jueves, 28 de enero de 2016

LUGONERIAS






LUGONERIAS
(Artículo de 1921)




     Maynard Keynes, el famoso economista inglés cuyo libro acerca del Tratado de Versalles causó sensación en todo el mundo por lo sereno e irrefutable de sus conclusiones, acaba de ser ignominiosamente reducido al silencio por el esclarecido poeta argentino señor Lugones, quien, en un largo artículo de "La Nación", del 25 de marzo, asegura indignado que Alemania puede y debe pagar la enormidad de billones que le exigen los aliados. "Lo que sabemos positivamente es que puede pagar" --exclama el gran bardo. ¿Razones que justifiquen este aserto tan arrogante? Ninguna. A menos que no se tome por tales lo que dice de que, puesto que el gobierno alemán no ha probado su incapacidad para pagar, hay que deducir de ello que sí puede pagar. ¿Cómo sabe el señor Lugones que el gobierno alemán no ha comprobado su insolvencia? Por inspiración divina será, porque, por los cables, lo que hemos alcanzado los simples mortales a saber es todo lo contrario, esto es, que Alemania se ha desgañitado pidiendo que la dejen discutir y analizar el monto de las reparaciones en relación con sus recursos y que los aliados reunidos en Londres no le permitieron ni abrir la boca.
     Pero no son ya los alemanes los que juzgan exorbitante la cifra de pago. Son ingleses, escritores ingleses de la talla y competencia de Brailsford, los que se han sublevado ante la insensatez de las reparaciones, afirmando con lujo de documentos y cifras que sólo a estadistas mediocres como los que están desgobernando el mundo ahora se les puede ocurrir el contrasentido de sacar riquezas fabulosas de un pueblo cuya terrible penuria no le permite ni siquiera atender el mantenimiento de su población. 
     Pero no hay que ser un lince en materias económicas para ver esto. ¿No es un hecho notorio que Francia e Inglaterra no han podido pagar a los Estados Unidos ni siquiera los intereses vencidos sobre sus deudas respectivas? ¿No es también un hecho que ni Inglaterra ni Francia pueden cubrir su presupuesto ordinario? Pues si Inglaterra y Francia, a pesar de ser las victoriosas y a pesar de haberse quedado con casi toda la riqueza imperial de Alemania (colonias, carbón, marina mercante, etc.), no tienen dinero y están casi en quiebra, ¿cómo diablos va a tener la vencida Alemania ese río de oro que se le exige?
     ¡Ah, señor Lugones! ¡Qué triste verle a usted --poeta, y no aliado-- atascado aún en esa germanofobia crónica que ya no sienten ni siquiera los ingleses, como no sea el puñado de jingoístas que se valen del histerismo guerrero para seguir un poco más en el poder! ¡Qué penoso contraste el que hace usted mostrándose inexorable con el pueblo vencido, en el momento mismo en que los más altos espíritus de Francia y de Inglaterra alzan las manos al cielo horrorizados ante lo que ellos, los Anatole France, los Barbusse, los Keynes, los Brailsford y los Bernard Shaw, califican de brutal y sanguinaria política de saqueo y de venganza, que está causando la ruina tanto de los vencidos como de los vencedores! ¡No elogie, por Dios, ese Tratado de Versalles, obra de jabalíes y gorilas, que ha merecido igual execración entre los ingleses, americanos y franceses sensibles a la angustia universal del momento, que entre los mismos alemanes!

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     Ibamos a dejar ya al señor Lugones, para pasar a otra cosa, pero no, no podemos pasar, que no todos los días se tropieza uno por ahí espectáculos tan interesantes como el que ofrece un hombre como éste, tan encumbrado por la fama, desbordándose y descoyuntándose en un mar de pueriles ingenuidades de leguleyo. Oid, oid, oid: "En cuanto a la responsabilidad de la guerra, he aquí traducido a la letra el artículo"...y cita...¿qué creerán ustedes? Pues lo consignado por los aliados mismos en un artículo del infame Tratado de Versalles. Puesto que ese Tratado lo suscribió Alemania --argulle la sibila--, he ahí confesada la culpa por la boca misma del culpable. ¡Qué bonito! ¿eh? Y temeroso de que le repliquen, como es natural, que el tratado fue impuesto a punta de bayoneta, adopta la actitud heroica y echa en cara a los vencidos el no haber seguido peleando aún después de aniquilados hasta que no quedara ni un solo varón sujeto a la ignominia de firmar por coacción. ¡Qué bonito, otra vez! ¿eh, señor Lugones? ¡Qué bonito, pero qué tontito, el suponer que tal contienda como la guerra mundial era cosa capaz de ser tomada en épico, en caballeresco, en algo así como aquello de: "Al campo, don Nuño voy, donde probaros espero...
     No, no es la guerra cosa de opereta o melodrama. Es algo más serio. Tan serio, que nos espanta ver todavía hombres de la autoridad de un Lugones participando de la superstición popular e infantil que la supone salida de la maldad de Juan o de Pedro, como cualquier lance de cinematógrafo, cuando cuesta tan poco esfuerzo mental hoy día descubrirle su origen eterno, que no es otro (enseñemos a los que no saben, o a los que fingen no saber, que es peor) que la rivalidad comercial, que conduce a los formidables y ruinosos armamentos, los que a su vez producen la guerra tan fatalmente como el pantano las miasmas. No fue el káiser el que hizo posible la guerra: fue la guerra, el estado de guerra perenne, de vil y estúpida piratería internacional en que vivimos, el que hizo posible al káiser, y el que mantiene en pie de guerra todavía cien contiendas armadas aquí y allá.
     Pero... no tiene desperdicio este ilustre señor Lugones. Una vez desatado el raudal de su elocuencia, no se conformó con desahogarse contra Alemania, sino que saltó a Rusia y la emprendió contra los comunistas, que por lo visto han llegado a ser su pesadilla. Después de repetirnos su anodino chistecito de que el socialismo es un invento alemán (y como tal debe ser mirado como cosa de Satanás), se nos descuelga con afirmaciones tan peregrinas como éstas: "No hay diferencia entre el brutal despotismo del régimen zarista y el de los maximalistas; tampoco hay diferencia entre los socialistas amarillos de Alemania y los comunistas rusos; fue una gran inmoralidad de parte de éstos el haber firmado el Tratado de Brest-Litowsk". ¿Qué les parece a ustedes de estas salidas? ¿Verdad que no merecen una réplica en serio? Pobre, desventurado régimen capitalista, cuyos defensores, aún los más conspicuos, no cuentan con cosa mayor para hacer frente al formidable empuje de las mentes de primer orden que se llaman Lenín y Trotzky y France y Rolland y Shaw, que estas insulsas, que estas infelices majaderías de colegial.
     ¡Oh el Tratado de Brest-Litowsk! ¡Cómo les habría encantado a los vampiros del capitalismo que Lenín hubiese adoptado en aquella tremenda jornada que iba a decidir los destinos de la revolución, el airesito, gentilmente heroico, de un tenor de ópera y, en lugar de su genial resolución de pasar por todo para salvar la causa, se hubiera erguido, con el gesto romántico que le gusta al señor Lugones, para echarlo todo a perder a cambio del gustazo de un efecto teatral de fin de acto! No, Lenín es algo más que un romántico vulgar de los que todavía comulgan con el embeleco cursi del fatuo honor caballeresco. Y si todavía hay en el mundo una bandera roja, representativa de un sublime ideal de fraternidad universal, frente a las otras enseñas que tremolan los enamorados del régimen antropófago de la piratería privada e internacional, si todavía flota una esperanza sobre el infierno de miseria y dolor de este momento, es, precisamente, porque allá en la célebre jornada de Brest-Litowsk tuvimos un Lenín pensador y realista y no declamador, no gallardeador, no de los que creen resuelto todo con sólo echarse atrás, inflar el pecho, enderezar el cuerpo y gritar con acento estridente de gallo de pelea: "Al campo, don Nuño voy, donde probaros espero, que si vos sois caballero, caballero también soy".




VOCABULARIO




 1.Maynard Keynes= John Maynard Keynes (1883-1946)= Economista británico, considerado uno de los más influyentes del siglo XX.

  2.Cuyo libro= Se refiere a Consecuencias Económicas de la Paz, publicado en 1919.

  3.Tratado de Versalles= Tratado de paz firmado en 1919 al final de la Primera Guerra Mundial entre Alemania y los Países Aliados. En una de las disposiciones se estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y deberían pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos.

 4.Lugones= Leopoldo Lugones )1874-1938)= Poeta, ensayista, periodista y político argentino.

  5.La Nación= Diario de Argentina fundado en el 1870.

 6.Brailsford= Henry Noel Brailsford (1873-1958)= Destacado escritor y periodista inglés. Luego de finalizada la Primera Guerra Mundial recorrió los países vencidos en ésta y publicó dos libros, Across the Blockade(1919 y After the Peace(1920), en donde describe las deplorables condiciones de vida en esos países.

  7.Lince= Persona sagaz, astuta o perspicaz.

 8.Jingoístas= Que profesan la patriotería exaltada y propugnan la agresión contra otras naciones.

  9.Execración= Condena, reprobación, crítica.

10.Sibila= Se usa para atribuir a alguien espíritu profético o de vidente.

11.Al campo, don Nuño voy, donde probaros espero= Verso de La Venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca, donde se satiriza el sentido del "honor" tradicional.

12.Miasmas= Emanaciones malolientes que se desprenden de materias corruptas o aguas estancadas.

13.No tiene desperdicio= Se usa irónicamente para expresar que lo aludido no puede ser peor.

14.Anodino= Pueril, vanal, trivial.

15.Se nos descuelga= Se usa cuando alguien dice algo inoportunamente o cuando ha perdido el contacto con un ambiente o ideas.

16.Tratado de Brest-Litowsk= Fue un tratado de paz firmado en 1918 entre el Imperio alemán, Bulgaria, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y la Rusia soviética.

17.Fatuo= Necio, poco inteligente.

18.Gallardeador= Se dice de la persona que de manera ostentosa hace gala de su valor.



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