miércoles, 27 de octubre de 2021

LOS HEROES DEL CAMINO

 




                                         LOS HEROES DEL CAMINO

(Artículo de comienzos del siglo XX)


    
     Cada día me siento más satisfecho de ser uno de los hombres más cobardes que hay en Puerto Rico para todo lo referente a vehículos, llámense coches, lanchas o automóviles. Cada vez que he tenido que lanzarme a la peligrosa aventura de un viaje o paseo, en uno de tales vehículos, me he vuelto tan gallina que he hecho reir a todo el mundo, y creo que difícilmente encontraré quien haya adquirido en menos tiempo, fama tan sólida de viajero asustado como la que yo me tengo ganada en Ponce y en San Juan. Y lo peor es que,  mientras más viejo me voy poniendo, más asustado, más cobarde, más gallina me siento cuando entro en un coche, en una lancha, en un automóvil. He explicado mil veces la causa de mi miedo, y, en lugar de convencer a nadie, sólo he conseguido que de tanto reir les dolieran las tripas a los que han tenido la suerte de oirme. A menudo me he preguntado, casi con angustia, si sería yo el único cobarde en un mundo de héroes, lo cual me daría la clave de las risas y aspavientos provocados una y otra vez entre mis semejantes; pero pronto la reflexión me ha hecho volver en mí y me he dado cuenta de que si de algo padece el mundo, no es ciertamente de sobra de valor sino de todo lo contrario. Entonces, ¿por qué resulto yo tan pusilánime en cosas que los demás realizan diariamente sin revelar temor ni siquiera nerviosa inquietud?
     Pues no puede ser por otra cosa (lo digo aunque me parta un rayo) que por falta de imaginación para verse rodando por una pendiente como una caja lamentable de huesos y de vísceras, o cogido y agarrotado y quemado a fuego lento bajo la insensible mole de una máquina, o lanzado como un proyectil contra un talud y tendido luego en un camino con los huesos rotos y convertidos en una informe y sanguinolenta masa de carne humana, taladrada por agrios y atroces dolores, con la cruel perspectiva de un hospital, primero, y de unas muletas, después, para arrastrarse por el mundo, si se tuvo la desgracia de salvar la vida. Si tuvieran imaginación verían todo esto, y si lo vieran se tendrían que espantar como me espanto yo, cada vez que tengo que volverme bulto y poner la integridad de mi cuerpo en manos de un cochero o de un chofer. No es, no, la perspectiva de la muerte, una muerte inesperada y rápida como el relámpago, lo que a mi me arredra cuando emprendo un viaje; es algo más o algo menos, según se considere; es la amenaza de perder un brazo o una pierna y de sufrir la tortura inquisitorial de una o varias operaciones quirúrgicas, para quedar luego lisiado para siempre: he ahí lo que me hace provocar la hilaridad de los pasajeros cuando pregunto, al entrar en un auto, si hay cadena, si los frenos funcionan bien, etcétera, etcétera.
     Y lo chocante es que si al pasajero risueño a quien le hace cosquillas mi inquietud de rata le pusieran conmigo frente a un revólver, la risita idiota se helaría en sus labios y quizá sí entonces los papeles se trocaban y él se volvía gallina y yo león... He puesto un quizá y lo quito; lo quito para asegurar rotundamente ahora que el pasajero de las cosquillas a quien la falta de imaginación le hace parecer un héroe de las Termópilas cuando le pide al chofer que vuele para llegar media hora antes, o pasarle al carro que encontró en su camino, no tiene, sería muy extraordinario que lo tuviese, el instinto de conservación tan amortiguado como lo tengo yo, por la reflexión y la filosofía, para afrontar serenamente la pérdida total de la vida. De cada mil hombres que he conocido, novecientos noventa y nueve son cobardes de solemnidad ante el menor peligro de muerte; novecientos noventa y nueve son, pues, inferiores a mí, en sereno y reflexivo valor, puesto que para este sereno y reflexivo valor es necesario algo que ellos no tienen, esto es, la facultad de saberse abismar cuando se quiera en la honda sima tenebrosa del problema enorme del ser y del no ser.
     Pero es que lejos de avergonzarme de tomar precauciones y pedir cadenas para las gomas patinadoras de un carro automóvil, me complazco más y más en exhibir mi miedo como quien exhibe un diploma. Un diploma de imaginación, un diploma de hombre reflexivo que desprecia la vida, pero que no desprecia el peligro de sentirla torturada, magullada y mutilada para siempre, porque a un chaufer bárbaro y a un pasajero necio, se les ocurrió la idiota hazaña gedeónica, de no dejarse que otro vehículo les echara polvo, o de ganar media hora o una hora para anticipar su llegada a casa, a una casa en que quizás son su perro y sus chinelas los únicos entes que no ven con cierto mal humor el rápido regreso del viajero impaciente y audaz que parece un héroe... y es simplemente un bruto.





VOCABULARIO    CONTEXTUAL




  1.Gallina= Persona cobarde, pusilánime.

  2.Sólida= Establecida con razones fundamentales.

  3.Ponce= Ciudad situada en la zona sur de Puerto Rico. Es la segunda en extensión territorial y segunda de mayor población de la isla.  Coordenadas: 18°00′N 66°37′W.

  4.San JuanCiudad capital de la isla de Puerto Rico. Coordenadas:18°27′00″N 66°04′00″W

  5.Aspavientos= Demostraciones excesivas de espanto, admiración, etc.

  6.Pusilánime= Falto de ánimo, cobarde, apocado.

  7.Agarrotado= Paralizado, inmovilizado.

  8.Mole= Masa, bulto, cuerpo.

  9.Informe= Que no tiene la forma que le corresponde.

10.Agrios= Dícese de lo que produce amargura, sinsabor.

11.Arredra= Que intimida, atemoriza, amedrenta.

12.Inquisitorial= Relativo a los procedimientos del tribunal eclesiástico que en la Edad Media castigaba cruelmente los delitos contra la fe.

13.Hilaridad= Risotada, carcajada.

14.León= Hombre audaz y valiente.

15.Termópilas= Lugar de Grecia que se hizo célebre a raíz de la heroica resistencia que allí opuso el rey Leonidas en 480 A.C. al gran ejército de Jerjes.

16.Amortiguado= Que está como muerto.

17.Abismar= Entregarse o meterse uno por completo en algo.

18.Honda sima= Dícese de las cosas intensas, extremadas y muy profundas.



19.Hazaña gedeónica= Refiérese a los hechos heroicos y temerarios del juez y guerrero del antiguo Israel llamado Gedeón.


20.Bruto= Ignorante, torpe, necio.




viernes, 22 de octubre de 2021

NUESTRA FUERZA





                                         NUESTRA FUERZA

 (Fragmento del artículo de 1922 (¡Dios y Hormiga!)



     ¿Le parece a usted que por el hecho que el Presidente representa “al gobierno más poderoso del mundo” no nos toca sino sufrir y callar, no importa cuál sea el desaguisado que se le ocurra cometer contra nosotros? Está bien que seamos prudentes y que no busquemos camorra por motivos baladíes y que, como chiquitos y humildes que somos, agotemos nuestra capacidad de resistencia antes de proceder a mayores.
     Pero, no tratándose de ninguna clase de lucha armada, ¿qué nos importa que el adversario mida un pie o mida una milla de estatura?
     Toda su fuerza física es impotente contra nosotros, como es impotente un elefante contra una hormiga. Nuestra lucha no se desenvuelve en el plano físico de las bayonetas y los cañones, sino en un plano superior donde nuestra misma pequeñez bien explotada se convierte en un tremendo factor de pujanza.
     Me dirá usted quizá, con socarrona sonrisa escéptica, que el pez grande se come siempre al chiquito grite o no grite, y ahí están para probarlo Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, etc. Muy bien, pero fíjese en que nosotros hemos sido tragados ya, desde el punto de vista internacional. Estamos ya dentro del monstruo, formamos parte de su masa y organización, y ya se sabe que no hay coloso alguno en el mundo que no salte y ruja de dolor cuando una sola célula de su cuerpo se encalabrina y se pone a chillar.
     Y esa es la cuestión para nosotros: saber chillar, saber chillar a tiempo y bien.
     ¡Callarse y sobrellevar con paciencia las flaquezas del prójimo cuando el prójimo tenga un garrote en una mano y un machete en la otra! No y no. Con esa moral se convertiría esto en una letrina y sería abominable.





 VOCABULARIO CONTEXTUAL





1-El Presidente= Se refiere al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

2.Desaguisado= Agravio, denuesto, acción descomedida.

3.Camorra= Riña o pendencia.
  
4.Baladíes= De poca importancia y aprecio.

5.Impotente= Que carece de poder y fuerza para ejecutar una cosa.

6.Pujanza= Fuerza grande para ejecutar una acción.

7.Socarrona= Astuta, disimulada y con burla encubierta.

8.Escéptica= Que no cree o finge no creer en determinadas cosas.

9.Nicaragua= Invadida por los Estados Unidos en 1911.

10.Cuba = Intervenida militarmente por los Estados Unidos en 1899.

11.Santo Domingo= República Dominicana= Invadida por los Estados Unidos en 1905.

12.Coloso= Persona o cosa que, por sus cualidades, sobresale en gran manera entre los demás.

13.Ruja= Que se manifieste con gritos y protestas.

14.Encalabrina= Que se excita e irrita y causa turbación.

15.Letrina= Dícese de los lugares sucios y asquerosos.

16.Abominable= Digno de ser aborrecido.









martes, 19 de octubre de 2021

ESAS ADORABLES ROSAS VIVAS





                    ESAS ADORABLES ROSAS VIVAS

 (Fragmento del artículo de 1913 Un Poco de Mí Mismo)


     En mi loca adoración por las mujeres -por esas adorables rosas vivas donde late todo lo que es color y perfume y armonía- he sufrido punzantes y atroces dolores. Pero mientras más dolores he sufrido, más las he ido queriendo.
     Las he querido cuando me han engañado, cuando han pretendido engatusarme con enormes mentiras. Todo embuste que sale de una boca de mujer sale con alas, con alas de música, con alas de perfume, con alas de misterio y de poesía; ¡y es tan dulce abrirle de par en par las puertas del corazón a un embuste con alas!
     Sí; la hipocresía en el hombre, esa vileza atroz que cometemos de minuto en minuto ocultando avergonzados o asustados lo que somos, me indigna y me da náuseas. Pero la hipocresía femenil, ese sutil, refinadísimo arte de mentir que las mujeres han inventado para darnos gato por liebre a los hombres y salirse con la suya en justo desquite a la absurda e idiota tiranía que ejercemos sobre ellas, lejos de parecerme mal, me entusiasma y me deleita. ¿Qué sería del mundo, qué sería de nosotros los pazguatos hombres si las mujeres no hubieran opuesto a las brutales violencias de nuestra barbarie las certeras y alevosas puñaladas de su astucia? Dado nuestro secular empeño de bestializarlas, convirtiéndolas en mecánicos instrumentos de placer, o insulsas figurinas de salón o aves de corral, ¿qué habría sido de la gracia y espiritualidad femeninas si las mujeres no aciertan a tejer en su defensa la complicada red de sus mentiras? ¡Oh patrañas, embelecos, ardides y emboscadas femeninas; yo os rindo vasallaje y os adoro, porque sin vosotros la mujer, de obediencia en obediencia, habría descendido a la ruin categoría de máquina o de mueble y no sería hoy esa divina flor alada y musical que embellece e idealiza el sueño de la vida!
     Sigo declarando que las he querido hasta cuando me han dicho la verdad. Si un chispazo de verdad nos deslumbra en la frase de un Lucrecio, de un Napoleón, de un Nietzsche o de un Ibsen, en la boca de fresa de una linda mujer, esa misma verdad, que salió quizás seca y cortante y amarga de la boca de un sabio, se satura de mieles de beso o esencias de sonrisa, y no sólo la oímos, sino que la olemos y la paladeamos hasta llegarnos a creer que nos la hemos comido.
     Las he querido alegres... ¿Quién no se emborracha con esa alegría contagiosa que arrebola las mejillas y enciende los ojos de una mujer?
     Pero también, ¡ay!, las he querido tristes. ¿Quién no se rinde al hechizo de una pena hecha verso en la pluma de un poeta o en un suspiro de mujer?
     Las he querido altivas y soberbias como reinas, como diosas; pero también las he adorado fervorosamente si eran afectuosas y mansas como corderas.
     Las he querido serias, las he querido frívolas; he querido las frías y también las ardientes; las altas y las chicas, las gruesas, las esbeltas, las rubias, las morenas, las blancas y las negras, las buenas y las malas, las sabias y las brutas. A todas, a todas las he querido con una pasión incurable, exclusiva, avasalladora, casi cruel, casi loca, hija o hermana del místico fervor que el ansia de belleza puso en el pecho de don Juan y también en el alma rara y ávida de Santa Teresa.
     ¡Oh miel de besos y esencia de sonrisas de una boca adorada en la cual yo quisiera saborear quedamente, suavemente, santamente, la postrera emoción!





VOCABULARIO   CONTEXTUAL





  1.Late= Que lleva o encierra dentro de sí una cosa.

  2.Engatusarme= Que le ha ganado la voluntad con tretas para lograr alguna cosa.
  
  3.Gato por liebre= Inducir a uno a creer lo que no es.

  4.Pazguatos= Papanatas, tontos.
  
  5.Insulsas figurinas= Personas insignificantes.

  6.Patrañas= Mentiras o noticias de pura invención todas.
  
  7.Embelecos= Embustes, engaños.
  
  8.Ardides= Hechos astutos, sagaces, mañosos.

  9.Emboscadas= Maquinaciones u ocultación que una persona hace de sus verdaderas intenciones para coger a otra desprevenida.

10.Rindo vasallaje= Que se entrega rendidamente.

11.Chispazo= Muestra de inteligencia, ingenio o agudeza. Señal o muestra de algo de mayor importancia.

12.Emborracha= Dícese de lo que perturba o enajena por algo placentero.





miércoles, 13 de octubre de 2021

ÑA SAYO

 




                                                        ÑA SAYO

(Artículo de 1915) 

     Como ha estado lloviendo tanto en estos días, y no hay nada tan dulcemente evocador como la lluvia, yo he soltado mi espíritu y le he dejado en paz. Y sintiéndose suelto y en paz, mi pobre espíritu, como un viejo caballo harto de caminar, se ha ido a tender tranquilamente entre las húmedas y humildes florecitas silvestres de mis primeros recuerdos de niño.
     Y una de las visiones que ha venido, de las primeras, a ponerse delante de mis ojos, es la de un personaje de mi mundo de niño que se llamaba Ña Sayo. El otro día yo hablé de Mageño. Hoy quiero hablar también alguna cosa de la buena vieja, amiga de mamá, que lavaba la ropa en casa.
     No voy a contar nada extraordinario de Ña Sayo. Sólo voy a decir cosas pequeñas y vulgares. De esas cosas pequeñitas y vulgares de cuyo encadenamiento se va formando poco a poco, esta pequeña y vulgar cosa extraordinaria que llamamos la vida.
     Empiezo por declarar que desde que abrí los hermosos ojos a la luz embustera de este mundo, me topé con la larga, enjuta, arrugada y canosa figura de Ña Sayo, que fue, según creo, la persona que tuvo a su cargo la gloriosa misión histórica de lavarme los primeros paños. Yo le profesé enseguida una gran inclinación, porque ella era, entre todas las mujeres de mi casa, la que chillaba más al hablar. Mamá y ella sostenían a menudo acaloradas y trascendentales disputas sobre sus chapucerías de lavandera, y a mí me parecía que se acababa el mundo cuando hacía explosión y se quedaba con toda la casa la voz indignada de Ña Sayo. Estas fueron las primeras disputas humanas de que fui testigo, y debo confesar que, entre aquellas de Ña Sayo y mamá, que versaban sobre la ropa sucia, y las que hombres eminentes han sostenido luego ante mí -en el foro, en la prensa y en la cámara- sobre grandes asuntos políticos, económicos y sociales, me parecían y siguen pareciéndome más interesantes, sustanciosas y pintorescas las controversias de Ña Sayo y mamá.
     No se tome esto como alarde sarcástico de un escéptico. Es que en las disputas acaloradas de Ña Sayo y mamá, no se echaba mano -como entre los hombres eminentes- de engorrosas e imbéciles retóricas, ni había gestos y actitudes entonadas y estudiadas, ni se decían esas pedantescas, manoseadas y redondas frases de relumbrón de que tanto abusan las eminencias políticas de dentro y fuera del país.
     “Esta camisa, o este pantalón, o este calzoncillo, etc., no ha visto el jabón, y esto es un abuso de su parte, Ña Sayo, y usted demasiado sabe que cualquiera otra lavandera lo haría mejor, y yo voy a tomar una resolución...”, solía decir mamá. Oyendo lo cual, a Ña Sayo se le subía la sangre a la cabeza y daba un desaforado chillido y rompía a hablar. ¡Y quién me iba a decir entonces que esos discursos de Ña Sayo eran piezas oratorias de lo más selecto que estaba yo destinado a oír! Y era que en lo que decía ella había espontaneidad, y había sencillez, y había el colorido y el perfume naturales de un temperamento; y era que ni en su dicción ni en su más ínfimo ademán se descubría esa cursi afectación almidonada que echa a perder los más de los grandes discursos que luego he oído; y era, en fin, que en aquellos discursos, con todo y ser los de una pobresita lavandera, brillaban las cualidades excelsas de la buena oratoria, que no son otras que las que llevo enumeradas. ¡Oh, medias, calzoncillos, enaguas y pantalones, que sirvieron de fondo a las oraciones de Ña Sayo, obras de un arte oratorio, sabio y exquisito que todavía nadie ha sabido cultivar en Puerto Rico, tierra más que ninguna otra castigada por una campanuda, artificiosa, cursi, ramplona e insoportable garrulería!
     Pero está lloviendo, y mientras llueve, déjenme recordar que Ña Sayo lavaba en el Río Grande de Jayuya, junto a una gran piedra sobre la cual tendía un bambú principesco el finísimo encaje de su sombra. Y déjenme contarles que yo iba allí casi todos los días con Ña Sayo. Y mientras ella enjabonaba y lavoteaba, dándole fuertes golpes a la ropa sobre la piedra, yo, tendido cerca de ella, admiraba en silencio sus piernas (primeros misterios de un cuerpo de mujer que me pasaban por delante), y le daba conversación, y la buena vieja me contaba unos cuentos que me seducían, y entre el plácido rumor de las aguas y la voz de Ña Sayo, yo me quedaba bobo bajo la caricia inefable de aquel zumbido monótono y lento... y allá en lo hondo del alma sentía esbozarse, tímido, el capullo de mi primer amor.
     Vieja, pobre y humilde Ña Sayo: hoy, desde su pupitre, un hombresito gordo y calvo que te acompañó en el río hace ya mucho tiempo y que fue tu amiguito, te dice adiós; y al decirte ese adiós se ha conmovido tanto, y se ha sentido tan triste y tan viejo y tan miedoso de la vida, que se ha puesto a llorar...





VOCABULARIO    CONTEXTUAL





  1.Ña= Forma reducida de doña.


  2.Enjuta= Delgada, muy flaca, de pocas carnes.

  3.Chapucerías= Obras hechas sin cuidado ni perfección.

  4.Explosión= Manifestación violenta de ciertos afectos del ánimo.

  5.Pintorescas= Dícese de las cosas curiosas, atractivas, expresivas.

  6.Alarde sarcástico= Que indica, denota o implica burla o ironía.

  7.Escéptico= Que no cree o finge no creer en determinadas cosas.

  8.Engorrosas= Pesadas, cargantes, fastidiosas.

  9.Retóricas= Argumentos y lenguaje pomposo y rebuscado y/o razones que no son del caso.

10.Entonadas= Apropiadas, convenientes, oportunas.

11.Pedantescas= Que presumen de su sabiduría.

12.Manoseadas= Que han sido usadas repetidamente.

13.Redondas= Evidentes, manifiestas, palpables.

14.Relumbrón= De apariencia deslumbrante, pero de escaso valor.

15.Desaforado= Iracundo, colérico, rabioso.

16.Colorido= Carácter peculiar de algo.

17.Perfume= Esencia, naturaleza, cualidad.

18.Cursi= Que con apariencia de elegancia es ridículo y de mal gusto.

19.Afectación= Falta de naturalidad en la manera de hablar, de escribir, etc.

20.Almidonada= Dícese de las cosas compuestas con excesiva pulcritud.

21.Oraciones= Obras de elocuencia y razonamiento.

22.Campanuda= Altisonante, pomposa, ostentosa.

23.Artificiosa= Rebuscada, estudiada, fingida.

24.Ramplona= Inculta, vulgar, chabacana.

25.Garrulería= Verborrea, charlatanería, palabrería.

26.Inefable= Que no se puede explicar con palabras.

27.Esbozarse= Que surge, nace o se perfila.

28.Tímido= Apocado, cohibido, vacilante.

martes, 12 de octubre de 2021

MAGEÑO





                                                                       MAGEÑO

 (Fragmento del artículo de1915 Mageño)

     Yo iba en mi flocho camino arriba, por el que conduce de Ponce a Jayuya, y hacía un rato que platicaba con Mageño, el peón de mi casa que me acompañaba. Mageño era un negrito viejo que servía hacía tiempo en casa, y este Mageño hablaba poco y mal, porque apenas se le entendía, pero así y todo resultaba un agradable compañero.
     Yo no sé qué temperamento predominaba en Mageño: si el poético o el filosófico, pero lo que sí sé decir es que no era un ente vulgar y que jamás aburría ni empalagaba como tantos hombres ilustres que he conocido. Yo le quería mucho, porque, en dándole unos centavos para hacer parada en cada ventorrillo del camino y echarse al coleto un buen trago, me dejaba entretener en lo que yo quisiera, y no se preocupaba de si llegábamos o no llegábamos al término del viaje. Esta blanda condición de Mageño no la apreciaba yo bastante todavía, porque aún no había tenido ocasión de pesar, comparar  y juzgar a los hombres, pero ahora que me doy cuenta de que aquella su propensión a hacer más caso de mí, un simple muchacho que iba para el colegio, que de papá, su principal, quien le daba instrucciones precisas y severas concernientes al cuidado y vigilancia de mi persona, era cosa extraordinaria que le daba derecho a una honda admiración. Preferir someterse a los caprichos de un muchacho, antes que a los mandatos del señor padre del muchacho que le podía castigar y reventar, acusaba una personalidad tan firme, tan independiente y simpática, que estoy por decir que el primer grande hombre que me eché a la cara en este mundo fue aquel negrito viejo, medio poeta y medio filósofo, que servía en mi casa y solía acompañarme en mis viajes.
     Mageño sentía profundamente la poesía de los ventorrillos, esos modestos y solitarios ventorrillos que se alzan en las orillas de nuestros caminos, y a cuyo mostrador, lleno de moscas, y de migajas de bacalao, y de olor a cebolla y a ron, es tan grato arrimarse cuando se va de viaje. Al tercero o cuarto ventorrillo que visitábamos, ya Mageño salía de su ensimismamiento habitual, y sus ojos despedían fulgores de inteligencia y de inspiración, y su paso perdía la rigidez pesada de una marcha monótona y larga de peón, para hacerse gracioso y oscilante como un vuelo de guaraguao herido.
     Y al quinto y al séptimo ventorrillo, ya el tambaleo de Mageño era tan pintoresco como el de un barco en alta mar, y de sus ojos fosforescentes salía un chorro de luz de misterio. Y aunque yo no bebía con él, porque he sido siempre, por deficiencias de organización, inepto para los ritos excelsos de Baco; aunque yo no bebía con él, por mis nervios de artista incipiente corría una sensación tal de gozo, de bienestar y también respeto y devoción a la tambaleante figura del noble viejo ebrio, que, muchacho y todo como yo era, y por lo tanto bruto, me rebelaba a creer vituperable y fea la borrachera aquella, y sin saber por qué, me daba cuenta de que aquellos momentos de embriaguez de Mageño eran los más grandes y bellos momentos de su humilde y oscura existencia de bestia de carga.
     Parientes a granel tenía yo que no bebían, ni rompían un plato, y de los cuales todo el mundo me decía bien; y, sin embargo, andando por aquellas soledosas breñas  del camino de Jayuya a Ponce, yo me dije a mí mismo más de una vez, con espanto, que yo llevaba a Mageño borracho más adentro en mi sangre y mi corazón que a todos mis amantes y amados parientes. Mageño olía a ron, es verdad, y andaba sucio, haraposo y descalzo; pero también olía a verdad, a selva, a natualeza, a hombre. A hombre que todavía llevaba mal la albarda odiosa de la disciplina; a hombre en que todavía un sordo instinto salvador se revela a ser máquina.





VOCABULARIO    CONTEXTUAL




  1.Ponce= Es el segundo municipio más grande de Puerto Rico tanto  en extensión territorial así como de mayor población fuera de la zona metropolitana de San Juan.

  2.Jayuya= Pequeño pueblo situado en la Cordillera Central en los 18°13′00″N 66°34′00″O.

  3.Flocho= Jamelgo, penco, chongo. Caballo malo, flojo, desgarbado.

  4.Ventorrillo= Pequeño establecimiento comercial generalmente en las afueras de una población.

  5.Coleto=  Interior de una persona.

  6.Echarse al coleto=Comer o beberse algo.

  7.Blanda= Benigna, condescendiente. Benévolo, falto de severidad.

  8.Propensión= Inclinación, tendencia de una persona hacia lo que es de su gusto o naturaleza.

  9.Reventar= Causar gran daño a una persona.

10.Acusaba= Que manifestaba determinadas características.

11.Que me eché a la cara= Que se topó o se encontró con alguien.

12.Poesía= Cierto encanto indefinible que tienen las cosas y que halaga y suspende el ánimo.

13.Fulgores= Destellos, atisbos, indicios, asomos.

14.Guaraguao= Ave rapaz muy abundante en la zona de la Cordillera Central de Puerto Rico.

15.Fosforecentes= Brillantes, resplandecientes.

16.Baco= Es el dios griego del vino.

17.Vituperable= Que merece que se diga mal de ella por viciosa o indigna.

18.A granel= En abundancia.

19.Soledosas= Desiertas, faltas de compañía.

20.Breñas= Tierras quebradas entre peñas y pobladas de maleza.

21.Albarda= Pieza principal del aparejo de las bestias de carga.

22.Sordo= Que no hace caso a las persuaciones, consejos o avisos.

23.Máquina= Persona que ejecuta las acciones sin deliberación, de manera inconsciente.