lunes, 1 de junio de 2020

EL NEGRO

 
 
 
 
 
EL NEGRO
(Artículo de 1916)

     
     Sólo por ignorancia, por una limitación espiritual lamentable, es que muchos continúan viendo en el negro algo así como un espantajo para meterle miedo al nene, o como una bestia sudorosa y paciente venida al mundo para ahorrarle al blanco la molestia humillante de cortar la caña, de lavar la ropa y el piso, de hacer la comida, y otros menesteres todavía más bajos y penosos.
     Y, sin embargo, basta asomarse con un poco de cultura y simpatía al espectáculo del mundo, para uno echar de ver que casi siempre es más interesante, un ejemplar humano más noble y valioso, el humilde negro que suda el quilo en la vega de caña, que el señor gordiflón por quien trabaja. Generalmente, este señor gordiflón tiene una leontina, y en esta gruesa leontina, si es de oro, es que radica todo lo que, de valor positivo, podemos encontrar en la persona del hombresito gordiflón monarca de las cañas. Generalmente ¡ay! en la persona del hombresito gordiflón para quien suda el negro sólo encontramos, si lo miramos bien, los tres o cuatro o los diez o doce elementos integrantes de una grosera máquina de deglución y de acumulación de intereses simples y compuestos. Ni un solo soplo de bondad, ni un destello de comprensión, ni el aleteo más leve de una pura, de una noble emoción. Este hombresito gordiflón sólo recuerda haberse estremecido sincera y desinteresadamente un día que asistió de mala gana a la representación de un drama de Echegaray o de Jorge Ohnet, y en que el primer actor declamó no sé qué frases por no sé qué aparatosa tontería que le habían hecho. Pero aquel nudito en la garganta fue en el teatro, ante un actor famoso que le impuso un respeto casi religioso, entre el silencio y la expectación de todo el mundo, y escuchando un torrente de expresiones nuevas, resonantes y temblequeantes, que le taladraron la grasa y le encontraron los escondidos y adormidos nervios, y se los sacudieron. Pero fuérale a él, en la vida real, sin tramoya ni aparato escénico y sin largas y estrepitosas tiradas grandilocuentes; fuérale a él con cuentos y clamores el mismísimo gallo que cantó en Belén, y ya verían, ya verían la patada o el eructo que él le soltaba al gallo de Belén y al lucero del alba, si no era cosa que le dejase algún provecho o utilidad práctica bien redonda y sonante.
     Pues bien; por estos raros caprichos del destino, este hombresito gordiflón era antes de la abolición de la esclavitud (y dicen que todavía lo sigue siendo), el amo del negrito sudoroso y paciente, y no hay que ser un lince en materia de atisbos psicológicos para quedar convencido de una sola ojeada de que, por poco que valiera el negrito, valía más, mucho más que su amo. El amo era una máquina, el negrito era un hombre. Un hombre sin pulir, pero robusto, pero sano, pero bueno. Bueno porque vino de Åfrica; porque evocaba la imponente, la religiosa grandeza de la selva; porque era el fruto virgen de una tierra inmensa y opulenta; porque en el terso ébano de su cuerpo ágil estaba vivo el músculo, y cálida la sangre, y brava la mirada, y alegre y franco el corazón. Era negro y el otro era blanco, ¿pero y qué? ¿De cuando acá ha sido privilegio de tal o cual color expresar la belleza? ¿No hay más fulgor de misterio y belleza en el diamante o en la perla negra que en el diamente o en la perla blanca? ¿Y qué me decís, so rutinarios, de la noche? ¿Hay esplendor del día que pueda compararse con la magia exquisita de un solo minuto de la noche? ¡Oh la naturaleza, la naturaleza, augusta madre multiforme que no le dió su soplo de belleza ni al blanco, ni al amarillo, ni al verde, ni al rojo, ni al negro; sino que en cada uno se esconde y en cada uno se deja vislumbrar y adorar! El único pecado es separarse de ella, y ella es y será eternamente la norma única, el único criterio de valoración. De ella al hombresito gordiflón dueño del negro y de la leontina, una distancia enorme, puesto que este hombresito a quien sólo le queda vivo un recóndito instinto alevoso y rapaz de roedor, no sólo no la busca, sino que reniega de ella y ya no la recuerda ni casi la conoce. En cambio, de ella, de la naturaleza, al humilde negro que el sol tuesta y devora en la vega, no hay distancia apreciable: son una misma cosa pura y bella en que resuena el latido profundo de la vida. Y siendo así, ¿qué absurda subversión, qué horrible escamoteo del orden natural, qué monstruosa corrupción es ésta que al negro sano, fuerte, ágil, alegre y bello lo convierte en esclavo del monigote vil y abotagado y flatulento de cuerpo y de espíritu?
     ¡Oh mi buen hombresito gordiflón que, sin saberlo él resume y compendia en su manteca y leontina, nada menos que toda una época, y sin saberlo él, trajo la magna guerra que ahora ensangrienta los campos de Europa, y, siempre sin saberlo él, en la convulsa hoguera que él mismo incendió y en la que se achicharran y perecen tantas cosas nobles, se achicharra y perece él también!...
     ¡Oh mudo y manso negro que, humildemente y solitariamente, vas sudando tu vida gota a gota sobre el terrón pesado que deshace tu azada en la paz de los campos: en esta hora solemne en que la grasa del hombresito gordiflón que fue tu amo está chisporroteando en la hoguera de Europa, llegue hasta tí, con mi saludo, la onda de mi emoción!





VOCABULARIO CONTEXTUAL





  1.Espantajo= Lo que se pone en un paraje para espantar, asustar.

  2. Que suda el quilo= Que trabaja con gran fatiga y desvelo.

  3.Gordiflón= Uso popular en Puerto Rico del adjetivo gordinflón= Muy gordo y rechoncho y de carnes abundantes y flojas.

  4.Deglución= Acto de tragar, devorar, consumir.

  5.Adormidos= Adormecidos= Disminuida su sensibilidad.

  6.Tramoya ni aparato escénico= Se refiere a los cambios de decoración y a los efectos escénicos empleados en el teatro.

  7.Redonda y sonante= Ganancia evidente, palpable.

  8.Lince= Persona aguda y sagaz. Perspicaz.

  9.Atisbos psicológicos= Observaciones cuidadosas de la conducta humana.

10.Ébano= Årbol de madera maciza, lisa y negra en el centro. Por antonomasia, negruzco.

11.Fulgor= Esplendor, destello, resplandor.

12.Rutinarios= Dicho de las personas que hacen las cosas sin pensarlas.

13.Alevoso= Perverso, pérfido, traidor, 

14.Abotagado= Hinchado, inflado.

15.Flatulento= Que padece gases en el tubo digestivo.

16.Chisporroteando= Despidiendo chispas reiteradamente.
 
17.Hoguera de Europa= Primera Guerrra Mundial.
 
 
 
 
 
 

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