malo-- se queda chiquitito. Porque ¿cuánto apuestan ustedes a que éste señor, este Pepe el Tranquilo de Montevideo que mató a Beltrán de un pistoletazo, no es en el fondo más que un cobardón infeliz que se muere de miedo al solo anuncio de que se va a decir o a creer de él tal o cual cosa?






VOCABULARIO   CONTEXTUAL



  1.Batlle Ordóñez= José Pablo Torcuato Batlle Ordóñez (1856-1929)= Sirvió como Presidente de la República de Uruguay en tres períodos distintos; primero interinamente del 5 de febrero de 1899 al 1 de marzo del mismo año, luego como el 19° presidente constitucional de 1 de marzo de 1903 al 1 de marzo de 1907 y más tarde como el 21° presidente constitucional del 1 de marzo de 1911 al 1 de marzo de 1915.

2.Sibaríticos= Se dice de las cosas que se hacen con placer o deleite.

3.Beltrán= Washington Beltrán Barbat (1885-1920)= Escritor, periodista, abogado y político uruguayo.

4.Truculento= Que asusta por su exagerada crueldad.

5.Tremebundo= Horrendo, que hace temblar.

6.Herrerareisigmo y rodoísmo= Refiérese a la influencia cultural de estos dos grandes de la literatura uruguaya y mundial: Julio Herrera y Reissig (1875-1910) y José Enrique Rodó (1871-1917).

7.Desbastados= Educados, sin rusticidad. Civilizados.

8.Grosería= Descortesía, falta de urbanidad, rusticidad, ignorancia.

9.Plebeya= Perteneciente al vulgo, al populacho.

10.Desahogos= Dar rienda suelta a un sentimiento o queja para aliviarse de ellos.

11.Denuestos= Injurias, afrentas o ultrajes graves.

12. "Al campo don Nuño voy"= Verso de La Venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca, donde se satiriza el honor tradicional.

13.Cabecicalientes= Cabeciduros= Testarudos.

14.Trompadas= Golpe dado con la trompa (prolongación de la nariz de algunos animales). Usada para cargar la acción del mayor sabor posible a animalidad.

15.Deslenguado= Malhablado, insolente, lenguaraz.

16.Florete= Espada.

17.Pelagatos= Hombre pobre y desvalido y a veces despreciable.

18.Estafermo=Simplón, pelele, mequetrefe.

19.Resoplante= Envanecido, presumido, engreído.

20.Carrero= Carretero = El que guía las caballerías o los bueyes que tiran de las carretas.

21.Mozo de cuerda= Persona que se ponía antiguamente en los parajes públicos para llevar cosas de carga o para hacer algún otro mandado.

22.Procaz= Desvergonzado, atrevido.

23.Soliviantar= Mover el ánimo de alguien para inducirle a adoptar una actitud hostil.


24.Paparruchas=Tonterías, estupideces, necedades.

25.Palurdo= Se refiere despectivamente al cuerpo como algo tosco, ordinario. Persona tosca, ignorante, patán.

26.Pulimento= Mejoramiento, afinamiento, 
perfeccionamiento.


27.Pepe el Tranquilo= Figura folklórica del toreo español. Es 
el "valiente" que se para frente al toro sin moverse, como si 
no le importase nada.






domingo, 4 de julio de 2021

NUESTROS CORRELIGIONARIOS DEL NORTE

 




                           NUESTROS CORRELIGIONARIOS DEL NORTE

                    (Fragmento del artículo de 1922 Por Qué no se Entienden)



     Aparte de lo ridículo de estas incorporaciones y desincorporaciones, que tanto se parecen por lo misteriosas a las materializaciones y desmaterializaciones de los centros espiritistas, tenemos que, porque el Partido Republicano de la Metrópoli permite a los republicanos de la colonia pavonearse con esa cándida ilusión de correligionarios, ya aquellos, que constituyen el bloque de imperialismo más formidable de Estados Unidos, pueden hacer de los pobres colonos la merienda de caníbales que les dé la gana.
     ¡Bonito arreglo! Arreglo de mendigo con millonario, mediante el cual el millonario puede hacerlo todo en la casa del mendigo, a cambio... ¿de qué? ¿de darle al mendigo algo de los millones? No; de permitirle sinplemente al mendigo que se pavonee llamándose amigo y socio del millonario.
     ¡Oh, bufotrágicas sociedades de pordiosero y millonario, de lobo y de cordero!





VOCABULARIO CONTEXTUAL





  1.Correligionarios= Que profesan la misma opinión política que otros.
  
  2.Incorporaciones= Acción de agregarse una o más personas para formar un cuerpo.

  3.Materializaciones= Dícese de las conversiones de los seres inmateriales (espíritus) en materia.
  
  4.Desmaterializaciones= Dícese de las conversiones de la materia en seres inmateriales (espíritus).
  
  5.Metrópoli= La nación, respecto de sus colonias.
  
  6.Colonia= Territorio fuera de la nación que lo hizo suyo, y ordinariamente regido por leyes especiales.

  7.Pavonearse= Hacer vana ostentación.
  
 8.Imperialismo= Sistema y doctrina de extender la dominación de un Estado sobre otro u otros, mediante la fuerza o por influencias económicas y políticas abusivas.

  9.Colonos= Los que habitan en una colonia (ver núm. 6).

10.Merienda= Comida ligera.

11.Caníbales= Dícese de los hombres feroces e inhumanos. Antropófagos (que comen carne humana).

12.Bufotrágicas= Relativas a lo bufo (lo cómico que raya en grotesco y burdo) y a lo trágico (lo infausto, muy desgraciado).

13.Lobo= Hombre fiero, cruel, inhumano.

14.Cordero= Hombre manso, dócil y humilde.