miércoles, 8 de junio de 2022

Riqueza y Pobreza VI.

 






Séptimo de una serie de nueve artículos sobre el tema.



Se me dirá también que sin pobres, esto es, sin máquinas de trabajo, no podremos vivir ni unos ni otros, ni ricos ni pobres.

Y yo diré a esto que me alegro que sea en nuestro propio bolsillo donde radique la garantía de la vida de los pobres. ¡Es tan firme la garantía del bolsillo!

Más, siendo así que los pobres han de seguir existiendo, ¿cómo realizar el milagro de desembarazarnos de la pobreza sin acabar con los pobres? ¿Cómo curar la pepita sin matar la gallina? ¿Cómo salvarnos de la hidrofobia sin matar el perro?

Yo creo que la cosa no es tan difícil como a primera vista parece. Lo único que la ha hecho hasta ahora inasequible es la ignorancia de los hombres, fuente maldita de donde brotan todos los prejuicios que nos afligen.  Además, nos ha mantenido alejados siempre del fondo de la cuestión, la manía que padecemos de oscurecer los problemas más claros, envolviéndolos en la niebla de un doctrinamismo filosófico que todo lo envenena y lo echa a perder.

De un lado y de otro, en el campo de la cachazuda burguesía adinerada, y en el campo adversario del propletariado hambriento, se ha perdido mucho tiempo en baldíos tiquismiquis de enrevesada dialéctica sobre si la propiedad es o no un derecho inalienable, sobre si tenemos o no tenemos derecho a los frutos de nuestro trabajo,  y cien mil zarandajas más de esa calaña.

La manía que tenemos de creer que no se puede dar un paso en la vida sin pedirle el santo y seña a un principio abstracto cualquiera, religioso o metafísico, la inaudita obstinación que hemos puesto siempre en creer que los hombres venimos a este mundo a servirle a los principios, cuando en realidad los principios los hemos inventado nosotros, ha tenido la culpa de que hayamos marchado tan despacio en esto de percatarnos de la facilidad con que podríamos, si quisiéramos, curarnos la sarna de la pobreza.

Resolvamos la cuestión con el sano criterio de la conveniencia de cada cual, con el sano criterio de una juiciosa ama de casa cuando manda a la plaza por la compra, y veremos qué fácil, qué sencillo se nos vuelve. ¿Queremos que los pobres dejen de ser foco perenne de inmundicia, de violencia, de fealdad y de crimen? Pues abaratemos el dinero tanto como el agua de la pluma. ¿Por qué nos esmeramos en proveer a todo el mundo de agua haciendo que ésta llegue hasta el más miserable tugurio? Porque la voz de nuestro propio interés ns dice que si falta el agua nos exponemos al horror de una epidemia.

Hagamos, pues, lo mismo con el dinero. No permitamos por nada del mundo que se estanque, que se quede quieto; hagamos que corra, hagamos que se esparza jubiloso como un riego bienhechor por todas partes y nos salvemos de la pobreza, que es la peor, que es la madre de todas las epidemias.

No sigamos cometiendo la insigne majadería de empeñarnos en abaratar los artículos de primera necesidad -pan, bacalao, azúcar, etc.- mientras dejamos que el dinero, el artículo de primera necesidad por excelencia, el más indispensable para la salud del cuerpo y del espíritu, se estanque estérilmente, sin beneficio para nadie, en la caja bien repleta de algunos millonarios.

¿De qué vale -¡oh, estúpidos gobiernos de todas partes!- que pogáis tanto empeño en ofrecernos pan o azúcar o bacalao baratos, si, por otra parte, no ponéis ningún empeño en proveernos de dinero para comprarlos? ¿Qué le importa a quien tiene vacío el bolsillo que una libra de pan o de azúcar o de carne valga tanto más cuanto?

Es evidente, pues, que lo primero que tenemos que abaratar -antes que el pan, que el bacalao y que el agua- es el dinero, ya que sin dinero no hay pan, ni bacalao, ni agua, por muy baratas que estas cosas sean.

Pero -¡aquí viene lo gordo!-, ¿cómo abaratamos el dinero? ¿Cómo hacemos que el dinero corra como el agua del acueducto.




VOCABULARIO     CONTEXTUAL




1.Desenbarazarnos= Retirarnos, quitarnos, excluirnos.

2.Fondo de la cuestión= Meollo o parte esencial de la cosa.

3.Doctrinarismo filosófico= Se usa para indicar que se presta más atención a las ideas o doctrinas que a su aplicación en la práctica.

4.Cachazuda= Lenta, apática, parsimoniosa.

5.Burguesía= Clase social formada por las personas acomodadas que tienen propiedades y capital.

6.Proletariado= Clase obrera, trabajadora, que sólo tiene prole.

7.Baldíos= Estériles, infructíferos, improductivos.

8.Tiquismiquis= Discusiones frecuentes sin motivos.

9.Enrevesada dialéctica= Se usa para indicar que se ha sustituido el método científico por una retórica difícil de comprender.

10.Zarandajas= Cosas de poco valor o importancia.

11.Calaña= Índole o naturaleza de una cosa.

12.Majadería= Hecho necio,poco oportuno o molesto.

13.Lo gordo= Lo más grande o más importante que lo normal.






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