lunes, 22 de agosto de 2022

Las Hazañas de un Alcaide

 



Las Hazañas de un Alcaide



En una revista norteamericana encuentro la siguiente noticia:

"Baker, jefe del presidio de Carson, Nevada, tiene, según nuestros informes, ideas raras en cuanto al modo de tratar a los confinados. Mr. Baker da a sus pupilos toda la libertad posible dentro de cuatro murallas, pero les exige estricta obediencia a ciertas reglas. Sin embargo él va mucho más lejos que esto, y se ha hecho objeto de muy acerbas críticas. Una ley del Estado, aprobada después de una enconada campaña política, prohíbe el juego bajo todas sus formas. Pero el alcaide Baker, se dice, aunque esto parezca increíble, permite que los confinados a quienes gobierna jueguen hasta la camisa. Según el rumor público, la ruleta no descansa dentro del presidio, donde también se juegan, sin ningún tapujo, poker, faro y otros juegos. Los confinados juegan con dinero del presidio, esto es, con una moneda especial que sólo circula allí. De esta clase de moneda se reparte una pequeña cantidad diariamente. Agregan las noticias recogidas, que en estos juegos nunca se ha descubierto ninguna trampa. La cuestión, sin embargo, ha sido llevada ya a conocimiento de las autoridades del Estado, y se espera que ellas intervengan pronto y severamente en las prácticas empleadas por el bondadoso alcaide para distracción de los presidarios".

He copiado lo anterior porque entre todos los sucesos ocurridos en los Estados Unidos de mucho tiempo a esta parte, ninguno me ha chocado tanto como el caso este de un alcaide que consiente tales deportes a sus gobernados. Lo primerito que me llama la atención es que este singularísimo caso de bondad alcaidesa haya ocurrido en un país tan puritano y de tan rígidos principios como los Estados Unidos.

Y es raro que un alcaide se ablande con los infelices que viven bajo su férula; pero lo que realmente resulta un colmo es que ese alcaide que se ablanda, hasta el punto de infringir la ley por proporcionarles una distracción amena a los reos, sea americano, un americano de carne y hueso, que vive en Carson, Nevada, y que en Carson, Nevada, se halla al frente de la prisión principal del Estado.

¡Qué de exclamaciones habrán resonado de un extremo a otro de la gran república, expresivas de la indignación y el asombro puritanos ante la inaudita acción del pobre Baker! ¡Convertir el presidio en casa de juego! ¡Consentir que el alma torcida y maleante de malvados reos que extinguen condena por atroces delitos, se deprave más y más con la infame práctica del faro y del póker y la ruleta! ¡Oh, manes de Washington, de Jefferson y demás gloriosos varones dechados de virtudes, padres de la república! ¿Do está el severo respeto a la ley y a la moral de que siempre dio muestras el pueblo americano? ¿Do han ido los rectos principios que nos enseñaron con sangre de sus venas nuestros antepasados? ¿Do... re, mi, fa, sol, la, si...?

Baker será depuesto; Baker será procesado, Baker será lanzado al abismo del desprecio público, y sin embargo, bien miradas las cosas, ¿qué ha hecho Baker?

Yo creo que no ha hecho nada malo. Es más, yo creo que lo hecho por Baker, lejos de ser malo, es una noble y bella acción que merece una estatua.

Dejar a los infelices reos que olvidaran, siquiera fuese momentáneamente, lo cruel de su destino jugando a la ruleta y al póker... ¡Válgame Dios! ¡El ruido que se hace todavía en el mundo en torno de cositas que no valen la pena! Jugar póker, o ruleta, o monte... De cada cien de esos irreprochables caballeros de esos que sueltan exclamaciones de asombro y de ira contra los hombres bondadosos a lo Baker, que quieren más a sus semejantes que a los principios, hay, por lo menos, noventa que juegan póker, o ruleta, o monte o faro, o todas esas cosas juntas, y si no juegan, sólo se abstienen por economía, por temor a que la cosa les salga cara.

De cada cien caballeros de los que sueltan exclamaciones hipócritas en nombre de la Ley y la Moral, hay por lo menos noventa y nueve que son o han sido capaces de cualquier cochinada moral legal para realizar un negocio o para saciar cualquier bajo instinto. Pero viene un alcaide, un Baker, y se conduele del terrible aislamiento en que consumen su vida unos cuantos hombres infelices, y les concede, para distraerles, la merced de que jueguen... y el mundo todo se estremece de horror.

Y lo triste, lo más triste es que Baker está lejos, y que ni siquiera sé yo a estas horas si su hazaña es cierta. Si lo supiera, y si estuviera cerca, Baker sería depuesto, sería anatemizado siempre, pero al menos yo me daría el gustazo de ir hasta él y tenderle mano y decirle:

Choque, amigo Baker. Usted ha faltado a la Ley y a la Moral permitiendo que se juegue, pero ha distraído, ha consolado un dolor, una miseria, una desdicha humana. La Ley y la Moral tenían condenados a unos cuantos hombres desdichados al tormento de una cárcel... Usted,más humano que la Ley y la Moral aliviaba con el juego, que a veces es un bálsamo, el suplicio de aquellos hombres... Permítame, amigo Baker, sublime conculcador de la Ley y la Moral, que le erija un altar en mi alma... De su madera, de la madera de los Baker, es que salen los Jesucristos..."



VOCABULARIO     CONTEXTUAL



1.Alcaide= Director de una cárcel o centro penitenciario.

2.Acerbas= Severas, inclementes, rigurosas.

3.Férula= Autoridad o poder despótico.

4.Colmo= Por si fuera Poco.

5.Manes= Los antiguos daban el nombre de manes a las almas de los muertos que suponían errantes de un lugar a otro a manera de sombras y a las cuales tributaban en ciertas ocasiones una especie de culto religioso.

6.Dechados= Se emplea para hacer notar que alguien es un modelo a seguir por sus cualidades.

7.Conculcador= Persona que quebranta una ley, una obligación adquirida o un principio ético o moral.





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