domingo, 23 de julio de 2023

UNA VERGUENZA NACIONAL

 


                         UNA VERGUENZA NACIONAL

(Artículo de 1914)
      
     Cosas verdaderamente coloradas están pasando en Colorado. De resulta de una huelga de mineros comenzada hace más de siete meses, en la mañana del día 20 de abril, informa un periódico, treinta y tres muertos, muchos de ellos mujeres y niños, se encontraban tendidos cerca de Ludlow, pequeño pueblo del sur de dicho Estado. La casa principal de los huelguistas apareció, también en dicho día, reducida a cenizas. Y dos mujeres y once niños aparecieron, además, carbonizados, en el sótano de la casa de uno de los de la huelga.
     Pero lo más extraordinario no ha sido sólo esta hecatombe, esta bárbara hecatombe  de niños y mujeres en plena paz. Lo más extraordinario, lo más abominable del caso es la clase de personas que perpetraron tan innoble hazaña. Estas personas fueron los milicianos, la fuerza militar del estado, llamada al campo de la huelga por las autoridades civiles, aparentemente para velar por el orden, y, en realidad, para echársele encima a la huelga, y acorralarla, y amordazarla, y vencerla de cualquier manera.
     A pesar de que Colorado es uno de los estados donde se ha progresado más políticamente, pues tiene ya referéndum, iniciativa y recall, como para demostrar que dónde y mientras manda Don Dinero no hay embelecos democráticos que valgan, la compañía explotadora de las minas, en la cual compañía  figura nada menos que ese saco de millones que se llama Mr. Rockefeller, era y es dueña y señora de la maquinaria administrativa y judicial de los dos condados donde opera. Y es claro: la milicia reclutada por el gobernador (y pagada por la compañía) se puso en marcha, y los pobres huelguistas, perseguidos como fieras, cazados como indios, han pedido socorro con gritos tan desesperados y tan persistentes que la nación, al fin, se ha conmovido, y el ejército regular ha tenido que llegar volando al teatro de los trágicos acontecimientos para desarmar a los feroces milicianos. Y conste que estos informes no los he tomado de periódicos socialistas, sino de muy respetables periódicos y magazines burgueses.
     Y ahora viene la consiguiente interrogación de boca de algún lector poco fuerte en geografía: este Colorado que tal espectáculo de barbarie está dando ¿en qué parte del Asia o de África se halla? Pues, este Colorado, señor mío, al que poco le ha faltado para poder brindarnos pintorescos cuadros de canibalismo, no está en Åfrica ni en Asia, sino casi en casa, en la respetable morada de nuestro tutor y maestro, el gran pueblo de los Estados Unidos, pueblo que ha contraído para con la humanidad y la historia la evangélica misión de irnos civilizando poco a poco.
     La prensa de este pueblo evangélico y civilizador está a la hora de ahora tronando en indignación y en horror ante las salvajadas de los milicianos de Colorado. Y mientras esa prensa grande del gran país que nos educa para la vida civilizada truena contra los asesinos de Colorado y llama vergüenza nacional lo sucedido, yo, ¡pobrecito de mí!, siento irresistible comezón de cometer la deliciosa villanía de reírme de las indignaciones de esa prensa y de encontrar bonito que hallan Colorados en el mundo que se conviertan de golpe y porrazo en cosa tan edificante como una vergüenza nacional.
     ¿No están todos los días dándonos matraca con lo de que no tenemos todavía capacidad para el gobierno propio?
     ¿No se nos ha dicho mil veces, al revés y al derecho, en palabras y en actos, que se nos considera inferiores?
     Y esta misma gran prensa del gran pueblo, ¿ha tenido alguna vez algún noble arranque de piedad para la queja de Puerto Rico? ¿No ha visto esa prensa siempre como la cosa más natural del mundo el desdén con que se nos ha tratado? Y este cargante, olímpico desdén ¿no es hijo de la necia idea de los americanos de su enorme superioridad sobre los demás hombres del planeta?
     Pues, cometamos sin miedo la deliciosa villanía de contraer nuestro rostro de muchachos de escuela con la más maligna de las muecas, ante la vergüenza que ha puesto colorada la cara nacional del señor y maestro al saber lo ocurrido en Colorado. Estas vergüenzas nacionales, como otras vergüenzas individuales, vienen muy bien para enseñar, a los que la necesitan, la gran lección de la tolerancia y la humildad con que todo hombre debe tratar y juzgar las palabras y los actos, y las vidas, de los otros hombres de las otras razas




VOCABULARIO     CONTEXTUAL




1.Coloradas= Cosas deshonestas que se fundan en apariencias de razón o justicia.

  2.Colorado= Uno de los 50 estados de los Estados Unidos de América.

  3. De resultas= Por efecto o consecuencia de.

  4.Hecatombe= Matanza, carnicería.

  5.Milicianos= Individuos de un servicio militar.

  6.Referéndum= Acto de someter al voto popular directo las leyes aprobadas o las gestiones administrativas ejecutadas por los representantes del pueblo, para que éste las ratifique.

 7.Iniciativa= Derecho de los ciudadanos fuera de la legislatura para introducir o promulgar una nueva ley mediante votación popular.

 8.Recall= Derecho a la remoción de un oficial público mediante el voto popular.

  9.Embelecos= Embustes, engaños.

10.Saco de millones= Dícese de la persona muy acaudalada.

11.Dueña y señora= Que tiene el dominio absoluto de una cosa.

12.Teatro= Lugar en que ocurre una cosa muy notable.

13.Pintorescos= Dícese de aquello que presenta a la vista una imagen digna de ser pintada. Chocante.

14.Canibalismo= Ferocidad e inhumanidad propia de los salvajes antropófagos (que comen carne humana).

15.Tutor= Defensor, protector, director.

16.Tronando= Hablando, escribiendo impetuosamente contra alguna cosa.

17.Comezón= Desazón que ocasiona el deseo de alguna cosa.

18.De golpe y porrazo= Súbita o prontamente.

19.Dándonos matraca= Importunándonos con insistencia molesta sobre un tema.

20.Cargante= Que causa molestia.

21.Olímpico= Altanero, soberbio.




martes, 18 de julio de 2023

LOS RATONES Y LOS POBRES




                                                LOS RATONES Y LOS POBRES

(Fragmento del artículo La Voz de los Ratones de 1912)

     
     Es domingo, cuatro o cinco de la tarde, tengo el lápiz en la mano, y pienso en la peste bubónica. Y de repente, y sin saber cómo ni cuándo, se me ha empezado a meter alma adentro una gran compasión, una inmensa lástima hacia esos pobresitos ratones que tan mal lo deben estar pasando a estas horas.
      Trampas y ratoneras de todas clases, venenos fulminantes, harina de maíz mezclada con yeso para inducirlos a comer y lograr que el yeso se les haga una piedra en el estómago y les produzca cólicos atroces hasta que mueran desesperados... toda una sarta pavorosa de alevosía y crueldades encaminadas a exterminar de raíz miles y miles de inocentes e indefensos animales.
      ¡Qué hondos, qué sombríos y aterradores escondrijos de crueldad muestra el alma del hombre a poco que el miedo la sacuda y la domine!
      Pobres ratones, condenados a expiar con atroces torturas, sin tregua ni piedad, el delito horrendo de estar -ellos también- enfermos de la peste bubónica. Para los que, como yo, reverenciamos la vida- por el gran misterio que en ella palpita- sin establecer diferencias arbitrarias entre la vida del hombre y la vida de los demás seres que comparten con nosotros el dolor y la poesía de este mundo, ¡qué cosa más amarga la persecución decretada para los ratones y los perros!
      Ellos no saben hablar, pero si supieran, ¡cuántas cosas inquietantes y terribles nos dirían!
      Dirían, por ejemplo, que ya que los matamos ahora por la sola razón de que constituyen un contagio para nosotros por su número y su falta de higiene, deberíamos también, para ser lógicos, proceder enseguida a la matanza de los pobres, que son, por sus hábitos y su falta de higiene impuesta por su misma pobreza, tan peligrosos para nuestra preciosa salud como ellos, los ratones y los perros.
      Dirían que, si nuestro instinto de conservación, alarmado por lo inminente y terrible del contagio, puede justificar su exterminio, no hay nada que excuse la salvaje crueldad de los medios de muerte que ponemos en práctica contra ellos. “Ya que nos dais la muerte dirán -o dirían- ellos, dádnosla sin inútil crueldad; dádnosla sin la tortura abominable de quemarnos vivos, de matarnos de sed, de retorcer nuestros intestinos con cólicos infernales. Dadnos la muerte, pero sed clementes, y ya que nos habéis dejado vivir y multiplicarnos a vuestro lado, sacadnos de este mundo suavemente, ahorrándonos tormentos.”
      Dirían más, dirían que si hemos de volvernos contra ellos cada vez que un peligro de plaga nos amenaza, y si consideramos que no tienen derecho, porque son perniciosos, a la vida, deberíamos realizar un gran esfuerzo colectivo, una cruzada universal contra ellos, y de una vez para siempre impedir que haya más inútiles enfermos y perseguidos ratones por el mundo.
      Y como en el mismo caso que ellos se encuentra la legión interminable de pobres, de esos que viven -sin baño y sin aire y sin ningún otro elemento de higiene- hacinados en miserables y pestilentes tugurios, también con ellos, con los pobres, debe rezar nuestra clemente cruzada eliminadora, hasta que de igual modo consigamos, al fin, vernos libres por siempre del pobre.
     Dirían más; dirían:
“¿De qué vale que os hagáis la ilusión de que toda vuestra mal escondida crueldad ancestral, puesta al descubierto en este instante, va sólo contra nosotros -animales de especie distinta a la vuestra- y no va contra los pobres, animales de vuestra misma especie? ¿De qué vale que vuestros bandos furiosos -repletos de alevosías y tormentos para nuestra pobre especie- nada digan contra los pobres? ¿Es que por eso os creéis más compasivos y humanos con ellos? ¿Pero no sabéis que los estáis condenando a muerte, a la más cierta y espantosa de las muertes, dejándoles seguir viviendo hacinados como cosas -sin luz, sin aire, sin agua y sin alimento sano- en sombríos y miserables tugurios? Entre esta muerte, la de los pobres, la que consiste en esperar, sin moverse y sin chistar, en el fondo de la infecta zahurda, la feroz y segura embestida de la peste, y la muerte que nos dais a nosotros, no obstante su abominable crueldad, preferimos ésta, la nuestra, porque es menos lenta, menos saturada de la angustia de la zozobra continua, menos impregnada de la odiosa y malvada hipocresía que os corre por las venas en cada gota de la sangre, de esa sangre de rapiña y de miedo y de brutal ferocidad que lleváis dentro.”




VOCABULARIO    CONTEXTUAL




  1.Peste bubónica= Enfermedad infecciosa, epidémica y febril, muy contagiosa transmitida directamente o por intermedio de la pulga, que es el vehículo entre la rata y el hombre.

  2.Fulminantes= Aplícase a las cosas o a las enfermedades repentinas y por lo común mortales.


  3.Yeso= Sulfato de cal que tiene la propiedad de endurecerse rápidamente cuando se amasa con agua.

  4.Sarta= Serie de sucesos o cosas no materiales, iguales o análogas.

  5.Alevosía= Con cautela para asegurar la comisión de un acto a traición y sobre seguro.

  6.Expiar= Sufrir la pena impuesta.

  7.Palpita= Que tiene tal movimiento que conmueve y agita los ánimos.

  8.Poesía= Cierto encanto indefinible de las cosas que halaga y suspende el ánimo.


  9.Plaga= Daño grave que aflige a un pueblo.

10.Cruzada= Trabajo que se emplea en propagar una idea o en combatir una cosa.

11.Hacinados= Amontonados, acumulados sin orden.

12.Tugurio= Habitación pequeña y mezquina.


13.Rezar= Que está contenido o incluido.


14.Chistar= Hacer ademán de hablar.


15.Infecta= Contagiada, corrompida, pestilente.


16.Zahurda= Pocilga (lugar hediondo y asqueroso).


17.Feroz= Que obra con dureza y crueldad.


18.Zozobra= Inquietud, aflicción, desasosiego.

19.Rapiña= Robo o saqueo que se ejecuta arrebatando violentamente.





miércoles, 12 de julio de 2023

LOS NIÑOS DE ALBANY

 


                                             LOS NIÑOS DE ALBANY

(Artículo de 1916)


     ¡Cómo! ¿Pero es verdad que en Albany, Estados Unidos, sesenta mil niños han ido en manifestación a pedirle al gobernador que ejecute sin misericordia  a Pontón? ¿Pero no es espantoso que de las tiernas y gorjeantes gargantas de sesenta mil niños se haya hecho salir este clamor de muerte contra un infeliz reo? Por grande que haya sido el delito de Pontón, ¿a qué queda reducido frente a este otro delito de envenenar deliberadamente el alma de una legión de niños con tan feroz deseo?
     No; ésto no parece cosa sucedida en estos tiempos, ni en el seno de un pueblo civilizado. Esto parece cosa de otros tiempos, brote de crueldad en el alma de roca de gentes primitivas, no iniciadas aún en las prácticas mansas de Buda o de Cristo. Se concibe que en torno del infeliz que, en un momento de extravío amoroso, dio muerte a una mujer, se aglomeren los deudos de la víctima pidiendo justicia, esto es, venganza. Se concibe que este furor homicida de los deudos se transmita por contagio en los primeros momentos a los habitantes del pueblo o ciudad de la víctima. Pero no se concibe que se llame a los niños, a todos los niños de todas las escuelas, y se les haga partícipes de esta espeluznante orgía de odio. Y esas iglesias, esas innumerables iglesias que en las ciudades americanas propagan día y noche la doctrina de Cristo, toda amor, caridad, tolerancia y perdón, ¿qué hacen? ¿para qué sirven si no sirven ni siquiera para impedir que se escape de la garganta de los niños de Albany el sacrílego grito de venganza y muerte que acabamos de oír? ¡Y pensar que estas mismas iglesias, junto a las cuales acaba de darse el horrible espectáculo de tan innecesaria crueldad, envían constantemente misioneros a otros pueblos, y entre ellos a Puerto Rico, a predicar mansedumbre y caridad evangélicas! ¡Dónde mejor podrían actuar estos misioneros es allí donde el frenesí del odio puede tanto que hace salir de las escuelas a sesenta mil niños para que vayan en procesión solemne hasta la casa de un gobernador, y le conminen a ser inexorable, a matar fríamente al que mató en un vértigo, a obsequiar a unos infelices viejos --los padres del reo-- con el lúgubre regalo de Christmas de la muerte del ausente hijo que nunca ha de volver!
     Nosotros no sabemos leer ni sabemos correr tras el Dólar hasta reventar o hacernos millonarios. No sabemos unas cuantas cosas que para afear y entristecer la vida saben y practican nuestros señores los americanos. Sabemos muy poco, es verdad. Pero podemos afirmar rotundamente que en el seno de nuestra pobre y humilde comunidad jamás daremos el tremendo espectáculo de hacer colaborar a nuestros hijos en la obra de fría y estéril crueldad en que han colaborado los niños de Albany.
     Sabemos muy poquita cosa, muy poquita cosa. Ni siquiera hemos inventado el automóvil Ford, tan indispensable a la felicidad humana. Sabemos, sin embargo, perdonar. Y como el perdón necesita de la compasión, y la compasión necesita de la comprensión, y esta facultad de comprender necesita a su vez de la lenta y laboriosa decantación espiritual de una cultura que contribuyeron a formar siglos y más siglos, ¿qué podemos hacer, así pobres y humildes como somos, sino pedir a los dioses, con un poco de orgullo, que se apiaden de nuestros señores los americanos, y que, a cambio de hacerles olvidar muchas de las innumerables cosas que han aprendido para complicar y ensombrecer inútilmente la vida, les madure, depure y refine el espíritu de tal modo que, sin necesidad de ir a la escuela ni a la iglesia, sepan esa cosa sencilla y profunda que saben nuestros analfabetos: perdonar, esto es, compadecer, esto es, comprender. Cuando sepan esta sencilla, pero profunda y formidable cosa que se llama comprender, ya quizás no tendrán la extraordinaria agilidad juvenil con que persiguen hoy millones e inventan aparatos de mecánica; ya quizás no harán progresar tan velozmente sus industrias, sus casas, sus ciudades, sus muebles, sus zapatos, sus ropas; pero habrán progresado ellos mismos, esto es, tendrán una sensibilidad más aguda, una cerebración más intensa, y una visión más certera, más amplia y más profunda de la vida... Y al orgullo infantil de haber inventado el automóvil Ford y otras zarandajas de ferretería, sucederá un nuevo sentimiento de humanidad a la luz del cual la sombría procesión de los niños de Albany pidiendo ferozmente la muerte de un hombre, les parecerá una cosa tan cruel, tan tosca, tan primitiva, tan fea, que la creerán inverosímil y temblarán ante ella de verguenza y de horror.





VOCABULARIO   CONTEXTUAL





  1.Gorjeantes= Se dice de los niños cuando empiezan a hablar y formar la voz en la garganta.

  2.Feroz= Brutal, agresivo, cruel, despiadado.

  3.Orgía= Satisfacción de pasiones desenfrenadas.

  4.Sacrílego= Impío, envilecido, abominable.

  5.Vértigo= Arrebato, impulso, rapto.

  6.Lúgubre= Triste, funesto, melancólico.

  7.Fría= Falto de afecto o de sensibilidad.

  8.Estéril= Inútil, vana, infructuosa.

  9.Decantación= Inclinarse, tomar partido o decidirse por una opción entre varias.

10.Zarandajas= Baratijas, bagatelas, chucherías.

11.Tosca= Inculta, grosera, vulgar.



sábado, 8 de julio de 2023

EL QUESO Y EL RATON

 


                                             


                                          EL QUESO Y EL RATON

(Artículo de 1919) 



     Copio del periódico americano "The Magazine of Wall Street", número de julio 19:

     "Hay muchos hombres --no sólo en New York sino también en otras partes de Estados Unidos-- que quizás no son todavía nacionalmente conocidos, pero que tranquilamente se van labrando una gran carrera para sí mismos. Dentro de cinco o diez años sus amigos, al verlos pasar, dirán: "Yo conocí a Brown cuando él era solamente tal o cual cosa. Ved ahora la posición prominente que ocupa." "Hombres de este calibre están comenzando a hacer sonar sus nombres en los altos círculos cada vez con mayor frecuencia y "The Magazine of Wall Street" se propone presentar esta serie de esbozos de sus carreras que deben ser una fuente de emulación para todos aquellos jóvenes que estén resueltos a conquistar su parte en el período de prosperidad que se ha iniciado para nuestro país."

     Permítame ahora el honorable órgano de su Majestad Imperial la Banca de Wall Street una tímida observación. Esas plazas prominentes para esos jóvenes de ambición de que usted habla, ¿han de ser tantas como tantos sean los jóvenes modelos, los Brown, que se hagan acreedores a tal premio?
     Seguramente que no, ¿verdad? Cada firma o cada casa opulenta podrá tener cabida para uno, para tres, para cinco... para un número limitadísimo, casi infinitesimal. Tenemos, pues, que por cada jovencito modelo, marca mosquita muerta (o sea, hecho a la medida del gusto y conveniencia del principal) que logre entrar por el ojo de la aguja de una tal plaza prominente en perspectiva, habrá mil, diez mil, una legión que -¡claro! por no haber cabida para todos- no tendrá otro porvenir que el de reventar por el camino, convertido por toda la vida en un sufrido y sudoroso y lamentable burro de alquiler.
     Luego... Luego el honorable Magazine de Wall Street debe cambiar de copla, porque ésta está muy vieja (yo se la oí a mi abuelo) y no tratar de hacer tragar a nuestros hijos, a las nuevas generaciones en que está hoy toda la esperanza del mundo, la adormidera esa de la alta posición que les espera si se portan bien, esto es, si extinguen en sus almas toda ansia juvenil, rebelde y generosa, de superación, para plegarse sumisos a los gustos e intereses del principal.
     ¡Oh, la coplita vieja de Wall Street! ¡Cuántos hay todavía que seducidos por ella abdican del supremo orgullo de sentirse jóvenes, y por consiguiente renovadores, y bajan la cabeza, y al paso de buey viejo van macilentamente, anda que anda, rumiando el sueño sanchopancesco de la alta posición, a base única de barriga llena, automóvil y libro de cheques... Es como un ejército de ratas que se viese marchar lúgubremente noche y día, en ordenada procesión, fascinado por la visión de un poquito de queso pendiente de un hilo allá en lo alto de un palo. ¡De un palo siniestro, muy flaco y muy solo, a cuyo extremo ninguna de las ratas -sino una entre mil- ha de llegar jamás!




VOCABULARIO   CONTEXTUAL




  1.Wall Street= El término es usado para hacer referencia tanto al mercado financiero estadounidense como a instituciones financieras.

  2.Mosquita muerta= Que afecta (finge) mansedumbre y docilidad.
  
 3.El principal= El jefe, el amo.

 4.Adormidera= Que adormece, acalla, entretiene.

  5.Macilentamente= Tristemente, decaídamente, melancólicamente.

  6.Rumiando= Considerando algo una y otra vez. 

 7.Sanchopancesco. Relativo a Sancho Panza. Que antepone a todo el provecho, interés o fruto que se saca de una cosa.

  8.Lúgubremente= De modo triste, melancólico, sombrío.

  9.Fascinado= Engañado, alucinado, ofuscado.

10.Siniestro= Funesto, infeliz, aciago.



martes, 4 de julio de 2023

EL 4 DE JULIO



EL 4 DE JULIO

(Artículo de 1920

Cuatro de Julio... Washington... El pueblo norteamericano se reúne hoy con la devoción de siempre a rendir el fervoroso homenaje a ese nombre y a esa fecha, que son como el monumento levantado, en edades ya remotas, a la majestad del pensamiento humano, por los descendientes de los perseguidos del May Flower, que vinieran a las playas de un continente, casi desconocido entonces, a librar su conciencia del encadenamiento que los tiranos de su tiempo la querían sujetar. ¿Qué mejor homenaje a esta figura y a esta fecha que recordar algunas de las palabras en que sintetizó sus ideales políticos el prócer de la independencia americana?
"Si yo pudiera abrigar el más ligero temor de que la constitución formulada en la Convención que he tenido el honor de presidir pudiera algún día poner en peligro los derechos religiosos de cualquier sociedad eclesiástica, ciertamente que no habría puesto jamás mi firma al pie de ella; y si yo pudiera ahora concebir que el Gobierno por ella establecido viniera a ser de tal modo administrado que volviese insegura la libertad de conciencia, os ruego no dudéis de que nadie se mostraría más celoso que yo mismo de levantar barreras contra los horrores de la tiranía espiritual."
En aquel tiempo en que el caudillo escribió estas palabras, los hombres luchaban, hasta el enardecimiento y la persecución, por principios religiosos principalmente, y ya vemos con la claridad con que formula Washington su anatema contra toda suerte de actos que envolviesen el menor peligro para la libertad de conciencia. ¡Cuán lejos estaba de su pensamiento que había de llegar un día en que los hombres encargados del gobierno de su pueblo atropellasen y encadenasen la libertad de conciencia, no ya en los enardecimientos y fanatismos producidos por el fervor religioso, sino, aguijoneados por mezquinos intereses económicos!
¡Con qué mezcla de indignación y asombro habría acogido el prócer emancipador de Norte América la profesía de que en el seno de su mismo pueblo habrían de llegar a ser los mismos principios básicos de aquella Constitución que él y sus compañeros le legaron orgullosos a su raza, considerados como cosa subversiva y penable en boca de los disidentes económicos de hoy, herederos de los disidentes religiosos de ayer!
Como una ironía de la historia, quizás en el momento en que atruena los aires el eco de las manifestaciones de entusiasmo que provoca el recuerdo del fundador de la independencia, la Convención del Partido Demócrata reunida en San Francisco habrá proclamado candidato a la presidencia de los Estados Unidos a Mr. Palmer, precisamente el hombre que más se pronuncia en los tiempos actuales como antítesis viva de todo lo que en materia de ejemplaridad cívica se destaca de la obra y de la personalidad que hoy conmemora Norte América.
Mientras en todas las ciudades, hasta las más humildes, se rinde hoy culto a los principios de libertad encarnados en la noble y austera figura de Washington, aquel prócer que con tanta angustia se asomaba a la perspectiva del menor peligro para la majestad de la conciencia humana, muchos hombres, y entre ellos la figura mansa y evangélica de Eugenio Debs, están sepultados en sombríos y espantosos calabozos. ¿Qué delito cometieron estos hombres? No otro delito que el de manifestar en voz alta y sincera lo que pensaban acerca de la guerra. He ahí cómo las barreras que quiso poner Washington como salvaguardia de los gobernados contra la opresión de los gobernantes no fueron suficientes. La conciencia humana sigue encadenada... y seguirá estándolo mientras la igualdad política que introdujo la revolución francesa siga siendo sólo una ficción legal debajo de la cual es fácil descubrir la realidad innegable y espantable de un estado de vasallaje económico que fabrica parias en vez de ciudadanos.



VOCABULARIO CONTEXTUAL


1.Fervoroso= Efusivo, entusiasta, ardoroso.

2.May Flower= Mayflower= Es el nombre del barco que transportó en 1620 a los llamados peregrinos desde Inglaterra hasta la costa de lo que hoy son los Estados Unidos de América.

3.Enardecimientos= Pasión, entusiasmo, exaltación.

4.Aguijoneados= Alentados, incitados, provocados.

5.Mezquinos= Egoístas, ruines, indignos.

6.Subversiva= Que intenta destruir el orden establecido.

7.Penable= Que puede recibir pena o castigo.

8.Encarnados= Dícese del que representa alguna idea, doctrina, etc.

9.Eugenio Debs= Eugene Víctor Debs (1855-1926)= Fundador del Partido Socialista de los Estados Unidos y candidato a la presidencia de ese país en las elecciones de 1904, 1908, 1912 y 1920. En esta última recibió 915,000 (6%), a pesar de hallarse encarcelado bajo el cargo de sedición a causa de su oposición a la Primera Guerra Mundial.

10.Salvaguardia= Garantía, amparo, defensa.

11.Parias= Personas excluidas de las ventajas y derechos de que gozan las demás en la sociedad.




lunes, 3 de julio de 2023

EL CAPITALISMO

 



                                     EL CAPITALISMO

  (Fragmento del artículo de 1921 Cambio de Cinta)



   Inconsecuente, impulsivo, atrabiliario, feroz, dispuesto a condenar hoy lo que ensalzó ayer, sin otro instinto propulsor que la gula. Así es, así ha sido y así será siempre por los siglos de los siglos, el mundo monstruoso del capitalismo. ¿Cómo va a ser de otro modo, si no tiene otra filosofía, otra norma que ajuste el ritmo de sus actos, que la del lucro particular, el beneficio de cada uno para cada uno? ¿Qué otros frutos puede dar esta filosofía de gorilas?


     Por un momento los véis unidos, abrazados estrechamente en la más íntima y edificante comunión de pensamiento. Y os parece que aquello es la paz. Pero ¡ay!, no es la paz. Es simplemente una reunión de lobos que están en acecho de algo que comer, de algo que repartirse. Pero aquel mismo apetito que los une un momento los desune un momento después. Basta que sobrevenga un incidente cualquiera que encienda la chispa de los recelos -latente siempre allí donde no hay otra cosa que hocico y mandíbulas- para que al aparente concierto de voluntades suceda un concierto de gruñidos... y a Dios que reparta suerte.





VOCABULARIO CONTEXTUAL




 1.Capitalismo= Doctrina económica fundada en el predominio del Capital sobre el Trabajo como elemento de producción y creador de  riqueza.

   2.Inconsecuente= Que obra con falta de arreglo a sus principios.

  3.Impulsivo= De proceder irreflexivo.


  4.Atrabiliario= Destemplado, violento.


  5.Feroz= Que obra con crueldad y dureza.


 6.Instinto propulsor= Impulso o propensión maquinal e indeliberada que lo impele hacia adelante.


  7.Gula= Apetito desordenado.

 8.Lucro particular= Ganancia o provecho propia, privada, individual.

  9.Edificante= Que da buen ejemplo.

10.Comunión= Que es admitido de todos o de la mayor parte.


11.Acecho= Acción de observar y aguardar cautelosamente con algún propósito.


12.Recelos= Acción y efecto de temer, desconfiar y sospechar.


13.Latente= Oculto, escondido.


14.Aparente concierto= Que parecen ser de común acuerdo, pero no lo son.

15.Gruñidos= Voz del lobo.

16. A Dios que reparta suerte= Que sea lo que Dios quiera