REMINISCENCIAS DOLOROSAS
(Fragmento del artículo de 1917 En Jayuya)
Dos días en Jayuya.
Me envuelve y me acaricia todavía la onda del aire fresco de mis montes
y el mugido tan manso y tan profundo de mi río. Dos días de paz y de
melancolía en que pude aliviar mi gran fatiga de luchador por fuerza,
bañándome de olvido y de inocencia en el recuerdo de niñez que fluye
para mí de cada casa, de cada fuga de vereda, de cada recoveco de los
bosques, de cada línea y cada ensoñadora bruma del paisaje.
¿Por qué no
permitió mi funesto destino que me quedase allí, sin haber salido jamás a
esta estéril faena de hormiga extraviada, o rata perseguida, que me ha
torturado en las calles de Ponce y de San Juan? Yo hubiera sido allí un
manso mayordomo de finca de café, o un buen ventorrillero, o simplemente
un cuidador de vacas y gallinas. Hubiera sido eso o cualquiera otra
cosa, pero hubiera vivido en paz conmigo mismo y nadie me hubiera robado
mi tiempo, mis horas, mis mañanas, mis tardes y mis noches, mis
impresiones vírgenes y libres de este enigma alucinante de las cosas.
¿Quién hubiera osado allí obstruir mi mente y prostituir mi conciencia
con las mil zarandajas fósiles y fofas de los libros horrendos,
chorreantes de venerable idiotez, en que la audacia de las alas locas de
mi hambre de verdad y de sol y de rayo de luna zozobró para siempre a
cambio del vil pan de cada día?
¡Oh esta feria
cochina de aldea en que ramplonamente y mercenariamente me he ido
envejeciendo! Vengo con rabia, con ganas de morder y de patear a
alguien, cuando me acuerdo de mi selva, de mi río y de mis montes, y me
encuentro ya casi en camino de ser respetable, y pienso con angustia en
el alegre y sano, madrugador y humano, pensativo y artista campesino
libre que yo hubiera sido de ventorrillero o cuidador de vacas o músico
de cuatro en la noble rusticidad jayuyana. Yo hubiera sido siempre,
mañana, tarde y noche, YO, gran señor de mí mismo, principio y fin de un
gusanito humano repleto de animalidad y de divinidad. ¡Cuántas horas de
tarde y de noche, saturadas del cósmico enigma, torpemente perdidas en
el lóbrego antro de una profesión! ¡Cuánto ensueño fecundo, cuánto
hervor de misterio recóndito y celeste en el río, en la vereda, en la
loma, en el risco, en el ave, en la copla, en la yerba, en la vaca, en
el perro, en la fabla sencilla del jíbaro, y en el latir profundo y
perenne del Todo en la Nada del llano y del monte, del hombre y del
insecto!
VOCABULARIO CONTEXTUAL
1.Jayuya= Pequeño pueblo, cuna de Nemesio R. Canales, situado en la Cordillera Central de Puerto Rico en los 18°13′00″N 66°34′00″O.
2.Mugido= Voz de algunos animales. Dicho del viento o del agua: producir ciertos sonidos.
3.Manso= Apacible, suave, sosegado.
4.Por fuerza= Contra la propia voluntad.
5.Fuga= Visión instantánea y fugaz.
6.Funesto= Aciago; que origina pesares. Triste y desgraciado.
7.Mayordomo= Criado principal encargado del gobierno económico de una casa o hacienda.
8.Ventorrillero= Dueño o
encargado de un ventorrillo (pequeño establecimiento
comercial generalmente en las afueras de una población).
9.Vírgenes= Puras, primeras, inmaculadas.
10.Zarandajas= Cosas menudas, sin valor, o de poca importancia.
11.Fósiles= Viejas y anticuadas (que no están ya en uso).
12.Fofas= Dícese de las cosas vanas o triviales.
13.Chorreantes= Que tienen abundante salida de cosas iguales y de poca importancia.
14.Zozobró= Que estuvo en gran riesgo y muy cerca de no lograr alguna cosa.
15.Vil= Bajo, indigno, despreciable.
16.Feria= Lugar donde se vende muy barato por necesidad urgente de dinero.
17.Cochina= Grosera, chabacana, vulgar.
17.De aldea= De lugar inculto, ordinario.
18.Ramplonamente= De modo vulgar, chabacano.
19.Mercenariamente= Trabajando exclusivamente por dinero.
20.Cuatro= Instrumento
por excelencia de la música campesina puertorriqueña de diez cuerdas
metálicas y algo más pequeño que la guitarra.
21.Lóbrego= Sórdido, mísero, desgraciado.
22.Antro= Refugio, escondrijo, guarida.
23.Fecundo= Provechoso, fructuoso, productivo.
24.Hervor= Ardor, entusiasmo, inquietud.
25.Fabla= Fábula= Relatos ficticios frecuentemente usados por los campesinos puertorriqueños con intenciones didácticas.
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