miércoles, 11 de diciembre de 2024

Riqueza y Pobreza II

 


Tercero de una serie de nueve artículos sobre el tema.


                              

                               Riqueza y Pobreza  II


En mis anteriores paliques quedamos en que, considerando el dinero como una síntesis donde cabe todo lo que posee algún valor en la tierra, yo me espantaba de que hubiera nadie que predicase que hay algún mérito en ser pobre.


No tengo más remedio, para ser consecuente conmigo mismo, que espantarme también ante este absurdo y abominable Sistema Social que nos rige.

Se funda nuestra actual sociedad en la explotación de todos por unos pocos, sin beneficio real para nadie. Millones y millones de hombres en todo el planeta trabajan y sudan y se privan de todo, hasta de lo más elemental, para engordar a una docena de privilegiados en cada país, que ni siquiera se dan cuenta del privilegio de que disfrutan. Y yo me distingo de la mayor parte de los que tratan con un sentido humano y liberal esta cuestión, en que, lejos de renegar y maldecir de los que gozan el privilegio de que todo les sobre mientras a los demás todo les falta, lejos, repito, de echar pestes contra estos privilegiados, les alabo y les aplaudo por ello, y hasta confieso sin rubor que si me viera en el duro trance de tener que apechugar con un cargamento de millones, no los soltaba después aunque llovieran sobre mí todos los sermones y diatribas de la tierra. Sí, yo creo que hacen muy bien los ricos en arramblar con todo lo que puedan al amparo de una sociedad que lo consiente y hasta lo premia.

No es malo -¡qué ha de ser!- tener muchos millones. Ya he dicho yo que lo único malo, lo único criminal, es ser pobre. El dilema es éste; o se es pobre, o se es rico; o se es explotado o explotador; o se es cordero o se es lobo. La elección no es dudosa, al menos para mí. Sépase bien, que entre los dos papeles, el de cordero indefenso y resignado y el de lobo, elijo sin vacilar este último: me delaro lobo, y lobos serán -si ha de depender de mí- ¡mis hijos y mis nietos! Pero el hecho de que yo no diga nada contra los ricos y contra los lobos, no significa, como pensará alguien, que yo esté conforme con el actual sistema social, que consagra todas sus actividades a la defensa del rico contra el pobre.

No es por sentimentalismo, por pura compasión del pobre, que debemos tratar de renovar lo existente y poner en su lugar otra cosa. Es por egoísmo, es por la conveniencia de todos, es por amor a la salud y a la estética del mundo que debemos suprimir a los pobres, ya que de éstos procede toda la suciedad, toda la peste, toda la maldad esparcida sobre el globo.

Nos pasamos la vida fabricando escuelas para extingir la ignorancia; dictando leyes y más leyes sanitarias para extinguir la enfermedades; estaleciendo y sosteniendo cárceles y tribunales, y pagando un costosísimo ejército de funcionarios -jueces, fiscales, policías, alcaides, verdugos- para extinguir los criminales.

Y sin emargo, cada día los males combatidos aparecen más numerosos, más fieros; y la brutalidad, y la enfermedad, y el crimen se reparten, invencibles, el imperio del mundo.

Y es que, con respecto de los males sociales enumerados, procedemos de la misma manera que ciertos médicos malos con respecto a las dolencias orgánicas.

Se le queja uno a ciertos médicos de que se le ha empezado a cubrir el cuerpo de tumores, y el médico sale recetando enseguida emplastos y lavatorios para cada tumor, como si la enfermedad radicase en la piel y no en la sangre.

Y la sociedad hace igual. Escuelas por aquí, sanidad por allá, cárceles y tribunales y esbirros y verdugos por todas partes para combatir la ignorancia, las enfermedades, los crímenes, sin tener en cuenta que todas eses cosas no son más que síntomas, tumores, manifestaciones de un virus infeccioso que radica, no en la superficie, sino en la esencia, en la sangre, en la médula misma del organismo social.



                         VOCABULARIO   CONTEXTUAL


 1.Apechugar= Cargar con alguna obligación o circunstancia ingrata o no deseada.

 2.Diatriba= Discurso o escrito violento e injurioso contra personas o cosas.

 3.Arramblar= Despojar, desvalijar, escamotear, arrebatar.

 4.Cordero= Persona dócil, manso, apocado.

 5.Lobo= Hombre despiadado, implacable, feroz.

 6.Esbirros= Los que se dedican profesionalmente a ejecutar las órdenes violentas de una autoridad.






viernes, 6 de diciembre de 2024

¡El dinero!

 



                      Segundo de una serie de nueve artículos 

                                          sobre el tema.


                                                              ¡El dinero!


No creo que sacamos nada con sentir, o simular que sentimos, el santo horror del dinero. Es más, yo creo que amar el dinero es lo mismo que amar la vida. Porque, ¿qué es la moneda sino un símbolo convencional que hemos adoptado para facilitar el intercambio y disfrute de todos los productos de la naturaleza y de la industria humana? ¿Qué es la moneda sino un símbolo con que en el comercio humano nos representamos todos los valores de la tierra?

Por el dinero asistimos a una fiesta, entramos en un teatro; por el dinero comemos, vestimos, nos aseamos y educamos y pulimos; por el dinero columbramos y tocamos los arcanos de la ciencia y los cielos del arte... ¿Qué es la moneda, pues, sino una inmensa fórmula suprema que encierra y compendia cuanto hay de grande, cuanto hay de sano, cuanto hay de noble, cuanto hay de bello; todo lo que puede significar nutrición y vigor para los cuerpos y solaz y emoción y alegría y éxtasis para las almas?

Pero conste que hay una enorme diferencia entre mi amor al dinero y el amor del avaro o usurero.

En mi amor por el dinero resplandece mi amor por la vida, por las cosas que ennoblecen y embellecen la existencia; en el amor del avaro, por el contrario, no existe ni el más leve destello de un solo anhelo natural y humano.

Para mí, el dinero es un signo, un medio, un camino. Para la pobre y estúpida alimaña avariciosa, el dinero es un fin, algo que tiene valor per se, algo con cuya mera posesión está contenta, aunque todo lo demás le falte.

Ambos, el avaro y yo, adoramos el becerro de oro, pero, mientras el avaro -y con el nombre de avaro designo yo a todo aquel que se roba realizaciones de anhelos a sí mismo para meter dinero en la caja-, mientras el avaro traduce su oración al becerro en un estéril rezo, yo traduzco la mía junto al becerro, saltándole encima y mandándole que me lleve a todas partes.

Y es precisamente por el aprecio que yo hago del valor inmensurable del dinero, que protesto y me rebelo con todas mis fuerzas contra el actual sistema social que permite neciamente que unos pocos, unos cuantos piratas rapaces, o unos cuantos hijos de piratas, o unos cuantos memos, protegidos por el ciego azar, nos roben todo el dinero, es decir toda la vida, es decir toda la crema de las cosas de este mundo.

No hay para que salirme diciendo que hay cosas -la inteligencia, el valor, la integridad, la bondad, el arte, la belleza y muchas más- que están por encima del dinero. En eso, yo, vil adorador del dinero, voy más lejos que nadie. No sólo creo que esas -las más altas cualidades del espíritu- están por encima del dinero, sino que creo que hasta una gota de agua, una hoja de yagrumo, un huevo de gallina, un hijo o una uva, cualquier cosa, en fin, vale mucho más que una onza de oro. La onza en sí nada vale; es un signo, un símbolo, y los símbolos ya se sabe que -aparte del valor que hemos querido que representen- real y positivamente valen menos que un comino.

Pero es precisamente por el respeto y el amor que yo les tengo a esas cosas en que la naturaleza reparte sus dones y de los cuales el dinero es símbolo, que yo insisto en predicar mi credo de amor a la riqueza, y aborrecimiento mortal a la pobreza. ¡Pero es que hasta me parece una monstruosidad abominable que a nadie se le diga que es bueno ser pobre; esto es, no comer, no vestir, no estudiar, no pasear, no meditar, no vagar, no sentir, no amar; no poder imprimir a nuestro paso la orientación apetecida; no poder cultivar por dentro y por fuera, como se cultiva una flor, nuestra propia personalidad; no poder ser dueños de nosotros mismos ni una hora ni un minuto; no poder arder como las mariposas en el perenne y colosal incendio de la vida... ¡ser siempre, siempre, por los siglos de los siglos, una pobre bestia resignada que trabaja y sufre!



                         VOCABULARIO    CONTEXTUAL



 1.Columbramos= Divisar desde lejos una cosa, sin distinguirla bien. Entrever, vislumbrar.

 2.Arcanos= Misterios, enigmas, secretos recónditos.

3.El becerro de oro= Según la Biblia, era un ídolo para adorar que  crearon los israelitas cuando Moisés subió al monte Sinaí.

 4.Memos= Estúpidos, tontos, simples.

 5.Ciego azar= Suerte, fortuna, casualidad.

 6.Valen menos que un comino= Se usa para significar algo de escasa importancia.