jueves, 12 de enero de 2017

LA CONFERENCIA DE LONDRES






LA CONFERENCIA DE LONDRES
(Artículo de 1922)



     Otra y van mil. ¿Cuántas conferencias llevamos ya desde las famosas de Versalles a raíz del armisticio? Y todas para tratar de lo mismo, de poner fin al caos financiero que existe en Europa y buscar una fórmula internacional de reajuste de relaciones comerciales y políticas que acabe con la continua amenaza de unos países por otros y permita reducir los ruinosos armamentos militares que gravitan hoy sobre la mayor parte de las naciones del mundo.
     Y mientras más conferencias se celebran, más se enreda la madeja y se complican y dificultan los problemas. ¿A qué se debe tan raro espectáculo? No hay más que una respuesta: se debe a la incapacidad de los hombres que manejan hoy, en calidad de premiers, los destinos del mundo.
     A estos hombres se les viene advirtiendo desde Versalles que el camino de represalias y de intriguillas que seguían era de perdición para todos, y no hicieron caso.
     Mentalidades superiores como Keynes, como Brashford, como France y Shaw, no han cesado de escribir artículos y libros señalando el peligro, demostrando que no había más que un camino a seguir, el de abandonar toda tentativa de represalia y toda suerte de ínfulas de vencedor, y en vez de pretender aplastar a Alemania y a Rusia, contar con ellas como factores indispensables para la reconstrucción económica y política y tratarlas generosamente, aliviando en lugar de recargando sus ya enormes gravámenes y cooperando todas en una faena común de cicatrización y mejoramiento.
     El mundo está tan mal --decían estos hombres--, los cuatro años de guerra han producido una catástrofe de tan tremendas proporciones, que sólo un esfuerzo común, tan gigantesco y unánime como fue la conmoción de la guerra, puede volvernos a la normalidad.
     Y ellos, y otros en cada uno de los grandes países, predicaban, predicaban, sin que se les cayera de la boca jamás la palabra cooperación. Hay que olvidarlo todo, que cancelarlo todo, que borrar toda línea ideológica de demarcación nacionalista, y toda suspicacia y todo odio y toda tentativa de volver a las andadas en cuanto a las malas artes diplomáticas, que hacen de cada nación un centro de piratería y rivalidades incompatibles con el estado actual del mundo, y hombro con hombro emprender resueltamente la marcha sobre un nuevo y más alto plano de solidaridad universal.
     Pero los Maese Pedro que movían sus muñecos en el tablero internacional se encogían de hombros y seguían erre que erre su torpe juego de maniobras encaminadas al aplastamiento del enemigo y de componendas y chanchullos entre ellos. Y el resultado no se hizo esperar. Todo cuanto apunta Keynes en su magistral obra de crítica político-económica se ha venido relizando al pie de la letra, como si el genio mismo de la Historia le hubiera ido diciendo al oído lo que iba a pasar.
     Hoy ya no queda, de aquellos Grandes Tres que pusieron sus torpes manos en el Tratado de Versalles, la primera jornada en la ruta del desastre, sino uno, ese tornátil y escurridizo Lloyd George que ha sido el primero de los jefes de gobierno en darse cuenta --aunque de la manera oscura que cuadra a su complexión de hombre de medianos alcances intelectuales (aunque de extraordinaria astucia para los manejos políticos cotidianos)-- de que la rectificación radical de aquella política ratonil, agresiva y egoísta de Versalles, es de una urgente necesidad.
     Pero cuando ha querido volver atrás, se ha encontrado cohibido y amarrado por los mismos contubernios fraguados dentro de su política anterior y así le vemos ceder constantemente ante Poincaré --representante neto del reaccionarismo nacionalista y fiero de Clemenceau--; y como a cada nueva Conferencia abortada corresponde una realidad mundial más sombría, de ahí que se salte de Washington a Génova y de Génova a la Haya y de ésta a Londres, en un loco afán de arreglar las cosas sin tener que despojarse de los absurdos privilegios de predominio y de exterminio que la debilidad de Wilson dejó cristalizar en el infame documento que se llama Tratado o Pacto de Versalles.
     ¿Qué pasará en la Conferencia de Londres? Puede pasar que a última hora se logre de Poincaré que suavice el rigor de sus medidas contra Alemania, pero aun en el supuesto, casi inverosímil, de que esto se lograra ¿qué vale un paliativo en un caso de crisis tan honda y aguda como la presente? Se retrasará, quizás, la catástrofe, pero no se evitará.
     Con países armados hasta los dientes en el seno de pueblos en bancarrota, con los tremendos odios nacionalistas entre estos pueblos recrudecidos en vez de aminorados por sus hombres directores, con pulpos industriales y bancarios en constantes maquinaciones para llegar primero a esta presa, o a la de más allá, con una Alemania perseguida y acorralada sin tregua hasta la desesperación y una Rusia a la que no se le permite otra divisa que la de morir o vencer... imaginaos si es posible que pase mucho tiempo sin que volvamos a vivir bajo el fatídico imperio de las bayonetas, los cañones, las ametralladoras, los torpedos, las bombas, y las mil y quinientas abominaciones que la inmensa imbecilidad de los hombres ha creado para su propia destrucción.
     Nueve civilizaciones tan arrogantes, tan florecientes como ésta que vivimos, han perecido en la historia del mundo. La nuestra es una más que corre al abismo empujada por los siniestros Maese Pedros que se llaman Poincaré, Lloyd George, Hughes, Orlando, y demás hombresitos de media cuchara que la pobre e insensata bestia humana ha puesto al frente de sus asuntos capitales de vida y muerte. O viene la guerra y con ella el exterminio total del mundo civilizado, o la revolución se anticipa a la guerra y sobre los escombros de lo viejo se empieza de veras la edificación de una nueva estructura social de donde quede eliminado para siempre el monstruo de la competencia engendrador del monstruo del militarismo. ¡Maldito monstruo en cuyas sanguinarias entrañas se agazapa la muerte!



VOCABULARIO



  1.Gravitan= Que abruman, oprimen, agobian.

 2.Intriguillas= Enredos y embrollos que se hacen con astucia y ocultamente para lograr algún objetivo.

 3.Keynes= John Maynard Keynes (1883-1946)= Economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX. Planteó que el sistema capitalista no tiende a un equilibrio de pleno empleo de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que sólo de forma accidental coincidirá con el pleno empleo.

 4.France= Anatole François Thibault (1844-1924)= Conocido con el sobrenombre de Anatole France, fue un escritor francés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1921. Tomó partido en 1919 contra el Tratado de Versalles (Contra una Paz injusta, que publicó l'Humanité el 22 de julio de 1919).

 5.Shaw= George Bernard Shaw (1856-1950)= Escritor irlandés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1925. Fue un socialista notable y destacado miembro de la Sociedad Fabiana, que buscaba la transformación de la sociedad a través de métodos no revolucionarios.

  6.Sin que se les cayera de la boca= Se usa para indicar que se repite algo con mucha frecuencia.

  7.Volver a las andadas= Reincidir en una mala conducta.

  8.Maese Pedros= Se refiere al titiritero que aparece en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.

 9.Erre que erre= Porfiadamente, tercamente, obstinadamente.

10.Obra crítica político-económica= Las Consecuencias Económicas de la Paz.

11.Grandes Tres= Raymond Poincaré (1860-1934 Primer Ministro de Francia de 1922 a 1924, Vittorio Emanuele Orlando (1860-1952), Presidente del Consejo de Ministros de Italia de 1917 a 1919 y David Lloyd George (1863-1945), Primer Ministro del Reino Unido de 1916 a 1922.

12.Tornátil= Que cambia o varía de opinión con facilidad.

13.Escurridizo= Que esquiva los riesgos o dificultades.

14.Contubernios= Alianzas vituperables.

15.Wilson= Thomas Woodrow Wilson (1856-1924)= Vigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos.

16.Cristalizar= Tomar forma clara y precisa las ideas o deseos.

17.Divisa= Forma de conducta que una persona o un grupo de personas asumen como norma.

18.De media cuchara= Persona de mediano entendimiento en cualquier arte.






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