lunes, 30 de mayo de 2022

Riqueza y Pobreza IV

 

Quinto de una serie de nueve artículos sobre el tema



Considerando, pues, al pobre como un peligro o calamidad pública o, para decirlo mejor, como la causa de todos los peligros y calamidades, ¿es sentado, es prudente que sigamos considerando su pobreza como cosa suya, exclusivamente suya, con la cual nada tenemos que ver, como no sea para mostrarnos compadecidos con arreglo al Catecismo, y para nutrir y entretener su pobreza con una degradante limosnita misericordiosa?


¿Quiénes son los que exhiben pústulas y horrores en los hospitales? ¿Quiénes son los tributarios únicos del código penal? ¿Quiénes los que roban, falsifican y pelean, y matan incesantemente, dándole ocupación constante a jueces, esbirros, fiscales, alcaides, verdugos? ¿Quiénes los que, hacinados en los suburbios de las ciudades, esparcen a los cuatro vientos la simiente horrenda de cada epidemia? ¿Quiénes los sucios, los tristes, los rencorosos, los que se quejan, y piden y acechan, y asaltan en cada sombría encrucijada? ¿Quiénes los que han hecho peligroso hasta el amor, porque por medio del amor transmiten el contagio terrible de abominables dolencias desde el lupanar hasta un hogar limpio y honrado, y hasta los palacios de los poderosos?

No hay más remedio que contestarme siempre, que son siempre los pobres.

¿Se quiere mejor prueba de que el problema de la pobreza es un problema de sanidad como el problema de la viruela y la fiebre tifoidea?

¿Dejamos a los variolosos y a los tifoideos que ellos mismos se curen, conformándonos con tirarles desde  lejos el hueso de una beatífica limosnita?

No. Al enfermo de viruela o de tifus le cogemos por el cogote y lo bañamos y lo curamos, por la cuenta que nos trae, y si no lo podemos curar, lo matamos sin andarnos con chiquitas. ¡Y es que el miedo hace milagros! ¡Es que el mejor conocido agente de actividad y de progreso social es el miedo!

Por el miedo, pues, y no por sentimientos y principios filantrópicos que todo el mundo finge respetar, pero que todo el mundo manda a paseo cuando llega el momento, por el miedo, repito, llegaremos a hacer con los pobres lo que hacemos con los apestados de todas clases: los agarraremos por el cogote, y los bañaremos y los curaremos a viva fuerza de la abominable llaga de su pobreza... y al que no podamos curar lo mataremos sin andarnos con melindres. Y lo más bonito de todo ello será que, al que tengamos que matar, porque se resiste a ser rico, lo mataremos serenamente, humanamente, sencillamente, sin el terrible ceremonial de la justicia de hoy, sin llenarnos la boca diciendo que ejemplarizamos o moralizamos o castigamos en nombre de la ley como decimos hoy cada vez que, por miedo o por venganza, cometemos una gran salvajada judicial.

Pero -se me dirá-, ¿cómo vamos a deshacernos de los pobres?, ¿cómo vamos a resolver el milagro de extirpar de raíz toda pobreza? Y yo diré que tan morrocotuda pregunta merece una morrocotuda contestación, y que esta morrocotuda contestación merece otro morrocotudo palique...



VOCABULARIO    CONTEXTUAL



1.Sentado= Sensato, reflexivo, prudente.

2.Pústulas= Hinchazón que se produce en la piel debido a la acumulación de pus.

3.Esbirros= Hombre que, a cambio de dinero, realiza las acciones violentas o amenazas que se le ordenan.

4.Lupanar= Prostíbulo, burdel.

5.Sanidad= Salubridad. Estado general de la salud pública en un lugar determinado.

6.Varioloso= Que padece viruela.

7.Cogote= Parte superior y posterior del cuello donde se une con la cabeza.

8.Andarse con chiquitas= Usar pretextos o subterfugios para esquivar una obligación.

9.Manda a paseo= Desentenderse o prescindir de algo.

10.Apestados= Que padecen la peste.

11.A viva fuerza= Violentamente, con todo el vigor posible.

12.Andarnos con melindres= Escrúpulo excesivos en acciones, gestos o palabras.

13.Morrocotuda= Extraordinariamente bueno o grande en intensidad, dificultad o importancia.





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