miércoles, 17 de agosto de 2022

Buscando Pareja



Buscando Pareja


 Hace días, va ya para una semana, que mi péñola y yo permanecíamos ociosos.

Trabajos, ocupaciones, pejigueras profesionales de diversa índole, me traían al retortero, sin darme punto de reposo, hasta que hoy, ya algo más aliviado de faenas urgentes, vuelvo a soltar mi lengua paliquera para espanto de los lectores.
Pero después de tan largo silencio, son tantas las cosas que solicitan mi atención, que me encuentro perplejo ante todas ellas sin saber a cuál preferir ni por dónde empezar.
Esta perplejidad mía de ahora, me hace recordar que algo muy semejante le ocurre a uno cuando en un salón de baile, entre dos filas de muchachas, vuelve uno la cabeza a un lado y a otro, sin saber por cuiál ha de decidirse en el trance difícil de buscar pareja. ¡Qué papel, qué papel más importante representa siempre en nuestra vida el asunto, aparentemente baladí, de buscar pareja!

¡Qué delicioso, qué divino goce el de sentirse envuelto en la ondulante música de un vals cuando llevamos una buena pareja, cuando oprimimos con nervioso brazo el talle de una mujer, rubia o morena o blanca, que por cualquier concepto nos agrada, nos gusta, nos está simpática! ¡Y que feroz angustia, que mortal desasosiego nos invade cuando, por cualquiera exigencia de la etiqueta social, nos vemos obligados a cargar, muy a pesar nuestro, con una parejita antipática, con alguna necia de nacimiento, que nos asa los nervios y nos fríe la sangre!

Pues eso mismo es lo que nos sucede, lo que nos está sucediendo siempre en la vida. Siempre la eterna cuestión de buscar pareja. Como que estoy por creer que ese problema, el de buscar pareja, y el otro problema de buscar y asegurarse el pan nuestro de cada día, constituyen los dos problemas más grandes, más trascendentales en la vida de todo hombre.

¡Los años que llevo yo, madre mía, devanándome los sesos por encontrarle solución al pavoroso problema de la pareja! ¡Cuántas veces he creído haberla encontrado, a la pareja, a la media naranja ideal, y cuántas veces decepcionado, sin alientos ya para seguir buscando, buscando, he llegado, en un rapto de amargo pesimismo, a desechar por ilusoria toda esperanza de darle solución al inmenso problema!

Y lo triste es que por duro que parezca el problemita, hay que seguir, hay que seguir buscando un día y otro día, apechugando con una desilución hoy y con otra mañana, sin cansarse nunca, hasta dar algún día con la suspirada pareja, cuyo flexible talle nos convide al delicioso goce de cruzar la vida bien acompañados, bien ceñidos por el ritmo ondulante de un vals, de ese perenne vals que brota dulcemente del alma de las cosas cuando el alma nuestra y el alma de las cosas llegan a entenderse...

¿No dicen que el teatro es imagen de la vida? Pues ahí está el teatro para corroborar lo que vengo diciendo. No hay drama, ni comedia, ni ópera, ni zarzuela, ni siquiera paso de sainete, donde la acción, donde toda la trama no gire de cerca o de lejos alrededor de la eterna, de la única, de la inmensa cuestión de la pareja.

Es tonto, pues, y hasta ridículo, el desdén que algunos hombres sienten o aparentan hacia tal asunto, "lo mismo da una mujer que otra", suelen decir.

Sin embargo, cuántos desastres, cuántos conflictos, cuántos choques, cuántas terribles tragedias ocasionadas en la vida de esos mismos hombres desdeñosos, a consecuencia, precisamente, de la selección de la pareja.

No; yo no creo que da lo mismo una mujer que otra. De una mujer a otra mujer tiene que haber forzosamente tanta diferencia como de un hombre a otro hombre. Y así como el asociarnos, en sociedad, o en el campo de los negocios, con un hombre u otro hombre es cuestión muy importante que no resolvemos sin grandes inquietudes mentales, así el asociarnos con ésta o aquella mujer, no para un día, ni para una fiesta, sino para el tremendo negocio de cruzar la vida bien acompañados, es cosa que bien vale la pena de pensarse, de medirse, de pasarla y volverla a pasar cien veces, mil veces, por el torno del cerebro.

Es lo que decía mi tío Bruno, solterón empedernido, cuando le instaban a casarse: "Yo no niego que sea un bien el matrimonio, pero tampoco se me debe negar a mí que es un asunto muy serio, muy arduo, muy delicado, y que a mis años serían imperdonable equivocarse. Déjenme, pues, pensarlo unos añitos más".

Y tanto y tanto lo quiso pensar, que pasaron añitos y vinieron añitos, y se murió el viejo..., y todavía debe estar pensándolo, allá en el otro barrio, mi cachazudo tío...



VOCABULARIO    CONTEXTUAL



1.Péñola= Pluma de ave para escribir.

2.Pejigueras= Cosa que, sin aportar gran provecho, acarrea problemas y dificultades.

3.Retortero= No dejarlo parar dándole continuas ocupaciones.

4.Paliquera= Que charla, platica, conversa.

5.Baladí= De poca importancia.

6.Devanándome los sesos= Haciendo un gran esfuerzo mental para comprender algo.

7.Rapto= Impulso, emoción o sentimiento tan intenso que priva de sentido.

8.Apechugando= Cargar con una obligación o circunstancia ingrata o no deseada.

9.Cachazudo= Parsimonioso, tardo, flemático.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario